Del 'glam' a la salsa, del
romanticismo más clásico a la balada cínica, los gustos musicales del escritor
peruano son tan variados como su literatura.
Santiago Roncagliolo
(Lima; 1975) es un escritor ecléctico. Ha cuidado siempre su equipaje, como
dice el poeta, para ir ligero de él:
todo lo que pese más de 35 kg es innecesario y te mantiene atado al pasado, 35
kg, era lo que pesaba su equipaje cuando llegó a España con la intención de
triunfar desde su Perú natal, ha flirteado con todos los géneros: literatura
infantil, teatro, guion de telenovelas, traducción, biografía, discurso
político, periodismo de investigación... en sus duros comienzos en España desde
limpiar pisos hasta negro literario hasta que triunfó en 2006 con su novela Abril Rojo ganadora en el 2006 del
premio Alfaguara dotado con 175.000
dólares.
La lista de las 10 canciones
favoritas de Roncagliolo es miscelánea pura, como su literatura. "Lo bueno de ser escritor es que lo
amortizas todo, porque en la novela vale todo", dice el autor peruano.
Lo mismo pasa con sus canciones preferidas: Matador de los Fabulosos Cadillacs.
Ne me quitte pas, Jacques Brel. Un día en el mundo, Vetusta Morla. Feel, Robbie Williams. Una canción triste, Enrique Bumbury. Persiana americana, Soda Stereo. Enjoy the silence, Depeche Mode. Absolute Beginners, David Bowie Carnaval, Celia Cruz y El baile y el salón,
Café Tacuba.
Santiago Roncagliolo tiene su peculiar pentágolo para escribir las novelas policiacas y en general su obra literaria:
1. Trata de que el
protagonista se parezca a ti. Una versión exagerada, retorcida y deformada de
ti, pero en el fondo, tú.
Sacas las cosas que tienes, tus emociones, hablas de ellas. Pero a la vez las
disfrazas porque estás mintiendo todo el tiempo, estas exagerando y cambiando.
Tomas de los demás cosas para cubrir tus propias emociones. Tampoco te expones
tanto. La gente no ve cuánto hay de personal. Tú lo sabes, pero los demás no se
dan cuenta.
2. Trata de entender qué esperan de
ti la crítica y el público... Y luego haz exactamente lo contrario. Desde su triunfo con un thriller político, 'Abril rojo',
todo el mundo pensó que iba a escribir cosas políticas. Saqué una comedia, una
de ciencia-ficción y ahora piensan qué cuernos haré la próxima vez y eso me
parece interesante. En la música, David
Bowie, cada cosa que hacía era una transformación. Lo que me gusta
cuando leo y escribo es explorar distintos mundos, distintos universos (y
parece ser también cuando escucha música). Cuando se espera que haga algo, hago
lo opuesto.
3. Olvida eso de que los personajes
"tienen vida propia y se rebelan contra su autor". Esos perdedores
son tus esclavos. Puedes matarlos si quieres. Es el placer de esto. En la vida real no puedes matar a la
gente cuando quieres. Tengo amigos que hacen cine y la parte que no entiendo es
que tienes que trabajar con gente. ¡Los actores tienen sus propias ideas! ¡Los
de vestuario tienen propuestas! Lo que me gusta de escribir libros es que
mando, soy un dictador, no es ninguna democracia. Control 'freak', todo
controlado. Un universo a mi medida.
4. Escribe historias en las que
pasen cosas, no teorías. Seguramente eres muy inteligente, pero no lo tienes
que demostrar. Una novela no es un examen de admisión al doctorado. Una novela, como en general el arte, no apunta a tu cabeza,
apunta a tus emociones. Tienes que emocionar, y si emocionas puede que hagas
reflexionar. Lo contrario no ocurre.
5. No desprecies las emociones
básicas: humor, amor, soledad. Muchos intelectuales se avergüenzan de compartir
sentimientos con más del 5% de la población. Deja que ellos mueran solos y
amargados. Ni solo ni amargado. Cuando crecí, la cultura tenía que ser
popular o alta cultura. Y se odiaban mutuamente. Tomo cosas de grandes
escritores, pero las telenovelas forman parte de mi cultura. Hago comedia, hago
'thriller'. La telenovela es el único
género narrativo latinoamericano, el único que hemos inventado. Es más
respetable que lo que la gente cree.
Su última novela “La pena máxima” rescata a su personaje
de Felix Chacaltana, se desarrolla
en Lima en 1978 en pleno Mundial de futbol; un hombre que huye por las calles
de Perú con una extraña mochila colgando. Alguien le persigue pero no encuentra
ayuda pues todo el mundo se encuentra pegado al televisor ya que la selección
nacional juega un partido del Mundial que se juega en la Argentina de la
dictadura de Videla y la selección peruana parece que tiene posibilidades. Los
peruanos están pendientes del fútbol; durante esos días parece que no existe
nada más en Lima. La novela se divide en siete capítulos que corresponde a los siete partidos que Perú jugó en el Mundial de 1978.
Para todos salvo para Chacaltana, un
funcionario del archivo al que no le gusta el deporte rey. Chacaltana es un
joven de lo más peculiar. Formal hasta decir basta, más trabajador y
responsable que nadie, es una “rara avis” nada le hacía más feliz que la prosa
elegante de un oficio legal y que los documentos y denuncias estén en su sitio.
Vive con su madre viuda y tiene una novieta a la que respeta tanto que ella está
más que harta.
CUBILLAS EL HÉROE NACIONAL DEL MUNDIAL 78 EN PERÚ. |
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