lunes, 25 de enero de 2016

BILLETES DE EURO


¿Dónde están los puentes de los billetes de euro?
Hasta hace no mucho responder a la pregunta era bien sencillo, en ningún sitio porque no existían.
 Pont du Gard romano, billetes de 5 €.


 En 1996 se falló un concurso al que se habían presentado 44 propuestas para los billetes de euro, resultando ganador el austríaco Robert Kalima. El concurso especificaba que ningún elemento representado debería evidenciar a alguna nación europea, y por ello se inspiró en los distintos estilos arquitectónicos que se han venido desarrollando a lo largo de la historia. Puertas y ventanas en el anverso, y puentes en el reverso, con la intención de subrayar un pretendido espíritu colaborativo de los países europeos entre sí y con el resto del mundo. Nada es real aunque a simple vista bien pudiera parecerlo.

Fue necesario un pliego de especificaciones de 30 páginas para lanzar el concurso. La mayor parte del documento hablaba de los detalles sobre seguridad pero también los diseños presentados tenían que cumplir unos criterios básicos, por ejemplo, los colores debían ser: gris para el billete de 5 €, rojo para el de 10 €, azul para el de 20 €, naranja para el de 50 €, verde para el de 100 €, amarillo o marrón para el de 200 € y morado o violeta para el de 500 €, también podía el diseñador elegir entre dos temáticas: el diseño «Edades y Estilos de Europa» o el diseño «Abstracto/Moderno». De la misma forma,  se definían las épocas o periodos artísticos correspondientes a cada billete en el tema 'edades y estilos europeos'. El clásico, griego y romano, se asignó al de 5 euros; el románico al de 10 y el gótico al de 20. El de 50 sería renacentista y el de 100, barroco y rococó. A los dos billetes de mayor valor, 200 y 500 euros, se les asignaron «la edad de hierro y cristal» del modernismo y la arquitectura del siglo XX respectivamente. Una lección de Historia del Arte condensada en la cartera.
Se presentaron numerosos diseñadores, 44 modelos en total, de los cuales salió elegido el presentado por el diseñador austríaco Robert Kalina, que eligió el tema «Edades y Estilos de Europa», y que ya había diseñado los billetes del chelín austríaco —de hecho, se aprecia cierto parecido entre los billetes de 500 y 1 000 chelines de 1997 y los billetes de euro, sobre todo en el tipo de letra elegido para la numeración—, y el éxito conseguido con los billetes de euro le llevarían a diseñar también los billetes del manat azerí, que se ven igualmente muy parecidos a los europeos.
Manat Azerí


Fue en al año 1996 cuando este ilustrador dio forma a los 7 puentes que formarían parte de los siete billetes que verían la luz.. Años después de su entrada en circulación, es posible deducir cuál es esa idea vertebradora en la serie de billetes. Unión y apertura; puentes, puertas y ventanas. Metáforas claras que más de 300 millones de personas en la zona euro manejan a diario.

Tan pronto como se hicieron públicos los primeros borradores de los diseños escogidos, se desató una tormenta de especulaciones sobre las posibles similitudes entre puentes reales y los representados en los billetes. Era de esperar, de los parecidos hay quien identifica el Pont du Gard romano en el billete de 5 euros y el Pont de Normandie en el contemporáneo de 500.
Pero en 2011 el diseñador Robin Stam tuvo la ocurrencia de construir a escala todos y cada uno de ellos para cruzar el río artificial que rodeaba una urbanización que se estaba construyendo en Spijkenisse. Según él, todo comenzó como una broma, que también le debió parecer graciosa al alcalde de la ciudad que decididamente apoyó el proyecto.

Si quieres ver todo los diseños presentado a concurso solo tienes que clicar aquí.

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