domingo, 19 de julio de 2015

AMERICAN BEAUTY Y SUS IMITACIONES.

American Beauty se estrena en abril del 2000, está considerada una de las grandes películas de finales del siglo XX. De hecho, American Beauty consiguió cinco Oscar (entre ellos, Mejor Película). Otra estatuilla fue a parar a manos de su protagonista masculino, Kevin Spacey,
Hace 15 años, los espectadores españoles conocimos a un sujeto bastante peculiar: un oficinista llamado Lester Burnham  (Keven Spacey) que, harto de su maniática mujer (Annette Bening) y de vivir “el mejor momento del día” a solas, en la ducha y con la única compañía de su mano derecha, decidió poner su vida del revés dejándose guiar por su deseo de una tentación rubia (Mena Suvari), la mejor amiga de su hija. Una hija, por cierto, que también tenía tela que cortar, porque buscaba una salida a los agobios familiares en la compañía de su enigmático vecino de al lado.
Sin duda la escena más famosa de la película es la que muestra a la joven deseada  lolita rubia Mena Suvari rodeada por pétalos de rosa que cubren su cuerpo desnudo mientras invita al protagonista a que le haga compañía.



 Las flores son símbolo de amor, amistad, cariño, gratitud y muchos otros sentimientos positivo El símbolo de las flores en este caso tiene un doble sentido, ya que por un lado representan la feminidad, la erótica y la sensualidad pero por otro el miedo a no hacer el bien y poder salir escarmentados (de ahí el utilizar pétalos de rosas, ya que éstas pueden pinchar si tocamos alguna de sus espinas).




  Esta escena ha sido copiada por multitud de películas, episodios televisivos y medios de comunicación y a pesar que los protagonistas cambian el fondo floral siempre es el mismo: un manto de pétalos de rosa que invita a acercarse pero advierte de que se trata de algo que no está bien y nos mete por tanto un miedo similar al que podemos sentir cuando tocamos una rosa y tememos ser heridos por una de sus espinas.







 Muchos han catalogado esta escena como una representación de la tentación y las apariencias engañosas, describiendo por tanto a las rosas como flores bellas pero traicioneras que por un lado nos muestran su mejor cara pero por otra nos atacan si no las tratamos como es debido. Nosotros no vamos entrar en tan profundas pesquisas, sino simplemente la miramos a ella y sus imitaciones por el simple placer de observar la belleza (americana o no).














No hay comentarios:

Publicar un comentario