jueves, 27 de febrero de 2014

LA GIOCONDA

Los inconvenientes de ser un icono en la cultua: ¡SI ME QUERÉIS IRRRRSE! 

Me han secuestrado, me exhiben como si fuera un trofeo  de caza, me vigila un señor muy serio (y feo) que no me deja ni a sol ni sombre. En la Segunda Guerra Mundial otro señor me quiso llevar con él y ¡casi me asfixian!, desde que nací me han estado imitando y, últimamente, ridiculizando. Soy un canon de belleza (sin intención de serlo), estoy expuesta a la mirada de miles de personas que no conozco desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche, sin descansar, (solo los lunes y que no sean festivos); mi vecino Veronesse me odia (y con razón) por el ninguneo que es sometido a diario. Se fotografían conmigo chicas monísimas e incluso desnudas, para demostrar que son mas guapas que yo. Por favor quiero estar sola, sino me veré obligada a... (mirar la última foto)










   Sería largo de relatar el cúmulo de circunstancias que han llevado a la Gioconda o Mona Lisa a convertirse en el cuadro más famoso del mundo. Por una parte, da Vinci desarrolla plenamente su técnica del sfumato, como puede verse por ejemplo en el sombreado alrededor de los ojos; por otra, existen toda una serie de misterios y leyendas que rodean la obra, desde la identidad del o la modelo hasta la posibilidad de que estuviera embarazada o de que fuera en realidad un autorretrato del propio da Vinci. Sin olvidarnos, por supuesto, de su enigmática sonrisa. Los episodios protagonizados por el cuadro avivaron el mito, incluyendo su robo en 1911, que fue bautizado como el «Robo del Siglo».  


   Además, la Mona Lisa ha sido la obra artística más representada de la historia. Convertida en icono cultural, se ha usado como referencia en arte, en televisión, en publicidad, en toda clase de objetos cotidianos, etc. Es también una de las obras más copiadas y versionadas que jamás hayan existido. Algo que se ha hecho prácticamente desde el primer momento en que fue pintada. Ell siglo XX es el que mayor número de versiones ha hecho del cuadro. Es lo que la modernidad trajo al arte: una mezcla de ironía, de parodia y de autorreferencia .








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