lunes, 19 de septiembre de 2016

20 DE SEPTIEMBRE ANIVERSARIO DE LA LEGIÓN


La Legión se pensó desde el primer momento como unidad de choque, compuesta por voluntarios, que permitiera reducir la cantidad de bajas de personal de leva que tanto malestar social causaba en la península. Se esperaba que se nutriera principalmente de extranjeros, y de nacionales que buscasen huir de una vida anterior, redimirse, mediante el servicio armado, lo que se tradujo en una bien conocida política inicial de "nada de preguntas". El texto del Credo está formado por doce espíritus que debe atesorar y cumplir todo Caballero Legionario. El Credo es, además, una guía de conducta simple y fácil de memorizar a fin de permitir su mejor aprendizaje por parte de Legionarios iletrados o extranjeros. Unida a las ceremonias, a la uniformidad exclusiva de La Legión, a las tradiciones y al llamado "Culto a la Muerte", el Credo conformaba la base de la llamada mística Legionaria, creada conscientemente por su fundador, y cultivada con afán por el Cuerpo desde entonces.



  
El objetivo de este adoctrinamiento era conseguir una unidad cohesionada, dispuesta a actuar como tropas de choque sin temer a la muerte. El mismo Millán Astray admitió muchas veces ser un gran admirador del bushido, obra que él mismo llegó a traducir al español durante los años 20 a partir de una edición francesa.









 El objetivo de este adoctrinamiento era conseguir una unidad cohesionada, dispuesta a actuar como tropas de choque sin temer a la muerte. El mismo Millán Astray admitió muchas veces ser un gran admirador del bushido, obra que él mismo llegó a traducir al español durante los años 20 a partir de una edición francesa.

 El Credo Legionario forma parte de La Legión desde los primeros momentos, es su base espiritual, médula y nervio, alma y rito de ella.
“Escrito en momento de exaltación del entusiasmo y de la fe, no tiene el más leve pulimento literario. Surgió espontáneo, como si dictásemos unas instrucciones cualesquiera; sentíamos La Legión, pensamos en el espíritu militar y en el de sacrificio. Queríamos que rindiesen culto al Honor militar y al Valor militar y que, sugestionados con estos sentimientos, vencieran el instinto y no temiesen la muerte.”

José Millan-Astray.

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