domingo, 10 de mayo de 2015

JAUME PLENSA

A partir de 1980, fecha de su primera exposición en Barcelona, Jaume Plensa ha vivido y trabajado en Berlín, Bruselas, Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Ha ejercido como profesor en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y colabora asiduamente como profesor invitado en la School of the Art Institute de Chicago. Jaume Plensa ha sido reconocido con el premio Vázquez de las Artes Plásticas 2013 y el premio Nacional de las Artes Plásticas 2012.


 "Desde hace muchos años hago retratos de niñas entre 8 y 14 años, este momento de en que la belleza está en evolución, en transición. Este es el retrato de una niña y viene a ser un poco como la botella y el mensaje. La cabeza es el lugar más salvaje de nuestro cuerpo, donde las cosas ocurren”.

En 2004, la Crown Fountain entró en el Millenium Park como un torrente de agua y luz. Son dos torres enfrentadas de 16 metros de altura en las que aparecen a diario las caras de mil vecinos de la ciudad. Están unidas además por una lámina de agua que sale justo de la boca de estos ciudadanos anónimos. «Fue una pieza muy utópica en su momento. Que diez años después siga existiendo y funcionando es un premio», reflexiona hoy Plensa desde Chicago.

 El arte en los espacios públicos, que pertenecen a otros, es de una enorme responsabilidad. Pero creo que cuanto más he sido yo, mejor me ha salido. La gente agradece que seas tú, igual que tú agradeces a tu amigo que sea él. El arte, de alguna forma, es acabar un paisaje que ya está empezado, introducir belleza en el día a día de mucha gente que no te lo ha pedido. Pero la gente tiene una noción de belleza extraordinariamente elevada, aunque no lo sepa, y cuando tiene el arte se da cuenta y lo agradece", argumenta el artista. Para Plensa, "el gran material son las ideas. Cualquier otro material es un vehículo. La botella -el contenedor- ha de ser impecable para que llegue muy lejos, pero el mensaje es fundamental". Y el creador se aplica en su tarea: "Cuando te invitan a un espacio público has de aprender a amarlo porque para ti es un desconocido. Cuando conocemos a una persona nos pasa igual, hasta que de verdad es tu amigo, tu amante o alguien a quien te sientes vinculado, ha de pasar un poco de tiempo".









  



"Creo que una obra de arte debe contener un enigma, algo imposible de resolver. El arte debe ser de una gran inutilidad en la vida material; es cuando más fuerza tiene, más se vuelve un objeto de deseo y más imprescindible es". Así destila el escultor Jaume Plensa (Barcelona, 1955) algo tan intangible pero tan poderoso como la idea del propósito del arte.


“La escultura es algo místico que está más allá de nosotros. Es como un puente que nos une con cosas que nos sobrepasan. Nos une con el origen de todo", explica Plensa. Contratado por gobiernos e instituciones, su obra ha trascendido continentes y se ha apoderado de los espacios públicos, desde la Fuente Crown en Chicago, a la enorme cabeza femenina que surgiendo del mar ha convertido en escenario escultórico una playa de Río de Janeiro.


 Algunas de sus obras han ocupado espacios de forma pasajera, como la cabeza que sobresalía del mar en la bahía de Botafogo, en Río de Janeiro; las figuras que ocuparon parte del Madison Square Park, en Nueva York, o las tres esculturas luminosas que se pudieron ver en octubre en la Place Vendôme de París, coincidiendo con la Feria de Arte de París. Su última exposición coincide con la Bienal de Venecia.
No podía encontrar Jaume Plensa mejor compañía para su último proyecto. Rodeado de espléndidas pinturas de Tintoretto, Bassano y Ricci, y con la bellísima arquitectura de Palladio como arrebatadora escenografía, el artista español vivo más internacional desembarca en Venecia, una ciudad de la que se confiesa perdidamente enamorado, para exhibir sus poéticas creaciones en una de sus iglesias más hermosas: la basílica de San Giorgio Maggiore
Profeta en todo el mundo menos en su tierra, Plensa tampoco ha tenido demasiado suerte en su Barcelona natal MACBA, referente barcelonés del arte contemporáneo que, pese a contar con media docena de obras del artista, la mayoría de ellas de los ochenta, no expone ninguna de sus obras en la actualidad. Su última gran exposición en Barcelona se remonta a 1996, cuando la Fundación Miró dedicó un generoso repaso a su trabajo. De la misma forma de las 19 obras que el Reina Sofía posee de Plensa en la actualidad ninguna se exhibe.

Significativo es también que la ciudad natal de Plensa cuente tan solo con cuatro de sus esculturas públicas -ninguna ellas especialmente significativa. Al respecto “Se está trabajando en el tema, pero es un gran proyecto muy complejo que requiere tiempo; que no se puede hacer en dos días”, aseguraron  fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, tras conocer que Plensa, desde Venecia, volvía a recordar que su intención de levantar una gran escultura junto al mar sigue paralizado.

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