Así se llama la chirigota del Selu, José Luis García Cossío, para el Carnaval de Cádiz 2015.
Selu es el autor de la letra y la música. Este año vienen de señoras "entraditas en carnes" que se pasan el día entero en la playa de La Caleta. No les falta ni un detalle, sus pareos, sus biquinis y triquinis, sus sombrillas, sus cestas, sus 50 sombras de Grey, su bingo, sus bocatas y sus tupper. Van preparadas para pasar el día "desde las 6 de mañana que cogen sitio"
Gran tipo, gran puesta en escena y grandes tics en los pasodobles que ya corea el público, “bueno...”, al igual que esos inicios de pasodobles donde un dolor le entra “por la yugular” y le sale “por la corva”... “Esos son gases”.
En los pasodobles se quejan de los malajes que critican a la "más bonita y completa" playa gaditana,
la más familiar (aún más cuando “sube la marea” todos “apegotonados”) por eso mismo se van “a las seis de la mañana” a coger sitio. El final nada tiene que ver con el tema inicial. “Más quisiera el Artur Mas esta independencia de territorio”.
En el segundo tampoco se quedan cortos. Su yerno es un político que no ha mangado ni un duro “como siga así no lo va a querer ningún partido”. Remate de actualidad con los que “se llevan millones y están en la cárcel 40 días”.
Aquí os dejamos la actuación en preliminares del Falla, espero que os guste tanto como a mí.
Scott Bradlee es un músico neoyorquino, pianista, arreglista y compositor que se caracteriza por realizar versiones de canciones populares a ritmo de jazz, swing o ragtime.
En 2013 forma los "Postmodern Jukebox" con un grupo rotativo de músicos que realizan las versiones de canciones pop.
Gran amante del "hágalo usted mismo", decidió grabar una serie de videos de sus versiones para colgarlos en youtube. Rápidamente se hicieron superpopulares.
Se atreve con cualquier tipo de canción y de intérprete, desde Meghan Trainor y su "All about that bass", pasando por Lorde, Taylor Swift, "Thrift Shop", o "Call me maybe"
Tienen hasta el momento 6 discos publicados, incluyendo uno de canciones navideñas.
En La Pesadilla (The nightmare) se aprecia
la inquietante sexualidad de Johann
Heinrich Füseli. Fuseli pintó este cuadro en 1781 tras su frustrada
relación con Anna Landolt la sobrina de su mejor amigo. Éste se enamoró
profundamente de ella, pero la joven ya estaba comprometida y le rechazó. En
1779, cuando se enteró de la boda de Anna, escribió una carta a su amigo en la que le confesaba haber soñado que le
hacía el amor a la joven, tumbados los dos en la cama de ella, fundiendo sus
almas y cuerpos en uno. Poco después pintó el cuadro que incluye en el reverso
el retrato de Anna Landolt.
Fuseli dijo que “una
de las regiones más inexploradas del arte son los sueños y lo que puede
denominarse la personificación de los sentimientos”. La pesadilla consagró a
Fuseli como el pintor de lo extraño, lo sobrenatural y lo pasmoso. Corrían
rumores de que consumía láudano con el propósito de provocarse pesadillas.
Respecto al título
de la obra, Fuseli juega con el doble sentido de la palabra, que alude a un ser
maligo, un íncubo (el otro título con el que se conoce al cuadro) que
según las leyendas visita a los durmientes para causarles sofocación -sentados
en su pecho-, parálisis, sueños terroríficos o de contenido sexual, o incluso
para mantener relaciones sexuales con ellos. El carácter sexual de la obra es
evidente: la postura de sensual abandono, la presencia inquietante del demonio,
la irrupción del caballo, un animal ciego…Su título en alemán, Nachtmahr, era
el nombre del caballo de Mefistófeles.
Gracias a 'La
pesadilla' consiguió un importante reconocimiento, pudiendo exhibirla en la
Royal Academy. Tuvo tanto éxito que pintó varias versiones más, y sería copiado
años después por otros artistas, que realizaron grabados de las mismas.
