lunes, 25 de agosto de 2014

DÍA DE VERANO

SOTOGRANDE

Es la envidia de los siete pecados del hombre el más próximo a la virtud, la envidia hace reaccionar al género humano y desear lo que no tiene y posee el prójimo, así por envidia el rey David deseó la mujer de su general, por envida los san culotes de la Revolución Francesa (inventores de la moda de los pantalones de pierna entera) , desearon la vida que llevaban sus reyes en Versalles y se vieron obligados a que rodaran cabezas, y es la sensación que nos produce al entrar en este oasis de paz y tranquilidad que es Sotogrande: Hay una vida más barata pero no es igual.
¡No confundiros!, los que busquen protagonismo gratuito, ostentación de la riqueza, un lujo sobrecargado hasta rozar lo hortera, la presencia de mucha silicona, operaciones de estéticas visibles y cuerpos pasados a la parrilla, como S. Lorenzo; así como la presencia de los nuevos ricos rusos o árabes; que no lo busquen aquí, que sigan por la carretera unos cuantos kilómetros dirección este. Aquí todo es moderación y discreción, las viviendas esconde su belleza detrás de sus muros y solo nos permite imaginarnos lo que hay detrás de ellos, que incluso puede resultar peor  que el verlo, aquí, por suerte para mi amiga, no hay campos de futbol, se juega  al golf, al polo o como deporte popular al pádel (ya sea de los Tres Olivos o de Puerta de Hierro).
Por cierto en mi ya famosa reunión con Pablo Coletas Iglesias, recordadme que utilice la virtud de la envidia para decirle que cuando llegue al poder ponga esta humilde parcelita a disposición del club de los Descamisaos Kecapea, en honor  de otro gran demagogo de la izquierda española in illo tempore: Arrfonzzo War.
COMER CON ESTAS VISTAS AL CAMPO DE GOLF Y CENAR EN LAS CHOZAS TIPO MEMORIAS DE ÁFRICA YA DE POR SI ES UN PLACER, SI AÑADIMOS UNA BUENA COMPAÑIA ES LA GLORIA

Trocadero Sotogrande, ubicado a pie de playa, en el antiguo Club de Playa El Cucurucho, cuenta con zona de restauración y  beach club. Siguiendo con la estética, filosofía e imagen de Trocadero, el nuevo establecimiento está inspirado en el África colonial. Palmeras, jaimas, chozos, hamacas se reparten por la extensa zona exterior, en la que hay dos piscinas, planteando diferentes espacios a los clientes.
La zona del restaurante tiene capacidad para más de 200 comensales y para decorarla, se ha recurrido  a Lorenzo Queipo de Llano. La carta seguirá la estela de los otros establecimientos: cocina mediterránea con un leve toque asiático y dedicación máxima al producto de primera calidad.

Pues en Sotogrande en el Club de Playa Trocadero hemos disfrutado de las vacaciones del verano del 14(como Los Morancos de un solo día) en compañía de unos buenos amigos y junto a mi incomparable “novia”. Por cierto, han tenido que venir de las tierras bárbaras del norte, para volvernos a enseñar o a recordar la filosofía de Horacio y su Carpe Diem.
Las tres verdades del hombre:
Primero, todos nos vamos a morir; segundo, nadie sabe el cuándo; y tercero, no nos vamos a llevar nada de este mundo… con lo cual, pues eso… CARPE DIEM (aprovecha el momento)





 ESPEREMOS QUE SE REPITA. GRACIAS ELENA































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