El otro día escuchando “la Hora Extra” (Cadena Ser), el
programa que conduceMarta García lo titulo “¿cómo estáis? Hablamos”, terminaba con
un pensamientosobre el dichoso COVID-19
Emma Valleespinos hoy reconoce que siente nostalgia de sí misma, de la que era hace unos días…
Lo voy a contar, siento unos celos intensos hacia mí misma, de la que
era hasta hace algo más de una semana. Me asaltan afiladas punzada en el
estómago a las ocho y media de la mañana al evocar el modo exacto en el que me
ponía el abrigo y salía de casa con prisa. Me corroe la rabia viéndome salir por la puerta, tocándolo todo con la insolencia de entonces…
el botón del ascensor, la puerta del portal, la del metro, dándole la mano mis hijos sin
sentir el cosquilleo de un millón de bacterias organizando fiestas enfermizas
entre las falanges de los dedos. Me llevan los demonios al fantasear con el
café con leche del bar de al lado del colegio. Cuando me veo descerebrada
hurgando entre las monedas de mi cartera, cogiendo otro metro ,llegando al
trabajo, tocando teclados, puertas, dando dos besos, acercándose tanto a todos,
para después rascarme la cara sin sentir
el peso de la culpa.
Nos estamos acostumbrando, qué remedio, a esta vida distópica que
transcurre entre un lavado de manos y otro, a que lo mejor del día sea ir a
comprar el pan con guantes de látex, a mirarnos con recelo al cruzarnos con
alguien, a medio infartar al distinguir a través de las paredes una inquietante
tos seca en el vecino con el que coincidimos en el portal hace un rato. Condenados
a la hipocondría, a la angustia, a
conjugar la vida en modo subjuntivo.
Pero el otro día tumbada en el sofá, rebozada en mantas, viendo capítulos viejos de Friends y engullendo chocolate, me vi poco atormentada como para estar viviendo el fin del mundo. La hecatombe se parecía poco a mi nevera llena, la calefacción encendida, la señal de wifi a tope, y el gatuno placer de no estar haciendo nada útil. Habrá que arrancarnos el miedo, la congoja, también la nostalgia permanente de seguir un día y otro y los que estén por venir, decirle a la vida con el tono hipnótico que usamos para ciertas cosas que se prepare para el día que volvamos a la calle.
El 22 de marzo de 1895,Auguste y Louis Lumière presentaron en la
Sociedad para el Desarrollo de la Industria Nacional de París la primera
película rodada con el cinematógrafo, un aparato patentado por ellos mismos que
servía como cámara y como proyector. Los asistentes a esta reunión pudieron ver
una película en blanco y negro, rodada tres días antes, que mostraba a un grupo
de obreros en el momento de salir de la fábrica de la familia Lumière.
A diferencia del voluminoso quinetoscopio que había presentado
Edison un par de años antes, pensado para un uso individual, aquella tecnología
permitía a muchas personas ver a la vez una misma proyección. Es por ello, que
aunque la breve película-documental de los hermanos Lumière no sería,
técnicamente, la primera de la historia, sí que supuso realmente el punto de
partida del cine tal y como lo conocemos hoy en día, proyectado en una sala y
visionado por muchas personas a la vez.
La primera sesión de cine abierta al público se considera que tuvo
lugar a finales de ese mismo año, el 28 de diciembre de 1895, en el Salon
Indien du Grand Café de París. Aquel día se pudieron ver diez películas mudas
de menos de un minuto de duración, en blanco y negro.
"La
realidad imita el arte"Oscar Wilde ("la
decadencia de la mentira")
En este fin de semana, hemos observando como nuestras
calles, parques y jardines, cines teatros campos de futbol etc., se han ido
vaciando, demostrando que la población es más cívica que el gobierno que nos
gobierna.
Así que no nos queda otra que obedecer el R.D. delestado de alarma, y es tal la obediencia ciega y el miedo que nos crea el coronavirus dichoso, que incluso la infanta Margarita y sus Meninas; el mismísimo Cristo, bajándose de la cruz y separándose de sus apóstoles (la distancia era inferior a un metro); el toro y los represaliados del Guernika; también , y era lógico pensarlo por parte de los fusilados, no tanto por los verdugos del 3 de mayo ; los ocupantes de la Balsa de la Medusa; la mismísima diosa Venus y Arecne; … todos hemos demostrado nuestra disponibilidad a pasar aislados estos quince días y nos hemos marchado cada uno a su casa
De los aquí presente ninguno asistimos ni a manifestaciones ni carreras, por lo cual, que sepamos, no estamos contagiados. María ante su estado de buena nueva a preferido aislarse también y no someterse a las pruebas.
Muchas gracias D. José Manuel, por haber podido retratar la realidad en estos momentos críticos. Por cierto Alejandro desde su ventana de la Gran Vía, ha abierto los ojos y nos manda por el grupo de watsa estas fotos.
José Manuel Ballester (Madrid, 1960) lleva más de una década desarrollando su proyecto Espacios ocultos, un sistema de
vaciamiento de obras emblemáticas de la Historia del arte a las que priva de
personajes, animales y cualquier elemento que interviene en la acción. ¿El
objetivo? Recuperar íntegro el escenario, el lugar donde las cosas suceden
Viendo que Netflix
tiene un catálogo de películassobre
virus y pandemias y el repaso que hace Elio
Castro sobre “Virus, epidemias y contagios cinematográficos” veremos como
laficción anticipa en muchos casos a la
realidad.