Aunque existen
distintas interpretaciones sobre la obra, muchas de ellas de índole psicológica
y sexual, es más que probable que el tema surgiera a raíz de los relatos sobre
la 'Old Hag'. (Vieja bruja) Quién
sabe si el propio artista sufrió este episodio en sus propias carnes.
En cualquier caso,
buena parte de la obra de este artista suizo está plagada de seres oscuros, de
demonios, espíritus y criaturas de la noche.
No es de extrañar,
por tanto, que sea considerado como uno de los prerrománticos más destacados.
Este mismo tema de
la visita nocturna de seres monstruoso lo encontramos también también en 'El
íncubo abandona a las jóvenes durmientes', realizado doce años después de 'La
pesadilla'.
Recordar como dijo
el maestro Goya en unos de los Caprichos El sueño de la Razón produce monstruos…
Una
frase de las cartas de S. Pablo, La verdad os hará libre, en unas de
sus variaciones El trabajo os hará libre, franquea las puertas de entrada al
campo de exterminio de Auschwitz, cuando
en verdad el infierno existe, había estado allí.
En enero de 1945, los soviéticos liberaron Auschwitz, el campo de exterminio y concentración más grande. Los nazis habían forzado a la mayoría de los prisioneros de Auschwitz en las marchas de la muerte, y cuando los soldados soviéticos entraron al campo encontraron vivos a solamente algunos miles de prisioneros hambrientos. Había abundante evidencia del exterminio masivo en Auschwitz. Los alemanes habían destrozado la mayoría de los depósitos en el campo, pero en los que quedaban los soviéticos encontraron las pertenencias de las víctimas. Descubrieron, por ejemplo, cientos de miles de trajes de hombres, más de ochocientos mil vestidos de mujeres, y más de catorce mil libras de cabello humano.
Los liberadores enfrentaron condiciones inexpresables en los campos, donde pilas de cadáveres estaban sin enterrar. Solamente con la liberación de los campos fue posible exponer al mundo las atrocidades de los nazis. Los prisioneros que sobrevivieron parecían esqueletos a causa de las demandas de los trabajos forzados y la falta de nutrición adecuada. Muchos estaban tan débiles que no podían moverse. La enfermedad era un peligro constante, y muchos de los campos tuvieron que ser quemados para prevenir la difusión de epidemias. Los sobrevivientes de los campos enfrentaban un largo y difícil camino a la recuperación.
Europa
ha vuelto a recordar que hace setenta años el campo fue liberado y lo ha hecho
en compañía de algunos supervivientes, trescientas personas que ni quieren ni
pueden olvidar como fue su vida en el infierno.
Hace
una década, en el 60 aniversario de la liberación de Auschwitz por las tropas
del Ejército Rojo, supervivientes del campo de exterminio nazi asistían
acurrucados en las sillasdel frio
invierno polaco a los discursos de los líderes políticos, incluidos en esta ocasión Vladimir Putin. Para la ceremonia de
aniversario número 70 que se celebró ayer, probablemente el último gran acto donde
asistanlos sobrevivientes, el plan era
hacer que los sobrevivientes (incluyendo Miroslaw Celka, en la foto) el centro
de atención. En cambio, los políticos se apoderando de nuevo el centro de atención.
Aun
así lo importante es que los supervivientes han sido los auténticos
protagonistas de la conmemoración de la liberación de Auschwitz por parte de las
tropas rusas, y hemos escuchado de sus labios sus historias, historias
estremecedoras que testimonian la máxima maldad del ser humano encarnada en
aquellos millones de alemanes que siguieron a Hitler y participaron con él de
su "solución final".
