domingo, 29 de octubre de 2017

LA MUERTE REPRESENTADA EN LA PINTURA.




 Danza Macabra de Bernt Nolke (1642); Días de Difuntos de Emile Friat (1888) y Guernika de Picasso (1939)




Hemos heredado una larga tradición cultural en torno a la escatología, es decir, lo que vendría al final de la vida: la expiración, la resurrección, el purgatorio, el Juicio Final… Así que aprovechando estas fechas que se aproximan tan centradas en todo ello qué mejor ocasión para recordar la manera en que se ha representado la muerte.
La Isla de la Muerte de Arnold Böcklin y el Descendimiento de Van der Weyden 
La conciencia que tenemos los seres humanos de que a todos nos llega la muerte y la idea de qué significa la muerte, queda reflejada en el arte de un modo intenso, profundo y doloroso a lo largo de la historia. Sin vida no hay muerte y sin muerte no hay vida. Las dos caras de una misma moneda.
Las Edades y la Muerte de Hans Baldung Grien, La muerte de Frida Kharo y “Gran escena de la muerte” (1906) de Max Beckamnn 
Se trata de reflejar al ser muerto o la idea de muerte, y todas las sensaciones, sentimientos y expresiones que le acompañan. Desde el miedo, pasando por la tragedia, por la tristeza, por la paz, por la comprensión y hasta llegar a la aceptación, la veneración y divinización.
Pero sobretodo existe un sentimiento o pensamiento muy ligado con la muerte y el arte: la Obsesión. La muerte nos persigue, nos alcanza y acaba con nosotros, con nuestros mundos, con lo que amamos y con lo que soñamos, que ya no podrá ser realidad.
“La muerte de Marat” (1793) de Jacques-Louis David y “Muerte y vida” (1916) de Gustav Klimt
No se trata de pintar el sufrimiento, sino la muerte ya realizada y la propia figura o representación de la muerte.

Judith Decapitando a Holofernes. Caravaggio, La plaga, de Arnold Bröcklin, Cementerio de Caspar David Friedrich y Finis, gloria mundi de Valdes Leal

Son varios los aspectos que hay que analizar antes de tomar este tema.
 Expresión de la muerte, más o menos positiva o negativa
Queremos una muerte que exprese la paz, la belleza, el último viaje de la vida. O queremos una muerte trágica, dolorosa, injusta y terrible.
La narrativa. Personaje o personajes que mueren o están a punto de morir.
La barca de Caronte de Miguel Ángel, La Danza de la Vida de E. Munch y El Triunfo de la Muerte de  Pieter Brueghel el Viejo.

Esto hace el tema narrativo, pues ya hay alguien que muere o alguien que mata también, como el ejemplo que muestro. Por lo que se aporta mucha más información. 


Nivel de belleza o fealdad.


Como dos opuestos pero a veces muy combinados. Qué elementos aportarán belleza al cuadro, aportando calidez, carió, nostalgia, u otras sensaciones. Y qué elementos aportarán la fealdad, el horror, el dolor, el miedo, la impotencia. Y qué símbolos (objetos, personajes o fragmentos de imagen simbólicos) o elementos visuales (colores, formas, texturas, luz, etc.) se añaden a la obra.

Iluminación.

Aunque cada uno de los elementos visuales podría ser tomado en cuenta y razonado en relación a la muerte, pongo este como ejemplo por la expresión de “existencia” que aporta. La reflexión sería ¿Cuál es el foco de luz y hacia dónde va la luz? ¿Existe una iluminación especial relacionada con el tema y que lo potencie, o la luz será sencilla? Como ejemplo una composición barroca. La luz en el barroco se comprendía como el ser espiritual, el alma que escapa del cuerpo.

