De Homero a Raoul Walsh, de Héctor a Custer o de La Ilíada a
Murieron con las botas puestas.
Hace poco Juanjo Coronado propuso las escenas de películas que nos hubieran impactado y recordáramos , yo mande la famosa escena de “Murieron con las botas puestas” que el general Custer (Errol Flynn ) se despide de su esposa Elizabeth (Olivia de Havilland) antes de partir a la batalla de Little Big Horn ...Enrique A. P., me contestó lo siguiente:
“no estoy seguro de que Raoul Walsh se inspirase en la Iliada, pero la despedida de Custer es muy similar a la que describe Homero entre Héctor y Andrómaca. Posiblemente la más sentida despedida de la literatura universal”
Despedida de Héctor a Andrómaca:
Héctor, saliendo presuroso de la casa, desanduvo el camino por las bien trazadas calles…, corrió a su encuentro su rica esposa Andrómaca, llorosa, se detuvo a su vera, y asiéndole de la mano, le dijo:
Andrómaca: - Héctor, amor mío, no vuelvas a la lucha, por favor. Si vas te enfrentarás a la muerte y ella te vencerá, nunca más volverás con nosotros y no quiero perderte porque para mí eres mi todo, no tengo padre, ni madre, ni hermanos, ahora que ya no estoy sola porque te encontré a ti y reemplazaste a todas esas personas que eran mi vida, te perderé a ti también.
Héctor, saliendo
presuroso de la casa, desanduvo el camino por las bien trazadas calles…, corrió
a su encuentro su rica esposa Andrómaca,
llorosa, se detuvo a su vera, y asiéndole de la mano, le dijo:
Andrómaca: - Héctor,
amor mío, no vuelvas a la lucha, por favor. Si vas te enfrentarás a la muerte y
ella te vencerá, nunca más volverás con nosotros y no quiero perderte porque
para mí eres mi todo, no tengo padre, ni madre, ni hermanos, ahora que ya no
estoy sola porque te encontré a ti y reemplazaste a todas esas personas que
eran mi vida, te perderé a ti también.
Héctor: - Pero la
deshonra es peor que todo eso y tengo que ir a la batalla como un hombre y
enfrentarme a Aquiles. Si no fuera a esa lucha sería más dolorosa la deshonra
que la muerte. Aunque sufra y muera de
pena por dejaros porque sois lo más importante para mí. Y este es mi destino
aunque mi vida termine para muy pronto y no pueda estar junto a vosotros. Pero
si muero estaré en el Hades esperándote. Temo que al morir yo no tardará mucho
en caer Troya y nos reencontraremos en el Hades aunque sea un lugar horrible me
dará igual porque estaré con vosotros.
Andrómaca: - De
todos modos la muerte de los troyanos y la caída de Troya está en manos del
destino, nadie puede decidir su suerte y si tienes que luchar en esa batalla,
hazlo, pero si te vas quiero que sepas que siempre vas a estar en mis
pensamientos. No creo que tarde en irme contigo al Hades, cariño, pues si tú no
estás todo será mucho más difícil y Troya no será la de antes, pueden pasar
muchas cosas. Ten valor y vence al miedo, sé fuerte como tú eres, y que el
destino decida.
Héctor: - No podemos
confiar en el destino, pero yo sé que el mío es morir luchando con Aquiles.
Esposa, que no te abata la desesperanza.
Dichas estas
palabras, el preclaro Héctor se puso el yelmo adornado con crines de caballo, y
la esposa amada regresó a su casa, volviendo la cabeza de cuando en cuando y
vertiendo copiosas lágrimas. Pronto llegó
Andrómaca al palacio, lleno de gente,
de Héctor, matador de hombres; halló en él a muchas esclavas, y a todas las
movió a lágrimas. Lloraban en el palacio a Héctor vivo aún, porque no esperaban
que volviera del combate librándose del valor y de las manos de los aqueos.
“Mañana parte mi marido. Y no puedo evitar la sensación de que se
acaban mis días de felicidad. Me invaden presentimientos de desastre jamás
conocidos. Procuro ocultarlos en el fondo de mi corazón. Pero es algo
insoportable. Y pido al Señor que no me condene a pasear sola”
“PASEAR A SU LADO POR LA VIDA FUE MUY AGRADABLE, SEÑORA” (Murieron
con las botas puestas, 1941. Raoul Walsh)
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