En
lugar de centrarse en el horror de un lugar en el que fueron asesinados 1,1
millones de personas, la mayor parte de la atención se ha centrado en el señor
Putin. El líder ruso decidió no asistir a la ceremonia en Auschwitz, desairado
porque las autoridades polacas no lo habían invitado. De hecho, los polacos
habían evitado hábilmente invitar a ningún político en persona; el museo de
Auschwitz simplemente alertó a las embajadas que no habría una celebración el
27 de enero, y preguntó quién asistiría
Además
de honrar a las víctimas del Holocausto, los organizadores de los eventos en
Auschwitz quieren atraer la atención pública a una nueva ola de antisemitismo y
la intolerancia en Europa. Pero en estos
eventos, las conmemoraciones históricas han sido eclipsadas por Putin, y
la guerra en el este de Europa que su gobierno ha incitado. Estas tensiones no
son nada nuevo; desde el fin de la segunda guerra mundial, el argumento se ha
desatado sobre si el Holocausto debería ser conmemorado como un horror
histórico único, o se utiliza como punto de referencia para los acontecimientos
actuales. Los sobrevivientes que asistieron
a la ceremonia pueden darnos el
ejemplo con su experiencia de hasta dónde puede llegar la barbarie y el odio en
el hombre, de los horrores provocados
por el odio étnico y el nacionalismo nunca ha sido más relevante. Los políticos
actuales de Europa y Rusia, así como las grandes potencias mundiales deberían
de tomar nota.
“No comparto
lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”
En respuesta
al atentado del 7 de enero, la Société Voltaire emitió un comunicado. Decía
esto: “Hoy, Voltaire sería Charlie”.
Desde
el mediodía del jueves 8 de enero, los ejemplares de la edición de bolsillo del Tratado sobre la tolerancia de Voltaire
se han agotado en toda Francia. Sin ningún tipo de acuerdo ni llamado, los
ciudadanos han procurado buscar consuelo en ese libro. Dice mucho –dice todo–
de la República Francesa el hecho de que el libro consolador elegido haya sido
esta reivindicación que un pensador del siglo XVIII hiciera de la libertad de
pensar contra todo fanatismo. Voltaire es el subsuelo hondo de la República.
Aquello en lo cual buscar abrigo a la hora de las tempestades. Aquello en lo
cual poner el criterio último de lo que es y no es tolerable.
A
lo largo y ancho de esa histórica manifestación, algunos ciudadanos
desempolvaron sus volúmenes y los enarbolaron como la más contundente de las
pancartas. Desde entonces, muchos se han puesto a imitarlos. Una edición de
bolsillo a dos euros, de la que se han vendido 120.000 ejemplares en la última
década, ya se ha agotado. La editorial ha dado luz verde a una nueva
reimpresión de 20.000 unidades, por si quedaban dudas, el libro fue en esos días
el sexto más vendido en Amazon.
“La
tolerancia no ha provocado nunca ninguna guerra civil; la intolerancia ha
cubierto la tierra de matanza”, escribió Voltaire en sus páginas. El éxito es
todavía más sorprendente al descubrir que, entre sus líneas, no se encuentran
citas célebres ni frases subrayables. Sí, en cambio, una lúcida disertación en
143 páginas sobre la libertad y las leyes.
Debe
ser permitido a cada ciudadano no creer más que en su razón y pensar lo que
esta razón, luminosa o errónea, le dicte».
El
Tratado sobre la tolerancia de Voltaire, que los manifestantes enarbolan el día
11 por las calles de París, es el anti-Corán ilustrado, la respuesta
republicana al uso genocida de los textos que a sí mismos se llaman sagrados y
exentos de cualquier obediencia a las leyes humanas. Esos textos que convierten
a los hombres en bestias peligrosas. El «derecho a la intolerancia», que
algunos locos pretenden reivindicar como garantía frente a los excesos del ser
libre, es definido implacablemente por Voltaire como «absurdo y bárbaro: es el
derecho de los tigres, aún más horrible, pues los tigres no despedazan más que
para comer, y nosotros somos exterminados por párrafos de escritura».
Voltaire
ha tratado de extraer las grandes lecciones para el siglo: si la ilustración no
vence a los fanatismos, los fanatismos harán imposible la convivencia humana.
