lunes, 2 de marzo de 2015

LENCERÍA Y SERIES DE TELEVISIÓN

De todos es conocida la influencia que ejercen en la moda las series de televisión, cómo marcan tendencia y difunden el empleo de determinados productos. Todos recordamos como, hace unos años, todas las chicas queríamos llevar el corte de pelo de Jennifer Aniston en Friends, por ejemplo.
 El pasado febrero, leí un artículo en el suplemento Shopping de El País, titulado "Desvistiendo a la tele", escrito por la periodista Mariló García dónde abordaba la relación entre la lencería y determinadas series de televisión  como The Good Wife (Juliana Margulies), The Americans (Keri Russell), True Blood (Anna Paquin), The Honourable Woman (Maggie Gyllenhaal), Mad Men (January Jones) y New Girl (Zooey Deschanel). El bazar de ropa interior incluye prendas inspiradas en sus protagonistas de las firmas Donna Karan, Gisela, La Redpute, Etam, & Other Stories, Tommy Hilfiger, Agent Provocateur, Yamamay, Oysho, Tezenis, Calvin Klein y Asos.

A continuación os reproduzco el artículo porque me resultó muy interesante, espero que a vosotros os guste también.


La lencería es un reflejo de la personalidad. Las protagonistas de las series de televisión sugieren sin mostrar, pero a la hora de lucir encajes y transparencias dan una lección de estilo que encierra sutiles claves.

La cámara enfoca una enorme caja rosa sobre la cama de matrimonio. Dentro, papel de seda blanco, un corsé negro, un tanga y unas medias... Abby, la mujer de Ray Donovan, se ha permitido un capricho: un conjunto de lencería exclusiva de la firma Agent Provocateur. Está dispuesta a reconquistar a su esquivo marido y sentirse atractiva es para esta ama de casa, adinerada pero resignada, su mejor arma de seducción.

No siempre es así. En otras ocasiones, la ropa interior puede destacar la arrolladora personalidad de una protagonista desinhibida (Katherine Heigl en Asuntos de Estado) o la impaciencia de una joven enamorada (Emma Roberts en American Horror Story). Las series de televisión se han convertido en destacados escaparates para marcas como Victoria’s Secret. Memorable es aquel episodio de The Crazy Ones, la comedia protagonizada por el fallecido Robin Williams, en el que Adriana Lima resplandecía con un prohibitivo sujetador de la firma, la joya de la corona del desfile de estos ángeles de la pasarela. Kaley Cuoco (en The Big Bang Theory); Zooey Deschanel (New Girl) o Lindsey Gort (Los diarios de Carrie) son algunas de sus clientas en la ficción televisiva.

No es casual el auge de webs especializadas en sugerir outfits similares (y más económicos), o las menciones cada vez más frecuentes de dichas marcas por estas modelos de excepción. Kate Walsh,protagonista de Sin cita previa, el spin-off de Anatomía de Grey, habló sobre su cameo en la aplaudida miniserie Fargo en el programa de Ellen DeGeneres. El batín de seda de la firma Christine (que disimulaba su enorme escotazo) monopolizó la entrevista. Fashionistas de medio mundo descubrieron que dicha marca viste a otras mujeres igual de sofisticadas, como la mujer del presidente de EE UU en Scandal, la madrastra de Érase una vez o la forense de Rizzoli & Isles.

Dejando de lado el product placement, en las series ya no (solo) se trata de ganar audiencia de forma explícita: desabrocharse una camisa y mostrar un body de tul perfila el carácter de un personaje femenino, su singularidad. La exquisita empresaria Maggie Gyllenhaal, la refinada abogada Julianna Margulies o la sugerente espía Keri Russell son mujeres a las que les importa tanto lo que se ve como lo que se insinúa. La ropa interior también puede servir como divertida paradoja: engañan las braguitas de algodón de la promiscua Lili Simmons en Banshee y sorprende el conjunto en nude de Kristen Bell cuando se marca un bailecito erótico en House of Lies. La sensualidad no está reñida con la comodidad.

Si una serie ha demostrado que el revival es absoluta tendencia, esta ha sido Mad Men. Evocar la esencia años 50 también pasa por recuperar los corsés y corpiños. Como los diseñados por Maidenform, la firma que dio título además a un episodio en el que Don Draper persigue potenciar dicha firma estudiando a su principal competidora, Playtex. Masters of Sex vino a confirmar que la ropa interior que moledea la figura está de moda. De vestir a Lizzy Caplan se encarga Rago, una empresa especializada con más de 65 años de historia. Las prendas estructuradas de la doctora Virginia Johnson recuerdan a los sujetadores cono diseñados por Gaultier en los 80 para Madonna. ¿La diferencia? Virginia será muy liberal en su estudio de la sexualidad, pero es la reina de la discreción y se prohíbe los colores oscuros, tentadores. Y es que, como resume una de las vampiras de True Blood, abriéndose la gabardina y mostrando un corsé con ligueros: “Si una mujer viene a tu casa y lleva lencería negra... ¡al menos quítale el abrigo!”.

Pies de fotos.

‘THE GOOD WIFE’ JULIANNA MARGULIES
Push up y satén. La abogada Alicia Florrick renueva armario cuando deja de ser la mujer del fiscal. Más sensual y coqueta, pero sin perder nunca la elegancia.



'TRUE BLOOD' ANNA PAQUIN
Rojo pasión. Tops triángulo y braguitas de encaje en el color de la sangre, el homenaje de la camarera Sookie cuando se deja morder por dos vampiros a la vez.



‘THE HONOURABLE WOMAN’ MAGGIE GYLLENHAAL
En tonos pastel. La empresaria Nessa Stein duerme en una habitación del pánico por miedo a un atentado. Su obsesión se refleja en la lencería, exclusiva pero discreta. 



‘MAD MEN’ JANUARY JONES
Corsés y bustiers. La ama de casa de los 50, Betty Draper, se permite la lencería negra en un viaje. Realza su silueta, con escote strapless para sus vestidos sin tirantes.


‘THE AMERICANS’ KERI RUSSELL
Básicos de microfibra. Para espiar en plena Guerra Fría, Elizabeth apuesta por la comodidad, con tops sin tirantes y culottes sin costuras, ideales para sus cambios de disfraz.


‘NEW GIRL’ ZOOEY DESCHANEL

Explosión de color. Enamoradiza y de aspecto naif, Jess es pura vitalidad y suele bromear con sus pretendientes, lo que se traduce en divertidos y llamativos sujetadores.

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