martes, 9 de septiembre de 2014

LEER, BEBER Y ESCUCHAR 1

Como resultado de nuestras lecturas veraniegas, hemos decidido abrir una nueva sección en nuestro blog. Se trata de "Leer, beber y escuchar" y en ella queremos dar cabida a aquellos libros en los que la música y la bebida tienen un papel preponderante, o tienen cierta importancia.

Para comenzar esta sección hemos seleccionado la obra del escritor vallisoletano César Pérez Gellida, que, en realidad no es un libro, sino tres. Se trata de la trilogía titulada Versos, canciones y cachitos de carne y que está formada por los libros Memento Mori, Dies Irae y Consummatum Est.



Esta obra, que algunos críticos la han comparado con la trilogía Milenium del sueco Stieg Larsson, tiene un ritmo trepidante y te atrapa desde la primera a la última página. Llaman la atención la personalidad rica y compleja de sus personajes, Augusto Ledesma, Orestes, Carapocha, Ramiro Sancho, Erika Lopategui, etc.


No vamos a desvelar aquí nada de su argumento porque nuestro amigo Paco ya nos lo contó muy bien en un post anterior en el que recomendaba su lectura (os aconsejo que lo consultéis) pero si vamos a llamar la atención sobre otros protagonistas del libro. En primer lugar vamos a destacar la Bebida, que acompaña a los personajes durante sus aventuras.

La trama de Memento Mori se desarrolla en Valladolid y, como no podía ser menos, nuestros personajes se dan unos cuantos homenajes con el vino de la Ribera del Duero.


Nos encontramos con las botellas de Mauro que Ramiro escoge de su bodega para llevar a casa de Martina o las botellas de Pago de Carraovejas que degustan Ramiro y Carapocha en sus encuentros.



En Dies Irae, los escenarios de la novela nos llevan a Trieste, Belgrado, Berlín. Y aquí destacamos la presencia de la cerveza, en uno de los capítulos del libro, Carapocha le da una lección magistral a Orestes sobre la historia y los tipos de cerveza, las tipo Ale y las Lager.



Por último, en Consummatum Est, los escenarios y los personajes se diversifican, asistimos a la traca final de la trilogía. Conocemos a nuevos personajes, como el inspector islandés Ólafur Olafsson, o el británico Robert J. Michelson. Y en este libro destacamos la presencia del whisky como bebida principal, tanto el de Malta como el Bourbon, que trasiegan abundantemente los protagonistas.




Otra bebida que también adquiere cierta importancia a lo largo de los tres libros es el Gin Tonic, particularmente el de ginebra Hendrick´s con tónica Fever Tree, que bebe asiduamente Augusto y que reclama con una elaboración muy determinada y minuciosa para que esté en óptimas condiciones.
Pero, dejando a un lado las bebidas, uno de los pílares fundamentales de esta trilogía es la Música, que se escucha sin cesar en todo momento, bien en el ipod de Augusto, bien en el Zero Café. El asesino elabora listas de reproducción para que le acompañen en las diferentes actividades que realiza, para correr, para descansar, para animarse, para relajarse y para... asesinar.
Cada uno de los libros lleva acompañada una lista de canciones, aproximadamente una veintena, que tienen un gran protagonismo. 
Los interpretes varían tanto de estilo como de nacionalidad, incluso de época ya que la música clásica también tiene reservado su espacio. Bunbury, Héroes del Silencio, Vetusta Morla, Quique González, Love of Lesbian, Ivan Ferreiro, Andrés Calamaro, Muse, Placebo, Depeche Mode, REM, Rammstein, The Waterboys, etc.






Podría seguir poniendo enlaces a los vídeos de las canciones de esta trilogía. Si tienes curiosidad por saber cuáles son esas canciones, te remito a la página web del autor, César Pérez Gellida en donde te da cumplida información sobre la sinopsis, críticas, personajes, escenarios y canciones de cada libro. Pero, desde luego, lo que te recomiendo es que los leas, no te defraudarán.
Trilogía Versos, canciones y trocitos de carne.

By Yola

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