El triunfo en la edición de 2017 de los Emmy de Big little lies y
The Handmaid’s tale prueba que las mejores series están protagonizadas por
mujeres
“El mundo ahí fuera se está volviendo
loco, pero la televisión está mejor que nunca". Con semejante declaración
de intenciones arrancaba este domingo la 69 edición de los Premios Emmy, unos
galardones que estaban destinados a ser políticos en plena vigencia de la
presidencia de Donald Trump. Se trataba de un destino que, más allá de las
proclamas opositoras, chocaba irremediablemente con otra necesidad: la de premiar la intensa presencia femenina
en la producción televisiva de este año, tan escasa y apartada hasta hace
apenas unos años.
Ante la avalancha de nominaciones a
dos de las grandes producciones de ciencia ficción del año, se impusieron como
nunca en una ceremonia reivindicativa. Ni 'Westworld' ni 'Stranger Things'
tuvieron suerte: a pesar de acumular cuatro decenas de nominaciones, ambas se
fueron de vacío -en el apartado creativo sí que se llevaron diez premios en
total- en una gala en la que la perturbadora distopía de 'El cuento de la
criada' (Hulu) y el drama intimista de 'Big Little Lies' (HBO) salieron por la
puerta grande, con cinco estatuillas aladas cada una. Sin 'Juego de Tronos' en
el panorama, la Academia tuvo la oportunidad de premiar nuevas apuestas
dramáticas... y lo hizo decantándose por los papeles más 'incómodos':
"Ha sido un año increíble para las mujeres de la televisión", aseguraba desde la platea una emocionada Reese Witherspoon, productora ejecutiva junto a David E. Kelley de 'Big Little Lies', coronada como la miniserie de la temporada. La aparentemente banal historia de cinco mujeres -madres, esposas, amigas- que se ven envueltas en un mundo de secretos en el acomodado pueblo californiano de Monterrey conquistó a la Academia, que premió a la "tribu" con una estatuilla a mejor dirección (para Jean-Marc Vallée) y tres galardones interpretativos: a mejor actriz principal (Nicole Kidman, que consiguió su primer Emmy por su atribulada Celeste Wright), de reparto (para la convincente Renata Klein de Laura Dern) y a mejor actor secundario (para el sueco Alexander Skarsgård, que da vida al abobinable Perry Wright).
En la noche en el que 'El cuento de la
criada' fue una de las protagonistas, no podía faltar la autora de la historia,
Margaret Atwood. La escritora estaba presente junto al equipo de la serie en el
Teatro Microsoft de Los Ángeles. El equipo de la producción subió, y ya con
todos sobre el escenario, y el productor de la serie Bruce Miller a punto de
comenzar los discursos, Atwood se sumó a ellos, y todo el público se puso de
pie. Sin duda ha sido uno de las escenas más emocionantes de la noche: la serie
de HBO era la favorita para llevarse el galardón. 'El cuento de la criada' se
publicó en 1985. Su historia retrata una sociedad distópica en un futuro
cercano, donde el régimen suprime los derechos de las mujeres.
Tras cosechar adeptos y también
críticas por su retrato de una sociedad totalitaria en la que las mujeres son
utilizadas como herramienta reproductiva,, se llevó el premio gordo a casa: el
Emmy a mejor serie dramática,convirtiéndose en la primera serie por streamingen
obtener este reconocimiento. Pero no fue el único: también se llevó los
galardones a mejor dirección (Reed Morano), mejor guion (Bruce Miller), mejor
actriz principal (para la inolvidable Offred de Elisabeth Moss) y mejor actriz
de reparto (para la Tía Lydia de Ann Dowd). Una gran satisfacción para el
equipo, el reparto y la propia Atwood, que también estuvo presente anoche
durante el discurso de agradecimiento, en el que el consenso fue que hay
"muchas cosas por las que luchar".
John Lithgow ganó un Emmy por su papel
de Winston Churchill en “The Crown”. "En estos tiempos tan locos" la
vida de Churchill "aun como un hombre viejo nos recuerda cómo luce tener
coraje y liderazgo en un gobierno", indicó.
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