miércoles, 8 de julio de 2015

GIOVANNI BOLDINI

Autorretrato mientras observa un cuadro.
Nació en Ferrara, Italia en 1842 y murió en París en 1931. Giovanni Boldini es un pintor de retratos y murales que partiendo de una técnica realista, la supera integrándose en las vanguardias de las últimas décadas del XIX,  sobretodo del neoimpresionismo. Representa de buena forma la pintura cosmopolita, que contribuye a renovar este arte, a fínele del XIX.

Escenas costumbristas folcloricas de toreros y bailaora andaluza en Montmatre.



 Artista precoz, sorprende con un autorretrato a los 16 años. Su talento le favorece y por ello viaja a los centros de arte más emblemáticos de Europa, donde intercambia experiencia con pintores de diversos estilos.
Para que su arte sea apreciado, Boldini no recurre a una forma de pintura modernista radical. Posee la destreza para manifestarse con estilo de gusto universal.

Como buen italiano su afición por el bello canto le llevó a pintar su retrato más conocido de Gioseppe Verdi, que presidia el pabellón de Italia en la Expo de Paris del 1880.



Trabaja en Holanda, Inglaterra y más adelante vive en París, lugar donde es protagonista entre los pintores del impresionismo como Degas, del que fue amigo para siempre. Contemporáneos famosos de Boldini fueron: P. Renoir, Edouard Manet, Camille Pissarro entre  otros.

 El naturalismo manierista de Boldini alcanza la maestría por su originalidad. Logra ir más allá de la influencia clásica que recibe en su juventud, y de otras escuelas, como las del movimiento neo impresionista, integrándose en el totum revolutun que era La Escuela de París. 



Estatua del Cardena (Bernini) en su estudio

Escenas de Venezia
 
 Superando con propiedad las fronteras de la enseñanza académica recibida, Boldini es vanguardista. Su pintura alcanza el grado de elegancia y sofisticación, independiente de los parámetros generales, que subrayan como estándar, los críticos y expertos de aquel momento. La intensidad de sus colores y la nitidez que logra con ellos son los aspectos que lo diferencian  En su temática destaca principalmente los retratos de la alta sociedad parisina, pero también tiene una serie de cuadros costumbristas muy valorados así como escenas y paisajes.





 "La mujer es, sin duda, una luz, una mirada, una invitación a la felicidad, y algunas veces el sonido de una palabra; pero sobre todo es una armonía general, no sólo en el gesto y en la armonía de las extremidades, sino también en muselina, en velos, en las grandes e iridiscentes nubes de tejidos en los que se envuelve, que son como los atributos y el fundamento de su divinidad ". Así que Charles Baudelaire ensalzó, en 1863, la esencia de la feminidad moderna, palabras que parecen anticipar las mujeres arrogantes y bellas de Boldini. Es en la serie de desnudos, donde Boldini lejos de sus encargos de la belle epoque parisina pinta por el placer de pintar.


 Era un artista del bell mondo, de la moda de París, en su forma muy particular, especialmente cuando retrataba larguiruchas señoras de la alta sociedad internacional que aparecen pintadas como debajo de un vidrio traslúcido. Experto de ese modo y de la literatura francesa que lo ha representado, interpretaba muy bien a la más alta elegancia femenina en esa época en que estaban incluso demasiado revestidas por los artífices de los sastres y de las modistas, figurativamente plasmadas en poses ambiguas situadas entre las de los salones y del teatro. Pero esos retratos tienen un fuerte poder de encanto: revelan espontáneas y seguras cualidades de pintor...

La mujer  sensual y seductora, bellas entre las bellas que Boldini no dudó en terminar los lados difuminados, cuellos delgados, cuerpos en posición de giro y los pómulos y labios hinchados, todo ello para alagar la vanidad de estas lindas señoras.
















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