viernes, 7 de febrero de 2014

GIUSEPPE ARCIMBOLDO

UN FESTÍN PARA LOS SENTIDOS



Giuseppe Arcimboldo se inscribe, en el manierismo italiano. Sin embargo, sus obras han destacado por ostentar con gracia un estilo auténtico y sin precedentes, que incluso influyó varios siglos después en la obra de pintores como Salvador Dalí y Pablo Picasso.
La idea de Arcimboldo les pareció genial a los Habsburgo, que le animaron a  a seguir pintando estas rarezas y fueron su canal de difusión. La monarquía solicitaba estos cuadros al pintor porque los utilizaban, dada la admiración que despertaban, como regalos muy especiales a miembros de la familia real y a altos funcionarios
El rasgo principal de los cuadros que realiza Arcimboldo es que a distancia adecuada el espectador puede reconocer un rostro humano, pero al acercarse se descubre que la piel, los cabellos o el ropaje están compuestos por un sinfín de objetos y seres meticulosamente pintados.
Una variante de estos cuadros, y quizás la máxima expresión de la originalidad y del reto pictórico que se planteaba con estos cuadros Arcimboldo, son los retratos invertidos. Están compuestos para ser observados derechos y al revés y debían tener sentido en las dos posiciones. Un cuenco de hortalizas se transforma al girarlo 180º en un retrato de un hombre de gruesos mofletes y de mirada vivaracha





HOMENAJE A ARCIMBOLDO





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