miércoles, 16 de julio de 2014

Cheers: el bar donde todo el mundo conoce su nombre



Cheers es una de las mejores comedias de la historia de la televisión. La colección de personajes perdedores que se juntaban en un bar a un lado y a otro de la barra para ahogar sus penas entre tragos de cerveza y buscar alguna salida a la miserable y aburrida vida que llevan en el exterior del bar, se ha convertido en un clásico de las comedias de situación con unos guiones punzantes y sarcásticos que arrancaban carcajadas de situaciones anodinas de la vida real, pero que conseguían alegrarnos la existencia en los escasos 23 minutos que duraba cada capítulo.

Sinopsis: El bar Cheers es el lugar de reunión diaria de una serie de personajes grises y perdedores, que encontraban en ese lugar a su  verdadera familia y amigos para olvidarse de sus penurias diarias.
Sept 1982-May 1993. NBC (USA)- Antena 3 (E). El estreno en España se produjo en un magazine  de tarde conducido por Jesús Hermida, como dijo el veterano presentador de televisión, no dejo indiferente a nadie, y tras comenzar con unos índices de audiencias muy bajo, (eran otros tiempos) los espectadores se hicieron a la serie para convertirse tanto en una serie de culto, como del beneplácito general de las audiencias.

Las audiencias en su primera temporada en USA fueron paupérrimas, acabando en las cinco últimas posiciones en los índices de audiencia. Pero de forma similar a ‘Hill Street Blues’, su reconocimiento en los premios Emmys de ese año consiguió que la gente se fijara en la serie y remontó de forma espectacular acabando entre las diez primeras en ocho de los once años de su carrera televisiva en uno de los fenómenos de recuperación mas remarcables de la historia de la televisión.

La trama: La comedia está basada en las situaciones que se crean en el bar tanto por los trabajadores como por los clientes habituales. En general casi todos son una tropa de perdedores, que tienen en el bar su único lugar de apoyo donde son apreciados y tenidos en cuenta, lejos de su anodino entorno habitual.
Cada capítulo se iniciaba con una escena independiente antes de los títulos de crédito, pero que era un claro exponente de la brillantez y calidad de la serie y nos predisponía para todo lo que venía después.




La gran virtud de la serie es aprovechar cualquier excusa para crear situaciones cómicas de gran hilaridad entre todos los personajes, evitando siempre la humillación pública de los mismos, con una premisa básica: hoy me río de ti, mañana tú te ríes de mí, pero sin excesiva malicia y siempre sin ensañarse.
Una de las principales características es la brillantez de lo que en inglés se denomina ‘running gag’, una broma que se sucede en cada episodio y  que la audiencia ya se espera. El mejor ejemplo era la entrada de Norm en el bar, al que todo el mundo saludaba al entrar con su nombre

Los actores: El personaje principal de la serie, Sam Malone, el dueño y barman, es un mediocre exjugador profesional de béisbol, que al acabar su poca distinguida carrera profesional monta con sus ahorros un bar en Boston. El actor que lo encarna, Ted Danson, no era muy conocido hasta conseguir el papel, pero su personaje de hombre mujeriego y con escaso apego al compromiso le ha catapultado a la fama y a una gran carrera televisiva con series como ‘Becker’, ‘Larry David’, ‘Daños y perjuicios’ y personajes de cine de comedia americana.

 Sam Malone contrató como camarero en el bar a un antiguo colega del béisbol,  al que todos llaman Entrenador, interpretado por Nicholas Colasanto, que murió poco antes de finalizar la tercera temporada, introduciéndose la muerte del personaje en la trama de la serie siendo substituido por un joven ingenuo proveniente del campo del medio oeste americano, en el primer papel importante para Woody Harrelson.

Antagonista femenina de Sam en el bar durante las cinco primeras temporadas fue la estirada y relamida Diana Chambers, interpretada por Shelley Long, una mujer culta y refinada, que por necesidades monetarias acaba trabajando de camarera en el bar. Su relación de amor-odio con Sam fue el eje central de las primeras temporadas debido al desprecio que sentía Diana por la forma en que Sam trataba a las mujeres, mientras que Sam se había impuesto el reto de conquistar a Diana, costara lo que costara. Diana se consideraba superior al resto de clientes y trabajadores del bar, aunque la realidad dictaba lo contrario. A partir de la quinta temporada, al salir Shelley Long de la serie, su papel fue reemplazado por Kirstie Alley, que venía de protagonizar la saga cinematográfica ’Mira quién habla’. Su papel de Rebeca, una ejecutiva caída en desgracia que encuentra refugio en el bar, insufló un aire nuevo a la serie, por lo que fue una de las razones por la que Cheers consiguió seguir varios años más en antena.
A su lado trabajaba
Carla Tortelli, una camarera bajita y poco agraciada, interpretada por Rhea Perlman (la mujer en la vida real de Danny de Vito), que era la conciencia del bar, ya que realmente decía lo que pensaba sin importarle las consecuencias.
Dentro del capítulo de los clientes al principio de la serie destacaban dos. Por un lado, George Wendt, que daba vida a un orondo contable llamado Norm, cuyos únicos momentos agradables del día era cuando estaba en el bar bebiendo cerveza tras cerveza. Y por otro lado, John Ratzenberger, que daba vida al patético cartero llamado Cliff, un hombre que en su cincuentena aún vive con su madre y que no podía ligar ni pagando.
Y por último, uno de los personajes que se hicieron fijos a partir de la segunda temporada fue el psiquiatra Frasier Crane, interpretado por Kelsey Grammer, que con sus maneras de clase alta y adinerada era el perfecto contrapunto al resto de parroquianos del bar, pero que en el fondo lo que más le encantaba era formar parte de un grupo. Tanto Frasier como su esposa Lili,  fueron una parte importante del éxito de la serie, por no hablar de su secuela Frasier, uno de los primeros casos de la historia de las series televisivas, donde un personaje secundario da origen a una serie propia.
Cheers es una comedia realmente impresionante y de las más brillantes que hemos podido ver en televisión. Cada guión era una obra de relojería que encajaba todas las piezas de forma elegante. El  episodio final de Cheers fue un especial triple de cien minutos, que tuvo la segunda mejor audiencia de la historia de las series televisivas en los USA después del episodio final de ‘M.A.S.H’. La escena final entre Sam y Norm resumió perfectamente los sentimientos y las razones de la gente que seguía la serie.


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