Dice Paco Roca en su biografía
que “Me
considero uno de esos privilegiados que ha conseguido vivir de su sueño
infantil. Desde pequeño quería trabajar dibujando y en la actualidad compagino
la ilustración con el cómic”.
“Como ilustrador he hecho todo tipo de trabajos, desde publicitarios a editoriales pasando también por el mundo de la prensa, en el que he publicado entre otros sitios en el suplemento cultural Babelia y El Semanal de El País, Las Provincias, Corriere della Sera o Süddeutsche Zeitung Magazin.”
En la crónica del diario El Mundo, con motivo de la muestra en el Museo Valenciano de la Ilustración que tuvo lugar en 2012 se recoge: Hay al menos dos versiones del escritor y dibujante Paco Roca. Simplificando y por tiempos.
Ahora, el Paco Roca que viaja en 'business' con el presidente del Gobierno, que le levanta un Goya a Pedro Almodóvar, que rechaza invitaciones de la Casa Real, el Paco 'Loca' que triunfa en Japón, el que conquista el primer Premio Nacional de Cómic, que se rifan en los festivales de medio mundo, que da nombre a una calle de Getafe... Vamos, el Paco Roca estrella del tebeo.
Antes, el Paco Roca que soñaba con dibujar para Bruguera, que copiaba a Astérix y a Tintín y acabó trazando tías buenas. "Esas pollas tienen que ser más venosas y los coños tremendamente húmedos", le soltó el editor de 'Kiss Cómix' antes de ficharlo. Vendría luego la mítica 'El Víbora'. Más tías buenas. Hasta que un fan le dio la mano. "La de veces que me he masturbado yo con tus dibujos". Y se acabaron las tetas...
Entre un Paco y otro
Paco, entre tetas y 'Arrugas', se dibuja la trayectoria de uno de los autores
de cómic de referencia de nuestros tiempos.
En Astiberri, tiene once
obras editadas: El Faro, Arrugas –por la que recibió el Premio Nacional del
Cómic en 2008, los premios al mejor guión y mejor obra en el Salón del Cómic de
Barcelona 2008 y el Goya al mejor guión en 2012 de la versión al cine dirigida
por Ignacio Ferreras, que también se llevó la estatuilla a la mejor película de
animación–, Las calles de arena, Emotional World Tour, El invierno del
dibujante, obra merecedora de los premios al mejor guión y mejor obra en el
Salón del Cómic de Barcelona 2011, Memorias de un hombre en pijama, nominada a
mejor obra nacional en la edición de 2012 de la citada feria de Barcelona,
serie de la que ha publicado también Andanzas de un hombre en pijama y sobre la
que está dirigiendo un largometraje de animación que, se prevé, se estrene en
2017.
Después de ilustrar La metamorfosis, de Franz Kafka, le dio forma
definitiva a El juego lúgubre. Con Los surcos del azar y ya en 2015 con La
casa, una obra intimista en torno a la figura del padre desaparecido, Paco Roca
ha demostrado situarse como un autor de primer nivel internacional.
Distintas aportaciones se pueden encontrar en la ya extensa obra
del joven autor valenciano, que se mueve siempre bien documentado entre
temáticas sociales, autobiográficas, costumbristas o centradas en la historia
reciente de este país. Concretamente, por un lado, tanto Arrugas (temática
social sin tapujos centrada en la tercera juventud con la presencia de la
enfermedad de Alzheimer) o El ángel de la retirada junto con Los surcos del azar (temática histórica de exilio y
guerra) suponen interesantes títulos para profundizar en valores al tiempo que
sensibilizan sobre la realidad diaria que muchas veces observamos en los informativos. Por otro lado, El
invierno del dibujante es un delicioso fresco de la intrahistoria de los
dibujantes de tebeos en la España de finales de los años cincuenta; nuevamente
otro capítulo con el que Paco Roca acierta de lleno en el mercado nacional.
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