viernes, 29 de enero de 2016

LA JUVENTUD

Así se titula la última película de Paolo Sorrentino, "Youth", rodada en inglés y protagonizada por dos grandes actores de la escena mundial, Michael Caine y Harvey Keitel.


Un balneario de auténtico lujo, situado en los Alpes suizos, es el lugar ideal donde internarse en busca de un descanso. Allí acuden diferentes personalidades, casi todas relacionadas con el mundo artístico (con algunas excepciones, como un Maradona venido a menos o un budista que medita día y noche) para recuperar el encanto que han dejado escapar en sus vidas, desgastadas por un sentimiento de desencanto. Fred Ballinger (Michel Caine) es un aclamado compositor de música  y director de orquesta ya retirado, que lleva frecuentando el hotel desde hace más de cuarenta años. Esta vez le acompaña su hija (Rachel Weisz) que atraviesa una crisis sentimental y uno de sus amigos de toda la vida, Mick Boyle (Harvey Keitel), director de cine, quien se encuentra trabajando en la preparación su próximo proyecto, rodeado de una cohorte de jóvenes guionistas.




“La juventud” de Paolo Sorrentino parece seguir la línea de su oscarizada “La gran belleza” (2013) y se nos presenta como un filme en el que la forma parece más importante que el fondo. Al igual que una obra musical, la película tiene altos y bajos, momentos de intensidad y momentos de calma.
En ocasiones parece que haya demasiados personajes, demasiado exagerados, demasiado ridículos o demasiado caricaturescos, y, sin embargo, todo lo que vemos, las diferentes historias o anécdotas, los clientes del balneario disfrutando de las instalaciones, lo que hacen los trabajadores en su tiempo libre, todo ello encaja en el estilizado y artificioso universo que Sorrentino construye en esta película.





Es un buen lugar para reencontrarse y reflexionar sobre días pasados, recordar momentos y plantear con sinceridad como deberían ser sus días venideros. Los que queden por delante. Una especie de purgatorio donde redimir los pecados y volver a encontrar el impulso vital. Ambos se encuentran en el final de sus vidas profesionales y comparten achaques que les ha regalado la edad. "La Juventud" está llena de sus conversaciones y reflexiones acerca de la finitud de la vida, más como una mirada al pasado que al futuro.




Mediante una estética cuidadísima, Paolo Sorrentino mantiene su sello y pulso filmando tanto exteriores, en ese jardín del edén suizo, y en interiores, donde los personajes se desnudan de manera espiritual. Es excesivo, no disimula su gusto por las simetrías, es voluptuoso, casi barroco, y en sus films la música es una protagonista más, en ésta incluye un videoclip con motivo de la aparición en la película de una estrella del pop y, además, una de sus canciones está nominada al Oscar a mejor canción.





Pero, junto a los dos grandes protagonistas, tenemos que destacar el pequeño, pero intenso, papel que realiza la gran Jane Fonda, inconmensurable como la actriz Brenda Morel, y la interpretación de Rachel Weisz, como la hija y ayudante de Caine y Paul Dino, como un joven actor que se dedica a observar a los residentes del balneario para prepararse para su próximo papel.



Es una película visualmente perfecta, con momentos gratuitos (las repetidas apariciones de un Maradona de pacotilla o la presencia de un Adolf Hitler en medio de un salón) y con momentos gloriosos (el inicio, la escena de la piscina, la clase de violín, los masajes a Michael Caine, los bailes de la masajista, el concierto final),en fin, es una película que hay que ver.


By Yola

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