Un simple resfriado tras contactar con una persona recién
regresada de Hong Kong desencadena una terrible epidemia que acaba provocando
el caos del mundo entero, mientras las autoridades sanitarias luchan a
contrarreloj para frenar el virus bautizado como MEV-1. Estas líneas, que
podrían pertenecer a la noticia de cualquier periódico del mundo en estos
momentos, definen la sinopsis de ‘Contagio’, película dirigida por Steven Soderbergh
en 2011 y con un reparto encabezado por Jude Law, Matt Damon, Gwyneth Paltrow y
Marion Cotillard.
“A veces la gente puede ser contagiada sin presentar
síntomas…los que tengan manos, nariz y boca… Cuando sepamos quien lo causa, que
lo cura; cosas que tranquilicen a la población”
En un barrio surcoreano se origina una enfermedad
respiratoria que acaba rápidamente con la vida de los habitantes. El hecho,
aunque parezca familiar, ocurre en “Virus”, cinta coreana dirigida por Kim
Sung-Su en el 2013. Hace siete años, la película predecía una pandemia que, en
la actualidad, se vive en todo el mundo debido a la expansión del COVID-19l,la trama del filme ahonda, más que en los
síntomas de la enfermedad, en los efectos de paranoia colectiva que produce. La
ficción no solo supera a la realidad; también puede imitarla.
Elia Kazan ya filmaba un drama intenso en Nueva Orleans, en
Pánico en las calle trata de cazar
en 48 horas a un criminal que portaba una enfermedad mortal. Richard Widmark
rebajaba sus tics más psicóticos para encarnar a un oficial de salud obstinado
y empeñado en que la ciudad no caiga víctima de una plaga de peste neumónica.
La amenaza de Andrómeda ¿Se puede crear
máxima tensión sin apenas acción, solo observando procesos en un laboratorio de
vanguardia? Se puede, como demostró Robert Wiseen esta adaptación del primer 'best-seller' de Michael Crichton. Después
de que un satélite artificial se estrelle en una remota aldea de Nuevo México,
el equipo encargado de recuperarlo descubre que casi todos los habitantes del
lugar han perecido víctimas de una horrible muerte, con la misteriosa excepción
de un niño y un viejo. Los superviventes son trasladados a un laboratorio de
avanzadísima tecnología situado a una profundidad de cinco pisos bajo tierra,
donde los perplejos científicos tratan de determinar la naturaleza del
mortífero microbio antes de que cause estragos en todo el mundo.
Guerra Mundial Z
Cuando el mundo comienza a ser invadido por una legión de
muertos vivientes, Gerry Lane (Brad Pitt), un experto investigador de las
Naciones Unidas, intentará evitar el fin de la civilización en una carrera
contra el tiempo y el destino. La destrucción a la que se ve sometida la raza
humana lo lleva a recorrer el mundo entero buscando la solución para frenar
esa horrible epidemia.
El puente de Casandra Unos mil pasajeros
quedan atrapados en un tren infectado por un virus mortal. Huyendo de la
policía, el terrorista que transporta el virus se embarcó en el tren,
exponiendo a todos a esta terrible plaga. El coronel Mackenzie (Burt
Lancaster), el médico Jonathan Chamberlain (Richard Harris) y su mujer (Sophia
Loren) estarán al mando de la situación y procurarán detener al terrorista.
Tras el fracaso de la operación, Mackenzie intentará reconducir el tren en
dirección al puente de Casandra donde este debería desaparecer para siempre.
Estallido, con Dustin Hoffman,
René Russo, Morgan Freeman, Kevin Spacey, Cuba Gooding Jr.y Donald Sutherland. En África, el ejército de
los Estados Unidos arrasa un campamento del Zaire en el que un virus mortal
semejante al ébola estaba acabando con la población. Lo que se pretendía con
esta medida era mantener el virus en secreto y, al mismo tiempo, impedir que se
propagase. Lo que no estaba previsto era que un pequeño mono, portador del
peligroso virus, viajara en un barco desde el Zaire a EE.UU. El pánico se
desata cuando se descubre que todos los que que han estado en contacto con el
simio empiezan a mostrar los primeros síntomas de la enfermedad.
Una enfermedad, la peste, que también veíamos en Muerte en Venecia, la adaptación que
hizo Luchino Visconti de la novela de Thomas Mann, interpretada por Dirk
Bogarde ySilvana Mangano,. Un escritor
viejo y enfermo, una ciudad asolada por una epidemia de peste, calor y humedad
sofocantes, aguas pútridas, muertos por las esquinas y un hotel repleto de
aristócratas fosilizados.
Y sobre la epidemia más grande conocida en la historia del
brote de peste negra del siglo XIV Black
Death.Inglaterra se ve asolada por
la terrible Peste Negra. En un mundo apocalíptico, dominado por las
supersticiones, el joven monje Osmund recibe el encargo de conducir a Ulric, un
temible caballero, y a su grupo de mercenarios a un pueblo próximo a un
pantano, en el que, según los rumores, los muertos vuelven a la vida.
O la fabulosa serie de Alberto Rodríguez La Peste: Sevilla, segunda mitad del
Siglo XVI, metrópolis floreciente gracias al comercio internacional, puente
entre América y Europa. Pero también, como todas las grandes ciudades, zonas
infestadas de basura, hambrunas, inundaciones… Y de Peste Bubónica, que se
propagaba a través de las ratas que vivían en los barcos. Un thriller policial,
pero en pleno Siglo de las Colonias, con militares, maleantes, inquisidores,
judíos y nobles.
Aunque nada más tétrico que este Triunfo de la Muerte de
Pieter Brueghel el Viejo
De todas formas como dice Elio Castro en el programa “El
Cine en la Ser” todas las películas tienen un final feliz, esperemos que este CORONAVIRUS también lo tenga.