"Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle. 2. Los
soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le
vistieron un manto de púrpura; 3.y, acercándose a él, le decían: «Salve, Rey de
los judíos.» Y le daban bofetadas. 4. Volvió a salir Pilato y les dijo: «Mirad,
os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito en él.» 5. "Pilato
entonces tomó a Jesús y mandó azotarle. Y
salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les
dijo!:He aquí el hombre! 6. Cuando
lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: « ¡Crucifícalo,
crucifícalo!» Les dice Pilato: «Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo
ningún delito encuentro en él.»"
Juan, 19 –
En el arte cristiano se denomina Ecce Homo una tipología de representaciones de Jesús en la que aparece tal como se describe en este pasaje evangélico, con o sin los demás personajes (Pilato, la multitud de judíos, soldados romanos o sayones). Cuando se representa, el entorno suele ser arquitectónico (un palacio o castillo). Cristo aparece semidesnudo y atado, con una caña en las manos (que representa un cetro, que sus torturadores le dieron en burla, por la misma razón que le despojaron de su túnica y le pusieron un manto regio, puesto que su presunto delito era pretender ser "rey de los judíos" es decir Mesías por este motivo sarcásticamente los romanos pusieron en lo alto de la cruz de Jesús la sigla INRI).
En
ocasiones, se representa a Jesús en el balcón del praetorium y tras Él al
procurador Poncio Pilato que, según el Evangelio de San Mateo 27:24 se lava las
manos delante de la multitud en señal de que no quedaba manchado por la sangre
de un condenado al que veía inocente
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