sábado, 22 de marzo de 2014

TRUE DETECTIVE. O LA METAMORFOSIS DE DOS ACTORES

Series TV. 


¿Qué habrá pensado Penélope Cruz viendo a Rustin Rust Cohle, contestando a las preguntas de los federales? Ese hombre con la mirada perdida, bebiendo una tras o otra cervezas Lone Star, y fumando  sin parar. Y también qué pensarán las vecinas de Almagro, de aquel chico que  pasaba corriendo como una exhalación por las calles del pueblo castellano. Les habían dicho que era el novio americano de una actriz de Volver, la película de Almodóvar, pero como eran tantas. Aquel chico musculoso, es ahora un actor de moda y de culto. Hasta Carlos Boyero, ha comentado elogiando al actor Mattew McConaughey, que si teníamos duda de si un actor nace o se hace, en él tenemos la prueba concluyente de que es posible la metamorfosis actoral.

Hay muchos artículos que han intentado analizar el por qué del éxito de la serie americana de la cadena HBO, True detective, que ha conseguido con sólo ocho capítulos encumbrarse como un producto de culto. (Aquí tengo que decir que este texto puede contener spolier, aceptando las reglas que rigen el mundo de las series televisivas)



Empezaremos por el principio, los minutos introductorios de cada capítulo contiene unas imágenes, que iremos identificando a lo largo de la serie, transfiguradas en un fondo de carreteras infinitas, personajes marginales de la América alejada de los neones de Times Square; esas imágenes son el fondo de una canción llamada Far From Any Road, del grupo The Handsome Family. Un ejercicio de estilo narrativo para mostrar los aperitivos de que la estética humeante, con perfiles desdibujados de traseros sobre tacones puntiagudos, será la identidad de un fotografía que busca una estética cercana a Walter Evans, personajes que cortan el césped o blanquean las fachadas de las casas, pero que traspasando la puerta de su casa, esconden la locura de la muerte

Pero el milagro Mcconaughey no va sólo por aquellas marismas próximas al río Missisipi, lleva un escudero: el detective Martin Hart, interpretado por el actor Woody Harrelson. Actor por el que apostó su compañero en la serie al serle propuesta. Rust, es un hombre atormentado, solitario, con un fondo de tristeza que transmite su idea del desperdicio de vivir. Los diálogos en el coche entre los dos hombres, no son un discurso vacío de frases hechas, sino un ramal de líneas entrecortadas, llenas de verdad o de dudas, pero absolutamente verosímiles en el transcurso de la serie. Marty, le aconseja a Rust que no diga por ahí todo lo que piensa, que la tierra que pisan es radicalmente religiosa. Y es que Marty se define como cristiano, pero sus deseos sexuales le harán perder la cabeza y la familia que se sienta a cenar unos espaguetis con brócoli en la presentación de Rust.


La serie que cuenta la investigación de un asesinato en la ciudad de Erath, en Louisina. Una mujer aparece atada de pies y manos, y rodeada de elementos esotéricos. La investigación culminará diecisiete años después. Cuando los detectives vuelven a encontrarse, rota su amistad diez años antes y un caso con lagunas insalvables.
La cadena HBO empezó a rodar la serie, basada en el guion de Nic Pizzolato en la primavera del año 2013, a las órdenes del director Cary Fukunaga, que saltó a la fama después de dirigir su versión de Jane Eyre, con Mia Wasikowska y Michael  Fassbender en 2011.
El día 10 de marzo se emitió el última capítulo, hecho que las redes sociales se encargaron de difundir y de lanzar hasta de cuál podría ser el menú perfecto para ver ese capítulo final, la decisión fue unánime: cerveza y espaguetis. No voy a desvelar el final, si les cuesta dejar a los True detectives, ábranse otra lata de cerveza.

por Almudena

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