La protagonista de
“Scandal” es Olivia Pope, personaje encarnado por la actriz afroamericana Kerry
Washington (“Sr. Y Sra. Smith”, “Django desencadenado”). Pope, antigua
directora de comunicación de la Casa Blanca, trabaja por su cuenta en su propia
agencia “Pope & Associates”, especializada en resolver situaciones de
crisis. Pero la agencia va más allá de la pura labor de comunicación. Lo que
hacen en “Pope & Associates” es lavar la imagen y evitar los escándalos de
personajes influyentes de Washington. Esto ha convertido a Olivia Pope en un
personaje muy poderoso, dueña de muchos secretos, pero a la vez vulnerable ante
ciertas situaciones.
Olivia Pope se enfrentará a uno de los
momentos más duros de su vida después de que los medios de comunicación
confirmen que ella es la amante del Presidente de los Estados Unidos. Algo que
no sólo puede afectar a su vida personal, sino también a su carrera ya que su
agencia podría empezar a perder clientes por el terrible escándalo.
Judy Smith, sirvió como inspiración para Scandal, nacida y
criada en Washington D.C., hija de una trabajadora de la limpieza, trabajó en
varias ramas de la Administración hasta que llegó a ocupar el puesto de
subdirectora de prensa durante la presidencia del primer presidente Bush. Al
salir de allí, se pasó al sector privado y fundó Smith & Co, la empresa de
“solucionadores de crisis” que tiene como clientes desde Sony a Lena Dunham. Su
figura se hizo más mediática durante el
caso Lewinsky (a su pesar, porque la discreción es una de sus grandes bazas).
Allá estaba Smith, guiando a la exbecaria de la Casa Blanca por el enjambre de
fotógrafos que la seguía a todas partes.
Se entiende que Shonda
Rhimes, la poderosa productora televisiva detrás de éxitos como Anatomía de
Grey, quedara fascinada por ella cuando la conoció. Rhimes le prometió que
crearía una serie basada en su vida y de ahí surgió Scandal, en la que Kerry Washington lleva cinco temporadas interpretando a Olivia Pope, la
versión de Smith en la ficción. “Bueno, yo no voy por ahí trasladando
cadáveres ni mantuve relaciones con el presidente de Estados Unidos”.
La apagafuegos ejerce también como productora ejecutiva de Scandal
y aconseja a los guionistas a la hora de concebir las crisis a las que se
enfrentan los “gladiadores con traje”, como Olivia Pope llama a sus asociados.
Mantiene una excelente relación con Kerry Washington, que suele llamarla “al
menos una vez por capítulo” para consultarle cómo afrontaría ella tal o cuál
situación y ha calcado de ella varios detalles clave, como la tendencia a vestir de blanco, su afición por los buenos vinos y las firmas de lujo. “Es mi color preferido,
pero yo no consigo estar tan impecable a todas horas como Olivia Pope ¡Nadie
puede!”
Olivia es una mujer con mucho poder y esto lo tratan de mostrar con
su ropa: no sólo con el hecho que todo su clóset sea de ropa de diseñador, sino
también utilizando “power suits”, pocas veces se ve a Olivia con faldas, en un mundo de hombres a la cabeza de la
política, ella también debe lucir como un personaje fuerte. Lyn Paolo, estilista
de la serie logra hacer un contraste entre poder y feminidad: Los trajes son
siempre de pantalón y muy estructurados, sin embargo vemos a Olivia en ropa en
tonos bastante claros la mayor parte del tiempo (beige, gris, blanco, rosas
pálidos) y siempre con estilos que acentúan sus curvas.
La ropa de la protagonista nos recuerda el estilo de Claire
Underwood de House of Cards (Robin Wright). Vemos a Olivia Pope siempre
impecable con abrigos elegantísimos, blusas, zapatos, sus grandes bolsos de
marca y la cartera adecuada, impecable sin importar que haya no haya dormido por
tres días. Cabe resaltar que la mayor parte del guardarropa que se muestra en
Scandal viene respaldado por grandes nombres de diseñadores y la mayoría son
piezas únicas hechas especialmente para la serie o que en el momento en que salieron al aire
los distintos episodios, estaban recién salidas de las mejores pasarelas.
Curiosamente, mientras en las pantallas españolas se veía, como que
Olivia y Fitz se besaban en el balcón Truman, ubicado en la fachada posterior
de la Casa Blanca, la actriz Kerry Washington coincidía con Barack Obama en la
sala de recepciones del ala este de la Casa Blanca.
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