miércoles, 6 de mayo de 2015

GALA MET 2015 NEW YORK

China: A través del espejo es el título de la gran exposición de primavera del Museo Metropolitan de Nueva York, y era el punto de partida para que los diseñadores y famosos dejaran volar su imaginación anoche en una gala benéfica ya confirmada como el mayor evento de moda del año. Puntual, a las 6.01h de la tarde, era fotografiada su anfitriona, Anna Wintour, en la escalera del Museo de Nueva York. La editora de Vogue era la primera en llegar y lo hacía, como casi siempre, vestida con un Chanel Alta Costura de flores rojas con reminiscencias a las porcelanas chinas. Le siguió de cerca su hija Bee Shaffer, quien le robó el protagonismo con su inspirado Alexander McQueen con cerezos en flor y pájaros en una larga cola. Y casi una hora después, llegaba una de las madrinas de la noche, Jennifer Lawrence, quien también elegía las flores como inspiración en su vestido de Dior.



Selena Gomez, Idian Krugger,Annie Hathaway, Julianne Moure, Donatella Versace y JLO y Rosie Huthington 



 China era una premisa atractiva para todos, pero también peligrosa. Uno de los temores en las horas previas a la Met Gala era el exceso de las referencias al país oriental y la falta de variedad en los vestidos. Sin embargo, dos horas largas de paseíllo por la alfombra demostraron que cada cual supo interpretarla adaptándolo a su estilo personal. Algunas ni hicieron caso de la premisa, como Reese Witherspoon, Jessica Chastain o Rachel Weisz. Otras, lo tomaron de forma discreta, como Julianne Moore, Emily Blunt, Gigi Hadid o Amanda Seyfried. Y otras, sin sutilezas, como Chloe Sevigny, Karolina Kurkova, Lady Gaga o, por supuesto, Sarah Jessica Parker, que un año más volvió a robar el protagonismo con un vestido diseñado por ella para H&M y un tocado firmado por Philip Treacey por el que la apodaron en las redes sociales la Madre Dragón y los memes no tardaron en aparecer. Rihanna fue la penúltima en llegar porque necesitaba espacio para su inmenso vestido capa con el que fue coronada como la emperatriz de la noche. Y dejó corta la cola de plumas que culminaba el vestido de transparencias y pedrerías de Kim Kardashian, firmado por Peter Dundas para Cavalli; así como el dragón que recorría la figura de Jennifer Lopez, diseñado por su acompañante de la noche, Donatella Versace.





 Todas quedaron en nada cuando, casi tres horas más tarde, la reina Beyoncé apareció con Jay-Z y un vestido que no dejaba nada a la imaginación. Otras parejas en la noche de diseñadores y celebrities fueron las que formaron Julianne Moore y Ricardo Tisci; Selena Gomez, de concubina blanca. 


Más de 500 invitados acudieron en total entre gente del cine, la música, la moda y el arte. Una lista controlada por Anna Wintour, quien desde que se puso al mando de la gala en 1999 la ha convertido en este gran evento mediático por el que cada comensal paga 25.000 dólares o 175.000 por una mesa de 10 personas. El año pasado recaudaron 12 millones de dólares y éste esperaban llegar a los 15. Wintour y su equipo llegan incluso a sugerir estrellas a los diseñadores, y utiliza el evento para promocionar modistos jóvenes. Por todo eso, el New York Times dice que la Met Gala se ha convertido en su fiesta privada, una en la que ella elige los invitados y pone las reglas. Este año no dejó ver a la prensa en la presentación de la mañana los arreglos florales de la entrada y prohibió a todos los invitados de la noche que tomaran fotos del interior y las publicaran en redes sociales. Es decir: no selfis.


 Karen Elson y Kate Hudson



 Sienna Miller, Hellen Mirren, Miranda Kerr y Dakota Jhonson


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