En estos últimos meses han salido fans de las Gilmore hasta de debajo de las piedras. Todo el mundo las seguía. Incluso cuando en España las emitía la 2 por la noche o cuando pasaron a verse en las mañanas de la segunda cadena de la televisión pública. Pero, ¿qué ha pasado realmente? ¿Por qué ahora todos somos fans de Las chicas Gilmore? Pues porque molan. Sus litros de café, sus charlas a la velocidad del rayo, sus referencias culturales, sus excentricidades. Es una de esas series que vuelves a ver y te saca una sonrisa. En medio de tanto zombie, tanto robot rebelde y tantos dragones, siempre es un placer volver al café de Luke.
Cuando se estrenó la serie en el año 2001 pensaban que una historia sobre una madre soltera y una hija adolescente en un pueblecito rural de Connecticut no podría atraer a mucha audiencia y se la calificó peyorativamente como "serie de mujeres". Después de siete temporadas y 154 capítulos ni ellas mismas tenían claro el impacto que tuvo su serie. En los años de emisión, del 2001 al 2007, los premios las olvidaron, no aparecían en los listados de mejores series del año y, en países como España quedaban relegadas a cadenas y horarios de segunda, de hecho la última temporada resultaba toda una heroicidad verla.
La ficción creada por Amy Sherman Palladino alcanzó la categoría de serie de culto por su uso de un lenguaje universal y por los guiones más rápidos y cargados que ha visto la televisión. Sus actores se enfrentaban cada día a más de 80 páginas de script, que es el doble de la media que tienen los capítulos de esa duración. Pero las siete temporadas que repasan la vida de Lorelai Gilmore y su hija Rory son mucho más que cifras récord. Es humor con más contenido cultural que un programa de Saber y Ganar, historias humanas y litros de café.
Las chicas Gilmor son Lorelai (interpretado por Lauren Grahan), una mujer hecha a sí misma, soltera, atractiva, treintañera y gerente de un hotel. Tuvo a su hija Rory (Alexis Bledel) con dieciséis años y escapó del asfixiante ambiente esnob de la casa de sus padres. La pequeña de las Gilmore empieza la serie con la misma edad que tenía su madre al quedarse embarazada, pero pronto veremos que solo comparten el color azul de los ojos y su adicción por el café. Ambas se rodean de personajes excéntricos y adorables que siempre les ayudan a avanzar en su pequeño pueblo de Stars Hollow.
El único personaje que no volverá a Las chicas Gilmore es el abuelo Richard. Su actor, Edward Herrmann, murió en 2014, y la serie le rinde homenaje. “Mis escenas favoritas siempre fueron las cenas en casa de Richard y Emily”, recuerda Lauren Graham. Por eso no poder recuperarlas fue especialmente duro.“Pero de alguna forma los cuatro episodios giran alrededor de él, sobre cómo las tres mujeres Gilmore lidiamos con su ausencia”.
Si quieres pasar un buen rato no te pierdas "Las 4 estaciones de las chicas Gilmore" con un final verdaderamente a la altura de la serie.
By Yola
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