domingo, 5 de noviembre de 2017

BOTIFLER, EL INSULTO FAVORITO DEL "PROCES"




En la sesión de El Pais Digital, “Sepa Usted” del 4 de Noviembre, viene un interesante artículo de Ferrán Bono sobre la utilización del insulto favorito de los separatistas catalanes.
El secesionista ha reavivado para estigmatizar a sus rivales un término nacido en el siglo XVIII contra el Ejército borbónico
 De la palabra botifler se usa como insulto o apodo, pero no está clara la etimología de este término catalán que ha rebrotado con inusitada fuerza durante el procés secesionista. Designa despectivamente a los seguidores de los Borbones y, por extensión, los separatistas la emplean contra todos los españoles opuestos a la independencia de Cataluña.
Dos son las principales teorías sobre su origen: una sostiene que es una creación culta del habla de influencia francesa y otra apunta a una invención popular autóctona. La primera se remonta al sintagma francés beauté fleur (“la bella flor”), en alusión al lis del escudo de armas de la Casa de Borbón. De beauté fleur a botifler no hay más que un paso fonético. Una derivada postula que el término viene de la adaptación del apellido del mariscal Louis François de Boufflers (1644-1711) y así se documenta a principios del XVIII en algunos textos.
La segunda tesis  sostiene que el término provendría del catalán bot unflat, inflat, en referencia a una persona gruesa, rica, en contraposición a la mayoría de población pobre y desnutrida de los siglos XVII y XVIII. “Podía tener también el sentido de una persona conservadora”, apunta Emili Casanova, catedrático de Filología Catalana de la Universitat de València,   señalan que botifler comparte raíz (botir) con botiró, palabra usada para referirse a los soldados borbónicos.
El término aparece documentado en Cataluña desde principios del XVIII  siempre con  un sentido peyorativo, de gabacho, y su uso se remonta a la Guerra de Sucesión. En Cataluña, resurge con mucha fuerza y se extiende en la Renaixença”, el movimiento cultural de reivindicación de la literatura y la lengua catalana de mediados del XIX.
Nuria Sales, en su obra “ Senyors, bandolers, miquelets i botiflers”, publicado en Barcelona en 1984 donde pone en duda muchos de los estereotipos que de los “botiflers” han llegado hasta nuestros días. El más arraigado es su acepción como traidor. Técnicamente fueron lealistas y legalistas, ya que a pesar de la incertidumbre generada por la invasión aliada, decidieron mantenerse leales a los pactos constitucionales jurados a Felipe. Afirmaba Nuria Sales, que los “botiflers” no eran absolutistas durante la contienda y que de hecho, vieron como las instituciones del país se perdían por culpa de los austracistas  y por su apropiación ilegal y por las armas de la Generalitat, Consell de Cent, Paeria y otras instituciones  que en aquellos momentos estaban legalmente representadas por catalanes afectos a la dinastía reinante. Para los borbónicos catalanes fue un drama presenciar como la arriesgada aventura militar emprendida por los “aguilots”, provocaron la perdida de unas instituciones centenarias, ya que al revelarse en armas y al derogar unilateralmente los pactos firmados después de largas negociaciones con Felipe en las Constituciones de 1705-1706, tan solo una victoria militar contundente sobre los borbones podría garantizar la supervivencia del sistema político catalán.
De lo que no hay duda es de su significado contra los partidarios de Felipe V durante la Guerra de Sucesión (1701-1715), frente a los austriacistas, seguidores de la Casa de Austria, que recibían, entre otros, el mote de maulets.
Maulets (juventudes PSAN), años 90
La mayor parte de la antigua Corona de Aragón se había decantado por el archiduque Carlos, más respetuoso con la organización de estilo federalista de los territorios, si bien algunos historiadores matizan ahora esa afirmación. Lo cierto es que la victoria del bando borbónico supuso la promulgación de los Decretos de Nueva Planta, que abolieron las leyes e instituciones propias de los reinos de Valencia y Aragón (1707), del Reino de Mallorca (1715) y del Principado de Cataluña (1716).
Hoy hay cierta confusión en el empleo de botiflers ligado al enconamiento del procés y la forma en que lo profieren los independentistas. Algunos consideran que significa “traidor”. Históricamente, está documentado ese uso, pero solo referido a quienes en Cataluña apoyaron a los Borbones.








En un vibrante discurso que ha sido aplaudido en varias ocasiones por los participantes de la manifestación convocada en favor de la Unidad de España, Paco Frutos ex secretario general del PCE ,, dijo refiriéndose al término despectivo: "Permitidme  que utilice un poco el lenguaje del adversario. Yo soy un 'botifler', soy un traidor a las mentiras, a las historietas que os inventáis cada día desde 1714 a todas las demás. Yo soy un 'botifler' contra el racismo que estáis creando, el racismo identitario. Soy un 'botifler' contra el dogmatismo sectario que preconizáis e intentáis aplicar a toda la sociedad y, además, soy un 'botifler' porque nunca justificaré las corrupciones".

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