jueves, 23 de octubre de 2014

LOS CRÍMENES DEL MONOGRAMA, EL REGRESO DE HÉRCULES POIROT.

 AGATHA CHRISTIE YA TIENE SUCESORA: SOPHIE HANNAH. ESTA ESCRITORA DE THRILLERS HA SIDO LA ENCARGADA DE CONTINUAR LA SERIE DE HÉRCULES POIROT EN “LOS CRIMENES DEL MONOGRAMA”
Esquela aparecida en New York Times con motivo de la muerte de Hércules Poirot


David Suchet protagonista de una serie de TV y Peter Ustinov en Muerte en el Nilo

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¿Quién es Hércules Poirot?
Agatha Christie creó a Hércules Poirot en  El misterioso caso de Styles (1920). Para crearlo se inspiró en dos detectives de ficción cuyas aventuras hacían furor en aquella época: Hércules Popeu de Marie Belloc Lowndes y Jues Poiret de Frank H. Evans.
Miembro de la policía belga, Poirot llega a Londres a raíz de la invasión de su país por los alemanes en la Primera Guerra Mundial. De su físico, el capitán Hastings, su eterno acompañante, destaca estos  rasgos:  su cabeza con forma de huevo y su bigote con puntas muy tiesa, es tan extremadamente pulcro que una mota de polvo le habría causado más dolor que una herida de bala. El cine y la televisión han tenido muy en cuenta las descripciones que Agatha Christie hace de su personaje, no solo en su aspecto físico, sino también y sobre todo en el psicológico, donde aparece en un halo de narcisismo que tanto molestaba a su creadora.
Sus cualidades sobrehumanas proporcionan a los lectores una gran sensación de seguridad en un mundo confuso. Es divertido pero tremendamente circunspecto. Se divierte y disfruta de la vida, pero también planta cara al mal. Es una combinación estupenda, fácilmente  reconocible  y de profundo carácter sabio y complejo. Tenemos la sensación de que ha visto, sentido y experimentado muchas cosas en su vida, aunque nunca descubramos todos los detalles.

La fama del personaje se fue consolidando gracias a títulos como El asesinato de Roger Ackroyd, Asesinato en el Oriente Express o Muerte en el Nilo;  así hasta 32 novelas y medio centenar de relatos. En 1940 harta de su personaje la señora Christie escribe Telón, la novela en la que el investigador belga muere, sin embargo se vio obligada a posponer su publicación hasta 1975.





 Pues bien, Hércules Poirot ha vuelto, a los mil y un caso que resolvió entre 1920 y 1975 se suman ahora  Los crímenes del Monograma, cometidos por Sophie Hannah, la encargada por los herederos de Agatha de resucitar al personaje. Entre 1928 y 1934 Agatha Christie dejo de escribir historias de  Poirot, Los crímenes del monograma encaja en este afortunado hueco de la línea de su vida.
La acción de la novela arranca cuando tres huéspedes del londinense Hotel Bloxham son asesinados. Es el enigma de la habitación cerrada multiplicado por tres. Nos dice su autora La intriga nunca pasa de moda. Por eso los libros de Agatha Christie siguen siendo tan apreciados, y por eso sigue siendo la novelista más vendida de la historia. Muchos programas de televisión y películas intentan mantener el interés del espectador incluyendo más sexo y más violencia. Eso puede funcionar hasta cierto punto, pero la motivación para seguir leyendo o mirando no depende del nivel de violencia. Lo que nos engancha es el misterio, la intriga, el suspense.

La novela está tejida con buenos mimbres, responde a la técnica empleada por Christie en sus novelas y se permite aportar al universo poirotiano un nuevo personaje, que es quien cuenta la historia, Edward Catchpool, un joven detective de Scotland Yard que reside en la misma casa de huéspedes que vive Poirot. Este nuevo Watson no tiene nada que envidiar al capitán de policía Arthur Hastings, el compañero habitual de varios libros de la serie, que es mencionado en la nueva novela de Poirot.
Que Catchpool sea el narrador, nos dice S. Hannah, explica el tono diferente de mi novela. Cuando el lector inevitablemente piense que la novela suena de manera distinta a como escribía Agatha, este nuevo narrador nunca había aparecido en las novelas de Poirot, de forma que el tono y estilo son ligeramente diferentes. Quería que mi novela fuese lo más original posible, y por eso – aparte de lo que viene dado Poirot- el resto quería inventarlo.

Un estilo fluido, una trama bien urdida y tan disparatada como conviene a una novela de Poirot, unos crímenes originales en un Londres del año 1929, nos llevan de la mano hasta la consabida explicación final, que nos divierte y nos sorprende tanto como las del Hércules genuino de la Doña Agatha.











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