En el cine, tan difícil o más que un buen guion, es conseguir una
buena adaptación de un guion de una obra literaria, lo más normal al salir de
una película basada en una novela es escuchar la manida frase “ el libro está mucho mejor que la película”; pues bien, el pasado viernes ha
pasado la triste casualidad que
han muertos dos autores que sus fabulosas novelas fueron llevadas al cine con
una muy buena adaptación de su guion, me estoy refiriendo a Harper Lee y su “Matar a un Ruiseñor y a Umberto Eco y “El nombre de la Rosa”
La trayectoria de estos dos autores no puede más dispar, así frente a la trayectoria de Harper Lee con casi una sola obra donde tiene un golpe de genialidad en su juventud y crea un clásico para después retirarse del escenario y callar para siempre. Rehúye los focos y las entrevistas. La fuente creativa se seca. Silencio, Harper Lee tenía 89 años. No estaba casada ni tenía hijos. Frente a ella pero en la misma noche del viernes moría Umberto Eco con las botas puestas, ya que el escritor, filósofo y semiólogo italiano dispuso que la noticia de su muerte, acaecida la noche del viernes a los 84 años en su casa de Milán, fuese acompañada por la de la publicación de un nuevo libro, como una invitación a recoger el testigo de su mirada crítica, a veces divertida y a veces voraz, de ese ensayo del mundo que es Italia. “A la hora de su muerte”. Eco, fue autor de más de un centenar de obras y ensayos sobre la que destaca su novela El nombre de la Rosa; nombrado por la Mesa del Consejo de la UNESCO (1992), miembro de su Foro de Sabios, junto a otros intelectuales es miembro de la Academia Universal de Culturas, Eco fue nombrado Doctor “honoris causa” por más de 25 universidades de todo el mundo, entre ellas, la Complutense de MadridCon su vecino y amigo, Truman Capote; las malas lenguas le atribuian la escritura de "Matar a un Ruiseñor" |
El nombre de la rosa (1980), un éxito de ventas ambientado en el
siglo XIV, que narra la investigación que realizan fray Guillermo de
Baskerville y su pupilo Adso de Melk alrededor de una misteriosa serie de
crímenes que ocurren en una abadía. La novela fue reeditada en numerosas
ocasiones, merecedora del premio Strega (1981), en Italia, y el premio Medicis,
en Francia, y fue llevada más tarde al cine por el director J.J. Annaud con
gran éxito.
Matar a un ruiseñor, premiada con el
premio Pulitzer, y la posterior
película, protagonizada por Gregory Peck, ganadora de tres oscars. Es
difícil encontrar otra novela contemporánea que haya tenido un impacto tan
duradero como esta, la historia semiautobiográfica sobre un abogado sureño
blanco, Atticus Finch, que defiende a un negro acusado injustamente de violar a
una blanca. Escrita en los años cincuenta, en el momento más feroz del
terrorismo blanco contra los negros en estados como Alabama, Lee creció en
Monroeville, inspiración de Maycomb, el pueblo de Matar a un ruiseñor.
Matar a un ruiseñor, además
de una evocación del paraíso infantil y una denuncia del racismo, es un manual
de ciudadanía, una Biblia cívica leída por sucesivas generaciones de escolares
en este país.
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