«La superstición es a la religión –escribe– lo que la astrología es a la
astronomía: la hija loca de una madre sabia.»
Aquel
que tiene éxtasis y visiones, que toma sueños por realidades y sus
imaginaciones por profecías, es un entusiasta; el que sostiene su locura por medio del asesinato, es un fanático...
Y una vez que el fanatismo ha gangrenado un cerebro, la enfermedad es casi
incurable... Las leyes y la religión no bastan contra las epidemias de las
almas; la religión, lejos de ser un
alimento favorable, se vuelve veneno en los cerebros infectados...Los fanáticos están convencidos de que el
espíritu que los penetra está por encima de las leyes, que su entusiasmo es la
única ley.
Llegado
el fanatismo a un punto así, no hay más defensa que la de atrincherarse en la
sensatez, en el peso irrenunciable de la razón, en la primacía de la ley común
sobre las alucinaciones privadas. A eso
llama Voltaire filosofía.
El clásico tondo de la Historia del Arte de Madonna con el
niño de la mano e imaginación de Tigran Tsitoghdzyan ha dado
un cambio de imagen de hoy en día. Utiliza la pintura al óleo para recrear dos
versiones de la imagen icónica con varios toques contemporáneos.
En una escena, que se
ilumina por la luz eléctrica en lugar de
la luz natural, la 'Madonna' aparece con el cabello rubio y los pantalones
vaqueros y, en lugar de invertir en la atención de su "niño", sus
ojos están pegados a un iPhone El bebé con la mirada perdida en la pantalla de la
pantalla de plasma, que demuestra una clara desconexión entre él y su madre
ocupada'.
En la segunda escena el iPhone sigue siendo la principal causa de la atención de la madre, mientras el niño sustituye la leche materna por un fenomenal zumo industrial.
Para finalizar el niño prescinde totalmente de la figura y de la representación de la madre por lo que es verdaderamente importante, como se ha demostrado: su iPhone
Tigran dice: "Lo viejo, lo nuevo están cada vez más y más cerca el uno al otro, el
flujo de información es continuo en el momento actual” "Me interesa tomar escenas muy
casuales y añadir un gesto icónico, combinándolo con los viejos maestros
técnica del óleo en capas."
MADONNA LITTA ATRIBUIDA A LEONARDA DA VINCI
Durante más de mil años, a
través de los diferentes períodos artísticos, pero principalmente en el
Renacimiento y en el Barroco, la Virgen
y el Niño fue la obra pictórica más representada a través del arte.
Este
domingo 25 de Enero se ha conmemora el 25 aniversario de la muerte de la actriz
Ava Gardner, icono de los años dorados de Hollywood y musa por su belleza. La
actriz de ojos verdes, melena castaña y pómulos prominentes es recordada por
películas como Forajidos, La hora final, La noche de la iguana, Mogambo o 55
días en Pekín y por su intensa vida personal. Falleció en Londres el 25 de
enero de 1990 por una neumonía a los 67 años, pero fue otra la ciudad que marcó
su vida: Madrid.
Ava tenía 18 años y los estudios cinematográficos no dudaron en apostar por pulir a aquel diamante en bruto. Seguros de que aquella campesina recién llegada de la ‘América profunda’ − un pueblecito de Carolina del Norte− tenía madera de estrella, decidieron pulir su belleza de cabello oscuro, impoluta piel de melaza e intensos ojos verdes. La fierecilla de indómito carácter, toscos modales y abominable dicción lograría con el tiempo demostrar su talento.
Ava Lavinia Gardner nunca lo tuvo fácil. Aunque se consideraba una actriz por encima de cualquier otra etiqueta, los críticos fueron implacables con ella. Tampoco ayudó mucho su mentor, el magnate Louis B. Mayer, quien la bautizaría con el sobrenombre tan comercial como despectivo y machista que la acompañaría de por vida: ‘El animal más bello del mundo’.
