Estos días se estrena “Dunkerque” de Christopher Nolan que sepresenta como la mayor superproducción que se ha rodado sobre el tema y la semana pasada gracias a “Su mejor historia” veíamos como los británicos utilizaron el cine para que la batalla de Dunkerque no se presentara como una derrota, sino que sirviera para levantar la moral de la población; buscar la implicación norteamericana en el conflicto y que se convirtiera, en definitiva, en la primera piedra de la victoria final.
La película trata sobre la milagrosa
evacuación de las tropas aliadas en Dunkerque - una ciudad portuaria
francesa cercana a la frontera con Bélgica - llevada a cabo entre el 26 de Mayo
y el 4 de Junio de 1940, que puede considerarse no sólo la primera victoria
moral de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, sino también uno de los
mayores errores estratégicos por parte del bando alemán durante el conflicto.
Pero como veremos ya este hecho había sido tratado antes en el mundo del cine. Aunque
puede parecer un poco aventurado calificar una retirada como una victoria - el
propio Churchill, pese a congratularse del éxito obtenido, dijo en un discurso
ante la Cámara de los Comunes que "las
guerras no se ganan con evacuaciones" -, lo cierto es que la proeza de
conseguir evacuar más de 300.000 soldados, la mayoría de ellos británicos,
supuso un evidente alivio para los Aliados, levantando la moral de las tropas.
No en vano, muchos de los soldados evacuados en Dunkerque, regresarían 4 años
más tarde a Francia, iniciando la liberación del país y del resto de Europa
Occidental.
Tras el irresistible empuje alemán en Bélgica, y previendo las
dificultades de un posible repliegue hacia Francia, el comandante en jefe de la
Fuerza Expedicionaria Británica, esbozó un plan para evacuar sus tropas de
regreso hacia su patria. El día 24 de Mayo se dio desde Londres la autorización
para dar comienzo a la Operación Dynamo,
que es el nombre que recibiría el plan ideado.
Un día antes, el 23 de Mayo, los blindados del Grupo de Ejércitos A
de la Wehrmacht al mando del general Gerd von Rundstedt, recibieron de Hitler
la orden de detenerse a escasos 30 kms. de Dunkerque. Rundstedt protestó
formalmente contra dicha orden, por considerarla totalmente inconcebible
militar y estratégicamente hablando, pero fue confirmada por telegrama,
ordenando el Führer que se cumpliese al pie de la letra. Esta decisión sería
crucial para el éxito de la evacuación aliada, ya que concedió un respiro de
tres días a las exhaustas tropas aliadas para fortificar las últimas líneas de
defensa destinadas a contener a los alemanes mientras se producía la
evacuación.
Son varias las especulaciones que llevaron a Hitler para tomar esta
inexplicable decisión; entre ellos se con que el
dictador germano no quiso humillar excesivamente a los británicos, con
vistas a obtener un futuro tratado de paz con esta nación, con la que no
deseaba la guerra. Otros generales alemanes indicaron que la causa final de la
decisión de Hitler estuvo en que, Hermann
Göring, el comandante en jefe de la Luftwaffe aseguró que podía aniquilar
completamente a las fuerzas aliadas que se habían concentrado en la costa a la
espera de ser evacuados con el empleo de la aviación. Así, el general
Warlimont, jefe de operaciones del Cuartel General de la Wehrmacht comentó:
"A mí me comentaron otra razón, según la cual Hermann Göring dio seguridad
al Führer de que sus fuerzas aéreas completarían el cerco".
A las 23:30 horas del 26 de Mayo comenzó oficialmente la Operación
Dynamo. Bajo un intenso fuego de artillería de las baterías alemanas y
bombardeos de los aviones Luftwaffe - entre los que se encontraban los temibles
bombarderos en picado Stuka - miles de soldados ingleses, franceses y belgas
aguardaban su turno en la playa de Dunkerque para embarcar.
Así que durante la operación
se utilizó un gran número de barcos de poco calado - lanchas, pesqueros o
barcas de recreo - para transportar a los soldados desde la playa hasta los
barcos de la Marina Inglesa, que permanecían en alta mar defendiéndose de los
bombardeos de la aviación alemana con sus propias baterías antiaéreas. Las
pequeñas embarcaciones atracaban en improvisados muelles y espigones formados
por vehículos y chatarra de todo tipo, que era colocada en fila, adentrándose
en el mar. En sus viajes desde la playa a los barcos y viceversa, estos little ships debían sortear todo tipo
de desperdicios, equipamientos, chatarra y barcos hundidos, así como cadáveres
y restos humanos, todo ello bajo el constante hostigamiento de la artillería y
aviación nazis (sin olvidar las minas alemanas y los submarinos y lanchas
torpederas enemigas).
La operación, que en un principio estaba ideada para evacuar 50.000
hombres en 5 días, había superado las expectativas. Las cifras de evacuados fueron realmente espectaculares: un total de
338.872 soldados, de los cuales 215.787 eran británicos de la Fuerza
Expedicionaria y el resto franceses y belgas. El resto de las tropas
británicas que quedaron en Dunkerque decidieron rendirse a los alemanes,
mientras que las tropas francesas optaron por abrirse paso hacia el Sur, pero
finalmente tuvieron que rendirse. En total, los alemanes capturaron unos 22.000
prisioneros.
“De Dunkerque a la victoria” fue un film italiano de 1979 en la que
varios amigos de distintos países se veían separados por la guerra y acaban
combatiendo entre ellos en distintos episodios militares, uno de ellos la
batalla de Dunkerque.
Bing Crosby era un corresponsal americano que cubría la información sobre la retirada británica en Dunkerque en “El niño perdido” |
en el clásico de William Wyler “La señora Miniver” veíamos cómo eran reclutadas las embarcaciones civiles para ayudar en la evacuación. |
La última vez que vimos el episodio reflejado en el
cine fue en 2007 en “Expiación. Más allá de la pasión” de Joe Wright con un
espectacular plano secuencia de más de siete minutos que recorría la playa
atestada de soldados.
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