ALFREDO PREMIO NACIONAL DE ILUSTRACIÓN 2017


El ilustrador asturiano Alfredo González (Alfredo) ha sido galardonado con el Premio Nacional de Ilustración 2017  por su "dilatada trayectoria" y "por el cultivo de distintos aspectos de la ilustración", también se reconoce su "magisterio e influencia" en otras generaciones.
Su figura ha sido admirada por Peridis o Forges. Y es que Alfredo es el precursor de los actuales urbansketchers y de toda una generación de ilustradores. Su obra es reflejo de un pensamiento sencillo, esencial y sintético como también lo fueron siempre las técnicas con las que se manejó: lápices de colores, pasteles, rotuladores…









Alfredo González Sánchez o, simplemente Alfredo, como se le conoce en el mundo artístico, nació en 1933 en Agüeria (Asturias). La ventana de atrás fue su puerta de escape al mundo. Por ella, le llegó la noticia en el 37 del fin de la ofensiva de Asturias, y así se escabulló del destino que le esperaba: dejar la escuela y entrar en la mina. Su vida estuvo llena de valientes cambios de rumbo y, tras abandonar la vida religiosa (fue fraile en los dominicos), se estableció en Madrid donde pronto comenzó a trabajar como dibujante para las mejores empresas de publicidad de la época. Un camino del que se alejó cuando, a partir de 1977, comenzó a publicar con frecuencia en importantes cabeceras como El Mundo, El País, Pueblo, Diario 16, Cambio 16 o ABC.

Es autor de gran número de libros, entre los que destacan Teoría de Madrid (1981), con textos de Francisco Umbral,  De Moscú a Nueva York (1989), en colaboración con el escritor Ignacio Carrión, en 2014 publica Guadalquivir: El gran Sur. Con unas memorias recién publicadas, La ventana de atrás. Desmemorias de un dibujante, y otro a punto de acabar sobre el Alcázar de Sevilla, el dibujante asturiano siente que aún tiene ganas de seguir trabajando, aunque ha confesado que a “estas alturas” le “cuesta mucho más”. “Yo uso mucho el lápiz de color y hay que presionar mucho. Dibujo tamaños grandes y por las tardes termino como si estuviese acabado”, ha afirmado.

sábado, 28 de octubre de 2017

BIRD

 


Clint Eastwood, gran aficionado al jazz, dirigió magistralmente Bird en 1988, biopic del genial saxofonista alto Charlie Parker, apodado Bird. Si te gusta el cine y el jazz y  si aún no la ha visto,  podrás verla  el viernes día 3 de Noviembre, dentro de las actividades de la Semana de Jazz, organizada por la Coctelera en colaboración con la Asociación Beber de cine.

Se narra en la película, que tras tocar en un club de jazz, Parker regresa a su casa, borracho, donde inicia una discusión con su esposa Chan. Ante su lamentable estado, Charlie Parker ingresa en un hospital, donde el director del mismo cree que la mejor solución es tratar a Parker con electroshock; pero Chan se opone porque piensa que ello acabará con la creatividad de su marido.

Es imposible contar en algo más de dos horas todo lo que vivió este hombre que murió con tan sólo 34 años, pero el gran Clint Eastwood exprime lo más significativo de su vida y legado. Charlie Parker empezó muy joven con el saxo, y gracias a su corpulencia y a la libertad familiar que le permitieron sus padres, se metió muy rápido en los clubs de jazz de su ciudad natal, Kansas City. Después de mentir sobre su verdadera edad, logró un empleo como saxofonista, tras lo que siguieron las primeras experiencias con las drogas y el primer matrimonio. A los dieciséis años, su vida era la de un adulto. A partir de ahí, la existencia de Bird transcurre entre el jazz, grabaciones, actuaciones, sufrimiento, ingresos hospitalarios, dos intentos de suicidio (uno por la muerte de su hija, a la que Parker no pudo atender médicamente), y todo regado por las drogas y el alcohol.

Ser el inventor de un estilo musical está reservado a los genios, a los que pasan a la historia. En la década de los cuarenta del siglo XX, cuando el swing estaba en declive, Charlie Parker revolucionó el jazz e inventó el bebop.

El 9 de marzo de 1955, Charlie Parker se presentó en casa de la baronesa Nica de Koenigswater, una rica, intelectual y fan del jazz. Ante el lamentable estado de Bird, llamó al médico, que intentó hospitalizar al saxofonista, víctima de cirrosis y úlceras de duodeno, pero Charlie se negó. Eligió morir en aquel aristocrático piso de la Quinta Avenida. Tenía 34 años.

Su leyenda, que se había anticipado a su  muerte, cubrió entonces la inmensidad de la noche.



JAZZ ENTRE AMIGOS: CHARLIE PARKER