domingo, 30 de noviembre de 2014

¡CÓMO CONOCISTE A ELLA?

Cualquier parecido con la realidad y coincidencias con los personajes  y hechos aquí relatados son  pura casualidad...

Empezando este pequeño relato en primera persona, yo la conocí en un fin de semana que fuimos un grupo de amigos a Granada, allá por primeros de los noventa, fuimos a ver un partido de fútbol a casa de unas niñas en la elegante calle del Rector Marín  Ocete y monté un gran escándalo, pues me habían tocado 10.000 pesetas de la época en los cupones de la ONCE… caí fatal, pero parece ser que con el tiempo se ha mejorado la cosa.


Una de sus amigas, del que podíamos denominar “núcleo duro”,  con un solo apellido vasco, me cuenta que conoció a Ella en el Instituto y que han sido compañeras desde el primer curso de BUP, su amistad daría para escribir Guerra y Paz en versión ampliada.
Otra de las componentes de este núcleo duro, con la cual más tarde formó incluso un grupo musical que solo triunfo en Huertor Vega, dice que la conoció en el campo y en la parte de atrás de la Parroquia de Santa Teresa, ya que formaban parte desde su tierna infancia de los Scouts (yo siempre he sido de la OJE).


Uno de sus viejos amigos, del cual se cuenta que nunca fue pequeño y siempre fue un poco alto y graciosillo, estuvo recordando… “conozco a Ella desde que tenía catorce años,  yo iba detrás de una amiga suya  y quedábamos los sábados en la plaza de África. La culpa que  me fuera a estudiar a Granada se la debo a Ella, pues me contaba lo bonita y buena que era la vida del estudiante. Y lo más importante, me dijo tú con lo gracioso que eres, triunfas en Graná”.
Otro amigo, familiar y compadre del cronista, se enzarzó con el chico alto en una pugna dialéctica y memorística por el honor de ser el primero en  haber conocido a Ella.Y parece ser que en este caso la primera amistad le llegó por un evangelista y angélico cuñado de Ella, de lo que he sido testigo es que esta amistad, como todos los casos aquí relatados ha perdurado  a lo largo del tiempo.

 Otra amiga de ella, a la cual yo siempre llamo con el posesivo, dice que llego a Ella por medio de la novia del chico alto y que más tarde coincidió también en Granada con ella, desde el primer momento por la forma de ser quedó cautivada y llegó a convertirse en su Gurú, el modelo de mujer “yo de mayor quiero ser como Ella” llegó a confesar.


 De sus amistades granadinas, una con apellidos de ilustres toreros rondeños, llegó a Ella por medio de su hermana, de la cual era compañera de facultad; hubo otra que no llegó al grupo desde Portugal, aunque lo parezca, sino a través de la facultad de Letras, pero lo que sí es seguro que su pareja si vino Desde Rusia con Amor. Una ausente en esta última reunión en torno a Ella, pero muy presente en el mio cuore, también la  conoció en la Facultad de Letras, y ha participado en más de una de sus aventuras. Las redes de amistades de Ella se fueron concadenando en varias bifurcaciones, aunque al final Todos los caminos conducen a Roma…

En el lugar imaginario donde sitúo el relato, es una pequeña ciudad en la cual todos nos conocemos, muchos más si pertenece al mismo gremio, como puede ser el de la enseñanza y si además tienes facilidad para entablar conversaciones y conocer gentes afines a ti. Así Ella conoció gente para dar la vuelta al Hacho, para irse de viaje, o para tirarse dos horas hablando en la playa o en cualquier otro sitio.

 A los Suidos (Srª Presidenta y consorte) los conoció de libreros, así por motivos académicos, laborales y sobretodo del placer de la lectura, fue una de sus clientes. Luego más tarde por mediación del cronista, se llegó a una afinidad de aficiones y un tráfico ilegal de contenidos que culminaron hasta en la creación de una sociedad cultural.

 Otra de sus amigas, no pudo participar en este cuestionario por encontrarse en tierras muniquesas, pero seguro que critica al cronista. De la misma familia de amistades, una con nombre de continente muy común en esta tierras, dice ¡como no! Que la conoció por medio de una amiga en su no tan lejana juventud. A esta altura el cronista ya se encontraba bajos los efectos etílicos perjudiciales a la hora de construir la historia de las amistades de Ella.
Los que ahora están celebrando la cuarenta llegaron a Ella a través de su pequeña y fotógrafa hermana. Así desde vecindades y colaboraciones festivas en barracas de feria, llegaron a pertenecer a este pequeño elenco de The Ella´s  friends.



 Las cuñadas sisters la conocieron en la boda de una de ellas, y de ser familias políticas han pasado a ser muy buenas amigas de Ella, con una amistad a pruebas de bombas y en la cual la distancia no es ningún impedimento.

Cuando  sea mayor (más) y tenga el semialzhéimer de la demencia senil entre los buenos recuerdos de mi vida me gustaría recordar a Ella, de la que he disfrutado y disfruto con su amistad.
P.D. De este relato la familia de Ella queda excluida dado que a la familia no se conoce, simplemente se pertenece.

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