«Si encontráis este
libro, por favor, leedlo. Querría que alguien supiera la historia de los
Goldman-de-Baltimore.»
«Esta historia
empezó en el mes de febrero de 2012, cuando me marché de Nueva York para irme a
escribir mi nueva novela en la casa que acababa de comprar en Boca Ratón, en
Florida…»
Hasta que tuvo lugar el Drama existían dos ramas de la
familia Goldman: los Goldman de
Baltimore y los Goldman de Montclair. Los Montclair, de los que forma parte
Marcus Goldman, autor de La verdad sobre el caso Harry Quebert, es una familia
de clase media que vive en una pequeña casa en el estado de Nueva Jersey. Los
Baltimore, prósperos y a los que la suerte siempre ha sonreído, habitan una
lujosa mansión en un barrio de la alta sociedad de Baltimore. Ocho años después
del Drama, Marcus Goldman pone el pasado bajo la lupa en busca de la verdad
sobre el ocaso de la familia. Entre los recuerdos de su juventud revive la
fascinación que sintió desde niño por los Baltimore, que encarnaban la América
patricia con sus vacaciones en Miami y en los Hamptons y sus colegios
elitistas. Con el paso de los años la brillante pátina de los Baltimore se
desvanece al tiempo que el Drama se va perfilando. Hasta el día en el que todo
cambia para siempre
Porque además, si bien la
novela arranca como ponía en el argumento en el año 2012, en realidad se
remonta unos años atrás, al periodo comprendido entre los años 1990 y los años
1998 para contarnos la vida de Marcus Goldman cuando tenía entre diez y
dieciocho años.
Es pues ante todo lo que ha
dado en llamar una novela de iniciación, o de formación, o de aprendizaje, en ellos los personajes tienen una gran
evolución, al pasar de la candidez de la infancia, pasando por la turbulencia
de la adolescencia, hasta llegar a la madurez.
El Libro de Baltimore Marcus
Goldman, nos cuenta su historia familiar, incluyendo su relación con dos de sus
primos, con quien fundó la "Banda
de Goldman.": Marcus con su primo Hillel, un chico de colegio
privilegiado pero que no consigue encajar en ninguno de los colegios a los que
sus padres le llevan, pues siempre termina siendo el blanco de las burlas, los
ataques y las agresiones de sus compañeros de colegio. A los dos primos se
unirá Woody, un huérfano que termina en la familia Goldman donde se convierte
en un miembro más de dicha familia. Tiene un físico portentoso que le convierte
en un líder de cualquier deporte que practique y un campeón en cualquier pelea
en la que participe.
Entre el físico de uno y el
cerebro del otro, Marcus se siente un poco el patito feo del trío. los tres se
profesen una sinceridad sincera y profunda. Algo que vendrá a alterar la
presencia de Alexandra, ante la cual
los tres caen rendidos y enamorados:
«Ya no hubo ningún
fin de semana en Baltimore sin Alexandra. Era todo con lo que soñábamos:
divertida, inteligente, guapa, dulce y soñadora
Los flashbacks en los retornos a la presente,
la novela se construye en torno a un misterioso "drama", que forma el
corazón de la novela. Cuando los caminos empiezan
a descarrilar, la amistad indestructible que une a los primos de El libro de
los Baltimore se muestra como algo más complejo: los chicos se aman, pero
también compiten entre ellos como fieras. ¿No hay manera de que los varones nos
queramos unos a otros sin que, en el fondo, nos odiemos un poco, secretamente?
«La competitividad existe entre los amigos; incluso la envidia existe, pero yo
no lo veo como algo tan malo. En la envidia hay admiración y en la
competitividad hay un desafío que puede hacer más fuerte el amor entre amigos», dice Dicker.
Marcus nos hará sumergirnos
en la cautivadora historia de su familia. Reviviremos su infancia, su
adolescencia y los acompañaremos hasta que entren casi en la vida adulta, si
vemos los contraste entre Oak Park en Baltimore, la fabulosa mansión de los
Hamptons, frente a la vida anodina de Montclair (New Jersey). Los veremos
crecer, equivocarse, evolucionar, enamorarse, aprender, reírse... y vivir mil
aventuras. Pero la infancia, dará paso a una ya no tan tierna adolescencia y
cuando los jóvenes están a punto de terminar sus estudios universitarios se
desencadenará el trágico Drama que cambiará sus vidas para siempre.
Toda una vida por delante
la de unos críos que irán desarrollando su personalidad a lo largo de la
novela, buscando su sitio, su misión, el amor, su modo diferente de ser
felices, de encontrar el sentido de la vida.
Algo que solo el tiempo, si
queremos encontrarlo, nos podrá enseñar. Una enseñanza que Saúl, el querido tío
de Marcus, compartirá con él en los últimos momentos de su vida:
«Somos muchos los
que buscamos darle algún sentido a la vida, pero la vida solo tiene sentido si
somos capaces de cumplir estos tres propósitos: dar amor, recibirlo y saber
perdonar. Todo lo demás es una pérdida de tiempo»
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