LEER, COMER, BEBER. AGOSTO 2019
LOS FELICES DÍAS DEL VERANO
PARA
LEER:
Los felices días del verano de Fulco di
Verdura
Hay
tantas clasificaciones de libros que el lector a veces se marea y considera
recomendable jugar un poco al azar y comprobar qué tal resulta. Pero también es
cierto que algunos libros se degustan mejor si guardan relación con un viaje
que recorrerá las calles por donde deambulan los personajes del texto o viven
los placeres de la cercanía del mar, una comida al aire libre y esa sensación
de libertad que otorgan la infancia y la llegada del verano.
La
editorial Errata Naturae publicó en mayo de 2019 Los felices días del verano
con una portada sugerente y guardando las memorias de Fulco di Verdura. El
autor, un aristócrata siciliano, que vive en una inmensa casa Villa Niscendi,
cercana a Palermo escribió estas memorias de infancia en los últimos años de su
vida muy alejado de sus días de frutas frescas en la isla italiana. Por aquel
entonces vivía en Londres. Fue la ciudad que eligió para vivir retirado.
La
familia de Fulco, emparentada con los Lampedusa, gira en torno a la nonna. Él,
su hermana y su madre viven en una villa con jardín inglés e incluso tiene
acceso privado al parque La favorita. El libro no solo habla del verano,
también recoge anécdotas de las fiestas de
disfraces, la Semana Santa, la Navidad. El autor describe la casa
pasando por todas las habitaciones, las terrazas, los jardines para
posteriormente ir presentando a la familia. Fulco es un niño travieso. Es
educado en casa y su salida de ella para ir a una escuela de Palermo, supone un
vuelco en su corazón. Sus vecinos, los animales que poseen, incluso el camello
que hizo traer su padre supone un relato divertido
Fulco, había crecido en un
ambiente de gustos familiares por los viajes por Europa, especialmente París.
Con siete años fue por primera vez a la ópera y sus recuerdos, por ejemplo del
día de todos los santos, con un estilo de vida a la italiana, le proporcionó un
arsenal de color y de aspiraciones a crear cosas bellas. Así, fue presentado a
Coco Chanel y ella lo reclutó para su empresa en París, haciéndolo diseñador de
joyas. La misma Coco fue fotografiada con un brazalete con la cruz de Malta.
Pero Fulco, decidió probar suerte en EEUU y allí montó un pequeña joyería en
Manhattan, su éxito fue rotundo. Las actrices y las damas de la alta sociedad
frecuentaban el pequeño local y lucían sus creaciones, tanto en el cine, como
en sus salidas privadas. Finalmente, Fulco se trasladó en los últimos años de
su vida a Londres, donde se inició el camino hacia los felices días de su
infancia.
PARA COMER:
Spaghetti alle
sarde ( Espaguetis con sardinas)
Un plato típicamente
siciliano que un día comen en familia en las memorias de Fulco di
Verdura. Es un plato propio
de Palermo, sin embargo en Ortigia hay un restaurante llamado A tabola que no
desmerece las cocinas de la capital. Se puede acompañar con un mezcla de pan
rallado, pimentón y sal, que ellos denominan" il formarggo dei
poveri", que resulta muy sabroso y alejado del sabor a parmesano que
inunda muchos platos italiano.
PARA
BEBER:
En
esta ocasión no vamos a acompañar la lectura con vino, sino con una bebida fresca y absolutamente sabrosa," la zuppa di mandorla"(sopa
de almendras). En la isla de Sicilia abundan los postres con pistachos y
almendras. De los primeros, es muy frecuente encontrar los famosos canutillos,
sin embargo si queremos seguir a Fulco en sus días de verano, recomiendo esta
bebida. En Noto, se encuentra una cafetería milenaria, El Caffé Sicilia. Es
famoso por los granizados y por la sopa de almendras. Un sabor dulce para
abandonar los días felices en Sicilia.
FELICES DÍAS DE VERANO
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