martes, 5 de mayo de 2015

LA DAMA DEL ARMIÑO

La Dama del Armiño, uno de solamente cuatro retratos femeninos pintados por Leonardo da Vinci (1452-1519), es una obra cargada de significado. Con el toque de elegancia y el asombroso dominio del óleo que caracterizan el maestro italiano, da Vinci inmortaliza Cecilia Gallerani, amante de Lodovico Sforza, Duque de Milán.

Una sonrisa se esboza en su rostro. Cecilia parece estar escuchando un orador oculto mientras acaricia el armiño que descansa en sus brazos. En el armiño, encontramos pistas para entender el retrato. Tradicionalmente, el curioso animal era un símbolo de la pureza, ya que se creía que el armiño se enfrentaría a la muerte antes de ensuciar su pelaje blanco. Lodovico Sforza, quien pertenecía al Orden del Armiño, había adoptado al animal como su emblema. Dos otros significados se asociaban al armiño: su vínculo con el embarazo y la palabra griega galay (armiño en griego) y su semejanza al apellido de Cecilia. Ya sea como referencia a la pureza de la joven, como símbolo de su estatus en la corte de Milan, anuncio de su embarazo o como ingeniosa referencia a la identidad de la retratada, la presencia del animal no es coincidencia.
La dama del armiño fue en su origen un retrato más convencional.  Al principio, el célebre cuadro de Leonardo da Vinci mostraba a la joven Cecilia Gallerani sin el animal en su regazo  aunque tuviera ya desde el principio esa pose y esa mirada tan poco habitual, hacia un lado, hacia –según algunas hipótesis- un amante que entraría de repente en la habitación. Curiosamente, el mismo análisis desvela que Gallerani pasó de no tener ningún armiño a contar con dos.


La joven, al momento del retrato, tiene 16 años. Su familia es grande pero no pertenece a la nobleza. Es la amante del poderoso duque de Milán y futura madre de su hijo. En la obra, se destaca el delicado e iluminado rostro de Cecilia. Su aire pensativo y su postura, el cuerpo inclinado hacia la derecha y el rostro hacia la izquierda, exuden serenidad. Bajo el pincel de Leonardo da Vinci, Cecilia Gallerani es regia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario