domingo, 23 de febrero de 2014

LAS MUJERES DE HITCHOCK 1

Grace Kelly, Tippi Hedren, Ingrid Bergman, Eva Marie Saint... Rubias –aunque no todas–, elegantes, inteligentes y un tanto frías, así fueron las actrices fetiche del cineasta británico





Las rubias hacen mejor de víctimas. Son como la nieve virgen que muestra las huellas de sangre". La frase de Alfred Hitchcock es bastante ilustrativa de sus dos grandes obsesiones: las rubias y el suspense. Para completar una de las filmografías más redondas y grandes de la historia del cine, el cineasta no necesitó mucho más que esos dos poderosísimos focos de interés. Su cohorte de blondie girls investigaba crímenes sin arrugar sus perfectos vestidos lady y sin que sus bolsos de piel sufrieran ni un solo rasguño; emprendían persecuciones kafkianas sin que sus recogidos se inmutasen y apuntaban con decisión su revólver sin quitarse sus impecables guantes de piel

Todas ellas cumplían unos requisitos muy concretos: debían ser elegantes, clásicas, inteligentes, un tanto frías y, por supuesto, lucir una melena platino. Tippi Hedren, Ingrid Bergman y Grace Kelly cumplían con precisión esos requisitos, todas compartieron con él algunos de sus proyectos más conocidos y las tres, sin excepción, se convirtieron en objeto de sus obsesiones parafílicas, aunque no todas con la misma intensidad. Lo que con Bergman fue una exquisita cordialidad, se tornó en devoción incondicional con Kelly y en acoso directo con Hedren: cada una de ellas conoció una faceta distinta de la devoción de Hitchcock.


Grace Kelly cumplía todos los requisitos para ser 'chica Hitchcock': era rubia, tenía una elegancia natural innata y su interpretación era tan impecable como aséptica.
Junto rodaron Crimen perfecto, Atrapa a un ladrón La ventana indiscreta, probablemente la más legendaria de la tres.


Tippi Hedren fue la protagonista de una de las películas más icónicas de Hitchcock, Los pájaros. La obsesión del director con su rubia fetiche de turno alcanzó con Hedren cotas inimaginables y el rodaje se convirtió en una auténtica tortura no sólo psicológica, por el excesivo control que el cineasta ejercía sobre ella, sino incluso física: muchas de las secuencias se rodaron con pájaros de verdad.. A pesar del rodaje agotador volvió a repetir con H en Marnie la ladrona. El acoso de Hitchcock durante el rodaje de Marnie, la ladrona se multiplicó hasta el infinito y, cuando acabó, Hedren renunció a volver a trabajar con el director aún sabiendo el coste que su decisión tendría: Hitchcock trataba de boicotear cada proyecto que ofrecían a la actriz, que tuvo que trabajar duro para continuar con su carrera







 



 (continuara...)






1 comentario:

  1. Muy buen artículo, espero reseña sobre Kim Novac¡k, Janet Leight, y una de sus últimas rubias, de las que no recuerdo el nombre

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