Javier Sáez Castán (Huesca, 1964) ha
sido galardonado este martes con el Premio Nacional de Ilustración 2016, que
concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte , por su creatividad y
talento narrativo y por su capacidad para "construir mundos".
Javier Sáez Castán es un fanático de los libros para niños y
jóvenes, y es escritor e ilustrador desde muy joven. Estudió Bellas Artes en la
Universidad Politécnica de Valencia. Es el responsable de muchas horas de
diversión para los que conocemos sus ilustraciones de Animalario universal del Profesor Revillod, Extraños o el La Merienda
del Señor Verde.
Ha recibido este merecido
galardón a una trayectoria repleta “de creatividad y talento narrativo que
implica la dimensión objetual del libro; por su capacidad para construir mundos
y contagiarlos; por la calidad de sus obras, muchas de las cuales son grandes
clásicos contemporáneos de dimensión internacional y por su generosidad como
formador”. Castán ha asegurado que está muy contento “porque estas cosas nunca
te las acabas de creer; es un premio de mucha importancia dentro de un sector
muy exigente en el que que hay mucha competencia” y que supone el ‘culmen’ a
una exitosa carrera profesional. Como él indica sus libros “son pequeños mundos
que duran muy poco pero que encierran algo mágico […], como un jardín que se
guarda en el bolsillo”.
Su vocación como autor-propietario de esos espectáculos portátiles
es la de poder entretener al público y distraerle de las fatigas cotidianas.
Cuenta, que bebe de la inspiración de pintores entre otros como Stubbs,
Hammershoi o Hopper, ilustradores como Doré,
Los libros de Javier Sáez Castán “provocan curiosidad, interés,
hacen sonreír, reír, querer jugar y sobre todo, querer acompañarle a donde
quiera llevarnos en sus libros”.
El Animalario
Universal del profesor Revillod es un álbum del tamaño de una pequeña libreta de notas, que bien
podría tomarse por uno de esos cuadernos de campo en que antropólogos,
naturalistas, exploradores o viajeros ávidos de lo exótico, describieron y
dibujaron especies vegetales, animales, sitios, encuentros, gentes u objetos hallados
en lugares extraños y siempre remotos
En Extraños el juego con el color de Javier Sáez Castán es
sin duda un acierto, pues al final los monstruos, por muy desagradables que
sean, se definen simplemente por su tonalidad, lo que los hace iguales o
diferentes, es decir, extraños.
La merienda del señor Verde es un claro homenaje a Magritte, el
pintor belga surrealista. Los señores con bombín, el bosque con los troncos de
los árboles ocupando casi toda la superficie de la imagen y las copas cortadas,
el jinete en el bosque, los paraguas, el hombre erguido con los pies en el aire
y no en el suelo, son los elementos que nos remiten a la obra del pintor.
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