En nariz presenta un marcado olor a hierba fresca y a frutos secos acompañado de un aroma algo dulzón caramelizado y ligeramente licoroso.
En boca entra intensamente predominando los amargos en distintas variedades y secuencias, con recuerdos de almendra amarga en su fase final, dejando un postgusto muy agradable a cereal tostado y algo dulzón quizás por el maíz. Buen carbónico que se caracteriza por su burbuja fina y vivaz.
Me resulta muy refrescante y adictiva, idónea para cualquier momento, pero especialmente para el verano.
Si la encuentro en locales junto con otras clásicas rubias comerciales... ni lo dudo! Una Alhambra verde!
Botella de vidrio verde de 33 cl. sin etiqueta alguna que la hace atractiva y especial. La poca información que aparece en la botella se puede leer en sus relieves.
Porque la Alhambra Reserva 1925
es única; su receta se inspira en la primera Alhambra, la primera
cerveza que se produciría en la fábrica de Granada en el año que le da
nombre, y su botella lo hace también con un diseño inspirado en las
primeras que utilizara la marca, de cristal, de 75cl, con tampón de
corcho, señal de un carácter artesanal, de calidad, elegancia y misterio, de tradición artesana, laboriosa y dedicada que le une a La Real Fábrica de Cristales
de San Ildefonso, fundada en 1727 en La Granja por Ventura Sit y el
apoyo de Felipe V y que pervive en nuestros días como Escuela de Vídrio,
un Museo y un Centro de Investigación, promocionando, denseñando y
difundiendo artesanía e historia, arte, técnica y cultura. Rasgos en que
convergen Alhambra y la Real Fábrica y en que ambas que han sabido
aunar el gusto por el arte y la tradición, por el buen gusto y un mejor gusto, la pasión por un oficio y la búsqueda del placer en la perfección
con una edición limitada de copas de pura artesanía con la garantía de
cada una de ellas ha salido de las prestigiosas manos de Diego Rodríguez
y de las que es casi imposible producir más de 10 al día.
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