martes, 6 de mayo de 2014

CEUTA. PUERTA CALIFAL

Este yacimiento, enclavado en el interior del Parador de Turismo La Muralla, es un elemento patrimonial descubierto en el 2002 y desde que se descubriera se han desarrollado cuatro campañas de excavación arqueológica (2003, 2005, 2008 y 2009) que pusieron al descubierto una secuencia desde la época flavia (siglo I) hasta nuestros días, pasando por la ocupación romana y tardo-antigua (vinculada a la producción de salsa de pescado).
Posteriormente, fue transformado en elemento defensivo y convertido en fortaleza en el siglo XII por Abderraman III, para después sufrir en la época medieval diversas remodelaciones hasta la construcción de las Murallas Reales tras la conquista portuguesa, en 1415.


Los arqueólogos e investigadores han considerado que este es un enclave único para la investigación histórica al concentrar los dos grandes estilos constructivos de las fortificaciones antiguas como la medieval y la renacentista.
Igualmente se resalta el hecho de que el estado de conservación del recinto amurallado donde se ubica la puerta sea excepcional, por haber sido reutilizado por los portugueses, que lo dejaron emparedado en el interior de la muralla levantada en el siglo XVI.
El conjunto está formado por tres puertas, tres bóvedas, dos torres y lienzos, además de restos romanos en el subsuelo, que se cree podrían pertenecer a la fábrica de salazones que tuvo la ciudad de los siglos I y II.
La excavación alcanza una profundidad de hasta ocho metros, un fondo en el que se han hallado todo tipo de materiales y estructuras.


La importancia de todo este yacimiento es que apenas ocupa un espacio de unos 60 metros cuadrados que fue descubierto por casualidad al ser un almacén del hotel.
En la práctica, quien visite las obras de la Puerta Califal podrá repasar buena parte de la historia de la ciudad, ya que las excavaciones arqueológicas han puesto de manifiesto la existencia de una secuencia estratigráfica que abarca desde época romana a moderna y, por encima de todo lo demás, destacan las estructuras arquitectónicas defensivas de época califal.

Por sus características y localización, los expertos consideran que podría tratarse de un acceso interior al palacio o alcázar que estuvo situado en el espacio que hoy en día ocupa la Comandancia General.



Los datos obtenidos durante la investigación revelan asimismo que el lugar en el que en el siglo XVI se levantó el Baluarte correspondía posiblemente a una península natural utilizada desde época romana como zona de control avanzado de las distintas murallas que protegieron la ciudad en su flanco norte. Otro ejemplo del este tipo de fortificación avanzada hacia el mar puede observase en el caso del espigón sobre el que se sitúa el Club Natación Caballa.








La correspondencia con época califal (s. X) o de Taifas (s. XI) se deduce del tipo de fábrica empleada en la construcción de la puerta, una técnica edilicia conocida como "a soga y tizón" por la disposición de los sillares.

En el mismo punto, los investigadores han descubierto, entre otras estructuras, un muro romano datado en el siglo II, junto a una gran cantidad de material asociado.


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