Pese a todo, Ava fue una gran actriz que logró superar sus inseguridades. Endiosada por el público tras su brillante interpretación en el thriller negro Forajidos junto a Burt Lancaster, que le valdría una nominación al Oscar de la Academia en 1946, no pudo evitar sin embargo que sus peripecias sentimentales solapasen a sus méritos profesionales.
Se casó en tres ocasiones, la primera con la estrella precoz Mickey Rooney. El actor tenía 21 años y ella 19, por lo que no debe extrañar que el matrimonio durase solo 16 meses. Luego vino el director de orquesta y clarinetista Artie Shaw, con quien la unión se redujo a un año y, por último, Frank Sinatra, su relación más feliz y duradera, como ella admitiría más tarde. Fueron marido y mujer con mayor o menor éxito durante tres años. Su turbulenta vida sentimental adquirió tintes mitológicos.
Con 28 años y tras haber alcanzado la fama mundial con sus primeras apariciones en la gran pantalla, Ava Gardner pisaba la capital española por primera vez. Corría el año 1950 cuando la incipiente estrella se bajaba de un avión en Barajas y ponía rumbo a Tossa de Mar, en Girona, para rodar Pandora y el holandés errante junto al torero Mario Cabré. Esa primera estancia fue la primera de muchas; la artista quedó prendada de España, su gente, los toros, el flamenco y la fiesta. "Amo a España porque tiene los mismos defectos que yo", llegó a decir en una ocasión. En mayo de ese año, el NO-DO recogía la visita de la actriz a Sevilla, donde asistió a los toros con mantilla negra y peineta y donde vestida de faralaes, intentaba aprender algún paso de sevillanas y a tocar las castañuelas.
El acercamiento a Estados Unidos era la prioridad de la política exterior del régimen franquista en esos momentos, por lo que la apertura del Hilton fue un momento especialmente simbólico. Se trataba del primer hotel extranjero que abría en España tras la Guerra Civil y el primer Hilton de Europa, en él hizo Ava Gardner su segunda casa: Es la huésped más ilustre, más llamativa y con más clase.
"Aquí vivió ella... y no vivieron los demás huéspedes", bromea el gerente del Hilton. Es de sobra conocida la afición de la actriz por la noche madrileña. En numerosas ocasiones, tras cerrar los locales que ella frecuentaba (Chicote, Oliver, el restaurante Riscal, el tablao Villa Rosa, El Corral de la Morería, Zambra, Torres Bermejas o El Duende) la fiesta se trasladaba a su habitación, con el consiguiente ruido para el resto de clientes que se alojaban tanto en su planta como en la superior y la inferior.
Se dice que cuando vino a España la llevaron a Las Ventas, a un tablao flamenco y al Museo del Prado. No volvió a pisar un museo, pero repitió muy a menudo con el resto. Entre sus amistades españolas se encontraban Sara Montiel, Analía Gadé, Adolfo Marsillach o Lola Flores y también tenía una estrecha relación con el escritor Ernest Hemingway. En esta época era muy raro el madrileño que se preciase que no dijera que se había acostado con la estrella. A parte de sonados desencuentros con Franky.
Una de las cosas que más le gustaba de vivir en España es que podía hacerlo sin interferencias, ya que no sentía el acoso de la prensa del corazón. La fiesta implicaba mucho alcohol y de ella se cuenta que llegó a descalzarse en plena Puerta del Sol para parar un camión de la basura y pedirle al conductor que la llevara al hotel o que alguna noche se dedicó a torear coches en la Castellana.
La noche que no acaba, una película documental dirigida por Isaki Lacuesta, basada en el libro Beberse la vida de Marcos Ordóñez, que cuenta la huella que dejó la actriz en Madrid.
"No
dormir en toda la noche de puro gozo es algo que se otorga a pocos pero, al
fin, a mí".
Los versos que Robert Graves escribió pensando en Ava Gadner simbolizan
perfectamente los años que vivió en España esta famosa actriz, una especie de
alocada noche en la que no faltaron juergas, romances, flamenco, toros pero
también algo de amargura y sinsabores.