sábado, 16 de noviembre de 2019

LOS DUROS ANTIGUOS VERSIÓN 2019


Hace poco días relataba la prensa diaria “Aparecen decenas de paquetes de cocaína de gran pureza en playas de la costa atlántica francesa”


 Quienes pasean estos días por las amplias playas de la costa atlántica francesa pueden hacer hallazgos insospechados. Haría ilusión encontrar, arrastrada por las olas, o cuando se retira la marea, la clásica botella con el mensaje de alguien lejano, pero el mundo real es menos bonito y novelesco.
Lo más probable es que, sobre la arena, vean un paquete del tamaño de una caja de zapatos, perfectamente sellado y protegido dentro de una bolsa de plástico. En su interior aparecerá un polvo muy blanco: cocaína de una pureza del 83%.
Desde el pasado 18 de octubre, a lo largo de varios centenares de kilómetros de costa, desde la desembocadura del Loira hasta Biarritz, en el País Vasco francés, han ido apareciendo en las playas, en un goteo constante, decenas de paquetes con cocaína en su interior. El fenómeno ha obligado a la Gendarmería, en coordinación con varios ayuntamientos afectados, a cerrar playas y prohibir a la gente acercarse. Gendarmes y policías patrullan con todoterrenos y helicópteros. Se ha advertido a la población que no recoja estos pequeños sacos ni los abra en ningún caso, pues la extraordinaria pureza de la droga supone un grave peligro de intoxicación, sobre todo para los niños. La Fiscalía de Rennes, que investiga el asunto, anunció que, hasta ayer, se han recuperado unos 872 kilos de cocaína, una fortuna inmensa a precio de mercado.
 La procedencia de la droga es todavía un misterio. Se barajan varias hipótesis. Una posibilidad es que el cargamento, procedente de Sudamérica, cayera al mar durante la maniobra de trasvase del barco que lo transportó en la travesía oceánica a una lancha que debía descargarlo clandestinamente en Francia. La Fiscalía se inclina a pensar que los traficantes, sorprendidos por un fuerte temporal, y tal vez a bordo de un velero o una embarcación pequeña, tuvieron que desprenderse de la droga para soltar lastre y evitar naufragar. Los paquetes llevan inscritas las palabras “diamante” o “brillante”, en español, el código usado por los narcos para describir el tipo de cocaína de mayor pureza. La insólita marea blanca sobre las playas ha sido una tentación para algunos. Anteayer hubo dos detenciones en Lacanau, en el departamento de Gironde. Uno de ellos era un muchacho de 17 años que estaba de vacaciones en la zona. Había recogido cinco kilos de cocaína. Otro hombre de 27 años fue arrestado también con la misma cantidad. Se había desplazado a propósito. La posesión de tal cantidad de droga puede llegar a ser castigada con hasta 10 años de cárcel.


Como verdaderamente interesante fue el testimonio a Diario de Cádiz, a finales de los años sesenta, de José, un gaditano que vivió y participó en el suceso de "Aquellos duros antiguos" en 1904, inmortalizado por el célebre tango del Tío de la Tiza.
"Aquello tuvo que ser cuando empezaba el invierno del año 4 (1904)… Volviendo al tema, la cosa es que hubo un temporalazo de poniente. Me acuerdo como si lo estuviera viendo. El ventarrón estropeó las galerías de madera que había en la playa y hasta desbarató una tapia de la almadraba. Al día siguiente del temporal, añadía José de repente pasó por el otro lado un "gachó" con una pala que saludó, "y nos dijo que habían aparecido muchos duros en la playa y que para allá iba a ver si pescaba alguno. ¡Ojú la que se había armado! ¡La cantidad de gente que había arremolinada por la parte de la almadraba!", contaba con arte el veterano gaditano.
 En seguida vinieron los carabineros y dijeron que aquel terreno era de la Marina y que nadie lo podía tocar. Después llegó el dueño de la almadraba y dijo que aquel pedazo de playa era suyo y que todo lo que hubiera allí era para él. A paladas sacaban los duros y los echaban en latas de atún que metían en la almadraba.
 Al poco rato llegó el 'Cabo Matrícula'. "Habló con unos y con otros y el hombre se puso en razón. El tío cogió una cinta métrica, hizo una raya en la arena y dijo que de la raya hacia arriba para la almadraba y desde allí para abajo que escarbara todo el que quisiera. ¡Ojú, Dios mío, que rebujina se armó! ¡Todo Dios se puso a escarbar! Pero resultaba que aquello era como una lotería. A lo mejor un gachó se ponía a hacer un hoyo y tenía la suerte de encontrar muchos duros y otro a la vera no encontraba nada. Yo iba a ponerme a escarbar, pero lo pensé mejor y me puse detrás de uno que escarbaba y echaba la arena para arriba entre medio de sus piernas. Yo miraba la arena, y duro que se le escapaba al fulano, duro que yo cogía. Así no me cansaba. Cuando veía los duros en la mano me parecía mentira que se pudiera tener dinero así. Vamos, quiero decir, tan sencillo. ¡Y cómo brillaba la plata después de quitarle el verdín!", relataba este impresionante documento.
El asunto es que el primer día se cogieron duros a "punta-pala". "¡Todo el mundo estaba más contento! Claro que con aquellos duros no se podía comprar nada, porque eran antiguos. Pero yo no sé de donde salió un judío que se puso en la Victoria y compraba los duros a catorce reales. También una mujer que le decían La Gallega de la casa amarilla, en la esquina de Trille, los compraba, pero a tres pesetas", contó José, que llegó a coger hasta siete duros. "Se los cambié al judío, y con el dinero le regalé a mi madre los avíos de un puchero, me compré unas alpargatas y una entrada para los toros. Con eso me sentía feliz. No necesitaba más y no cogí más duros".

Al día siguiente, como ya se había corrido la voz, vino mucha gente de Cádiz y todo el mundo seguía escarba que te escarba. "Entonces fue cuando de verdad se puso la playa igual que una feria. No sé si porque había más duros o porque ellos se cogieron los dedos, la cosa fue que el judío y La Gallega cambiaron el precio. Ese segundo día sólo pagaban diez reales. Vamos; un duro bueno por dos antiguos.
Tango a los Duros Antiguos que escribió el célebre Tio de la Tiza en el año 1905, hace más de un siglo en su coro Los Anticuarios, recordando la increible mañana del 3 de Junio de 1904

Después fue cuando vino lo más grande. En el Carnaval del año siguiente salió el coro 'Los Anticuarios' y El Tío de la Tiza hizo el mejor tango que se ha escuchado nunca jamás. Y, seguramente, si no llega a ser por ese tango, a lo mejor nadie se hubiera acordado.

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