domingo, 20 de abril de 2014

EL RESUCITADO

La resurrección de Jesús es un episodio evangélico y un tema muy representado en el arte cristiano, dentro del ciclo de la Pasión. En la literatura cristiana Jesús es, por antonomasia, "el Resucitado". La resurrección de Jesucristo se celebra en el calendario cristiano con la festividad del domingo de pascua o de resurrección.


 Giotto y Fray Angçelico.

 Bramantino y Rafael
Dentro de la riqueza iconográfica del arte cristiano, el motivo más representado es el de la cruz. No obstante el hecho más importante dentro de la fe cristiana, no es el de la muerte, sino la Resurrección de Cristo. San Pablo lo explica con claridad en la primera carta a los Corintios. …Y sino resucitó Cristo vacía nuestra predicación y vacía nuestra fe.
Esta imagen ha estado presente de muy distintas maneras a lo largo de toda la historia de la iconografía cristiana. En los evangelios se narran varios hechos relacionados con la resurrección de Cristo, que han permitido su representación en multitud de variaciones plásticas, teniendo en cuenta que el hecho en sí es narrado de forma común ante la ausencia de testigos, por lo que ha sido un hecho complejo para su representación. Sus principales formas de representación son Cristo saliendo de la tumba, se muestra ante la guardia, el no mi tangare con María Magdalena, narrado en el evangelio de Juan, Cristo desnudo planeando sobre la tumba o sobre el monte, las apariciones a los apóstoles, ante su incredulidad. Durante el Renacimiento se presenta como un Cristo humanizado que ha triunfado sobre la Cruz.



 Peruggio, Bellinni y Mantegna

 El Greco y Tintoretto
 Al final del sábado, que amanece para el primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y he aquí hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra de la puerta, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve y de miedo de él los guardas temblaron y quedaron como muertos. Y el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos; y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis: he aquí que yo os he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo; y fueron corriendo a dar a sus discípulos. Y mientras iban a decir a sus discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: Salve. Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis: ve a decirle a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán. Ahora, cuando iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. (Mateo 28:1-10)


 Pietro della Francesca


El Concilio de Trento conllevó algunos cambios en esta fórmula iconográfica. Los teólogos cuestionaron algunas posturas de Cristo saliendo del sepulcro, así como que flotase o planease sobre la tumba, ya que podía confundirse con la Ascensión. Resultaba más conveniente la representación de Cristo ante la tumba cerrada y mostrando las llagas. Asimismo, buscando la fidelidad a la Sagrada Escritura, se eliminó todo tipo de testigos directos del momento de la Resurrección, incluyendo a los guardianes. La presencia de estos últimos había sido enfatizada para refutar las acusaciones judías del robo del cuerpo de Jesús. Con frecuencia, su indumentaria era anacrónica, ya que no se vestían como legionarios romanos sino como cruzados, con la cota de malla y el casco cónico con nasal, o siguiendo la moda renacentista.
Una vez más, el arte quería narrar los hechos en un modo fácil de entender para los fieles. Y la Iglesia supo cumplir su misión de velar porque los artistas fueran fieles a la verdad evangélica

Rubens Y Caravaggio

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