El 23 de julio de 2011, el mundo perdía prematuramente a una de las
artistas más destacadas en la música pop del siglo XXI. Amy Winehouse tenía 27 años, dos discos editados y un amplio
reconocimiento por su manera de interpretar y ponerle voz a un estilo
atravesado por el jazz, el soul, el rhythm and blues y el rock, con ello
entraba a formar parte del Club de los
27.
The 27 Club, es una expresión utilizada para referirse a un
grupo de músicos populares que fallecieron a la edad de 27 años. Por lo general
se trata de casos relacionados con el abuso de alcohol y drogas. La lista
original incluye a Brian Jones, Jimi
Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison. A esta lista se le agregó el caso de Kurt Cobain, que fortaleció la
leyenda urbana de que las muertes de músicos a esta edad son inusualmente
comunes, Amy es la última que se unió a esta mitología necrológica.
Para el resto de
componentes del ‘Club de los 27’ ha pasado el tiempo suficiente como para que
su legado musical se haya puesto por encima de sus atribuladas vidas, pese a
que estas continúen suscitando interés y especulaciones. Kurt Cobain sigue
siendo el genio introvertido que se pegó un tiro en la cabeza, pero Nirvana es
un referente para todas las generaciones posteriores, por no hablar de los
idolatrados Jimmy Hendricks o Jim Morrison.
Charles Moriarty, el que en su día fuese el fotógrafo responsable de la portada de
Frank (2003), su álbum debut, ha decidido tirar de su archivo y publicar un
libro titulado Before FRANK a través de sus instantáneas muestran a una Amy muy
joven y que aún no se había convertido en la caricatura de sí misma que
acabaría llegando a ser. Sin moño estratosférico y con sonrisa limpia, posa
para Moriarty que la recuerda en aquellos días como “Genial, nada complicada, honesta
y segura de sí misma mientras que también estaba algo nerviosa. Pero creo que
los dos lo estábamos”
La recuperación del mito
tras su muerte suscita la duda de si la cantante será recordada por su trabajo
o por las historias que construyeron a su personaje. Los escándalos de sus
tormentosas relaciones amorosas y sus problemas con las drogas, que la llevaron
a dar “el peor concierto de la historia” y por último a la muerte, pueden
eclipsar logros como el haber entrado en el libro Guinness de los récords en
2009 por ser la cantante británica con más premios Grammy. Entre otros.
Tony Bennett, Amy Winehouse - Body and Soul
Un sueño hecho realidad
para ella: cantar junto a su ídolo, Tony Bennet. Quienes hayan visto el
documental Amy (2016), recordarán lo mucho que ella tuvo que luchar contra sus
nervios para pararse frente al mítico intérprete. El abrazo del final es
sencillamente emocionante
Aquí os dejo la crónica que
escribió Diego A. Manrique para El País “"El destino cita a Ay Whitehouse"
No hay comentarios:
Publicar un comentario