jueves, 27 de noviembre de 2014

LA IRA DEL FENIX DE RAFA MELERO


 “El comienzo de La ira del fénix es por muchas razones memorable: una prolepsis (lo que en cine llaman flashforward), esto es, algo que corresponde al desenlace de la historia y que el narrador nos adelanta. Y ese algo es ni más ni menos que el héroe y protagonista, Xavi Masip, sergent de los Mossos e investigador de homicidios, sacando de Barcelona un cadáver en el maletero de su coche para deshacerse de él en una zona rural, arrojándolo a un depósito de purines. Lo que fuerza a leer la novela como un desafío que el autor se hace a sí mismo, y al que convida al lector: el de ser capaz de justificar narrativamente que el tipo con el que vamos recorriendo la historia de la mano vaya a acabar haciendo algo que representa un delito y no precisamente leve. “ (Lorenzo Silva)
 El tipo es, como los que le pararon en el control, un mosso d’Esquadra, el sergent Xavier Masip, Xavi para sus compañeros, jefe de un equipo de investigación de la unidad especializada en homicidios de la policía autonómica en Barcelona. Leyendo más, averiguamos que la escena que abre la historia es lo que en cine se suele denominar con el anglicismo ‘flashforward’, y que en castizo español, importado del griego, se conoce como prolepsis: algo que ocurre al final de la historia y que nos cuentan por adelantado. Empezamos pues a recorrer los hechos desde el principio y vemos que Xavi Masip es un competente y abnegado investigador al que le toca esclarecer el brutal asesinato de una psicóloga. Y entonces nos preguntamos cómo demonios ese personaje, pase lo que pase en la investigación, puede acabar convirtiéndose en el mismo hombre que saca clandestinamente un cadáver de Barcelona para hacerlo desaparecer en un depósito de mierda de cerdo. Mucho se lo tiene que currar el novelista, para que lleguemos a comprarle semejante desenlace. Y lo más grande de esta novela, ‘La ira del fènix’, primera escrita por Rafa Melero, es que logra su objetivo. Cuando vemos cómo llega a suceder lo que sucede, tenemos la sensación de estar ante uno de esos gloriosos ‘flashforwards’ de la serie ‘Breaking bad’, única que tiene narices de recurrir sistemáticamente a ellos en la pequeña pantalla. Para los que la hayan visto, esto son palabras mayores.


 Lorenzo Silva dice con respecto a  ‘La ira del fènix’ es una verdadera sorpresa, una de las novelas negras más contundentes aparecidas en España en los últimos meses, y una muestra excelente de ese subgénero al que se conoce como procedimiento policial. Rafa Melero es en la actualidad ‘sotsinspector’ del cuerpo de Mossos d’Esquadra, y tiene a sus espaldas una década larga de experiencia como investigador criminal. Sabe perfectamente de lo que habla, y cómo alivia ver reflejada con rigor y sin fantasmadas ni estereotipos una investigación policial en un país donde algunos se meten en ese sembrado sin tener las nociones básicas. Y lo que es más importante: sabe contarlo a través de unos personajes densos y convincentes, como el propio Masip, un policía concienzudo con un trasfondo oscuro, y con una narración en la que todo encaja, pese a los extraordinarios riesgos que asume, como un reloj suizo. Un comienzo que casi obliga a leer la novela (como el que queda descrito) es un arma con la que uno bien puede pegarse un tiro en el pie, si no sabe resolverlo. Melero borda una trama en la que, si bien hay giros que pueden parecer extravagantes, nunca lo son más que la propia mente humana, que es la que, en forma de designio criminal, está detrás de todo lo que ocurre. La ira del fénix es un ejemplo del procedimiento policial rigurosamente presentado ante el lector. Melero aborda tanto el método convencional, aceptado y aplaudido por la cúpula policial, como las transgresiones al procedimiento protagonizadas por los personajes principales. En ese sentido es una obra valiosa que añade a su manifiesto interés una trama atractiva y de suspense sostenido y unos protagonistas a los que no resulta difícil augurar un largo recorrido.. En La ira del fénix Melero centra todo el interés en la acción criminal en detrimento de aspectos estilísticos que sin duda el autor pulirá en futuras entregas.
 Es curiosa la fecundidad literaria que exhibe la policía autonómica catalana, de cuyas filas han salido escritores tan notables como Marc Pastor, Víctor del Árbol o Eduard Pascual, y cuyos agentes protagonizan, como personajes de ficción, novelas de Andreu Martín, Teresa Solana, Toni Hill o, más recientemente, Carolina Solé, otra interesante nueva autora que merece reseña aparte. Pero el sergent Masip tiene algo especial. Con su experiencia como policía y su destreza como novelista (asombrosa en un autor primerizo) Melero ha logrado construir un personaje que tiene la solidez de lo real y la seducción de las buenas invenciones, la dureza inapelable de la calle y ese misterio sutil que sólo acontece en los dominios de la verdadera literatura.

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