Para el programa de
TVE “Días de Cine”, estas son las mejores películas internacionales del año que
ha terminado, en algunos casos coinciden con lo de otro críticos y como
siempre, menos con la del público en general.
1º.- COLD WAR
Pawel Pawlikowski
regresa con Cold War, un cuento fantástico y lleno de música en blanco y negro cuyos
personajes habitan el mundo de secretos que fue la vida al otro lado del telón
de acero. El corazón de la encantadora película es la historia de amor entre un
director de teatro musical llamado Wiktor (Tomasz Kot) y la joven hermana Zula
(Joanna Kulig), de quien se enamora desde el mismo instante en que la conoce en
una audición para un proyecto de música folclórica polaca, el Mazowsze Folk
Ensemble, nacido con el propósito de levantar la moral de la nación después de
la Segunda Guerra Mundial. Las primeras escenas de la obra presentan paisajes
nevados y fríos en los que la música se antoja un mecanismo de supervivencia
para los polacos, aún convalecientes del trauma bajo los nazis. Aunque los
alemanes ya no están, permanece el clima invernal.
La acción transcurre a lo
largo de quince años en el peridodo de la Guerra Fría, durante los que vemos
cómo la pareja rompe y luego se reúne esporádicamente. Pawlikowski opta por
contar su historia por episodios, concentrándose en los momentos en que se ven
las caras, repartidos entre Polonia, Alemania, Yugoslavia y Francia,
Se trata de una película romántica con un poderoso mensaje político
que aún hoy resuena. La historia está inspirada en la vida de los padres del
director, a quienes está dedicado el film y que también dan nombre a los
personajes. El clásico tropo romántico de la pareja destinada a amarse pero
impedida por las circunstancias funciona.
2ºTHE FLORIDA PROYECT (Sean Baker)
Florida Project, como dice
Carlos Boyero en su crítica de El País, cuenta que va de infancias desoladas al
borde de la marginalidad. Así es, pero esas criaturas no han perdido la alegría
de vivir, corretean con jolgorio durante todo el día, conocen prematuramente el
ritmo, la picaresca, los engaños y las inconfesables normas de la calle.
The Florida Project
retrata una zona de Miami que el cine nunca ha frecuentado. Aquí no hay playas,
hotelazos, salsa, gansterismo, exilio cubano, montañas de farlopa pura,
jubilaciones de lujo al amparo del sol. Hay moteles cochambrosos del
extrarradio, gente bordeando la frontera del lumpen, pederastas convencidos de
que el terreno está abonado porque las madres de sus presas están
prostituyéndose o currando todo el rato en trabajos lejanos, gente a punto de
desahucio de ese techo miserable que constituye su único refugio. También habla
de la generosidad, la tolerancia, la comprensión, la piedad hacia los
perdedores, el razonable hartazgo ante tanto problema irresoluble, de una
especie de ángel guardián que ejerce de portero y hombre para todo en ese
miserabilista motel. Ese personaje lo interpreta Willem Dafoe, ese señor de
rostro inquietante y expresión viciosa, un especialista ancestral en dar vida a
villanos. Y aquí resulta tan creíble haciendo de santo humanista como
anteriormente encarnando a tipos siniestros, su creación, digna de ese Oscar al que le han
nominado.
3 CUSTODIA
COMPARTIDA
Guion y dirección de Xavier Legrands, ganadora del premio a la mejor
opera prima y dirección del reciente festival de Venecia, comienza como una
drama legal con una larga escena de más de diez minutos en la que vemos a la
pareja divorciada, sus respectivos abogados y una jueza esgrimiendo sus motivos
y razones por las cuales la custodia de los hijos debería quedar para la madre;
y que el hijo de 11 años pase los fines de semana con el padre. La hija mayor
está a punto de cumplir 18 años, por lo que queda excluida del régimen de visitas.
Una de las mejores y más intensas películas recientes en combinar
realismo social, con el thriller, la cinta va pasando en una suerte de retrato
casi documental de las dificultades y penurias de un divorcio en el que se
sospecha que existen actos violentos y malos tratos por parte de él, a la más
intensa y realista película de terror. Esta historia que ya fue llevada a un
cortometraje por Legrand, nos impacta, causando un shock, con el corazón en la
boca y buscando aire.
4º ROMA.
Alfonso Cuarón rememora su infancia con poesía hiperrealista en una
de las películas del año. Es una película difícil y contemplativa, pero también
una obra maestra. En palabras del propio director, la cinta busca homenajear a
las mujeres de su vida y, por ello, se centra en dos personajes: la matriarca
de una familia de clase alta en el México de los 70 y su criada, los dos
pilares de su educación.
La dirección de actores es todo un prodigio, no hay nadie por
encima de nadie, las dos protagonistas son dos enormes actrices que, aunque
lleven el peso de la película, nunca sobresalen sobre el resto. Esto es fruto
del meticuloso equilibrio con el que Alfonso Cuarón articula su película.
La lástima es que sólo en festivales, hasta nuevo aviso, se pueda
disfrutar de este trabajo en pantalla grande. Su estreno estaba previsto en la plataforma de
Netflix para diciembre, con una fotografía en cinemascope que no merece
ser vista en la pantalla de un televisor o un smartphone. 'Roma' es el trabajo
más personal de Cuarón: es cruda y desesperanzadora, pero, ante todo, muy bella.
5º CALL ME BY YOUR NAME
La indolencia de los veranos, la inseguridad del tránsito a la
madurez o el vértigo y placer irrefrenable del primer amor correspondido. De
todo esto nos habla Luca Guadagnino con 'Call Me by Your Name', el cierre de su
trilogía del deseo: que empezó́ con 'Yo soy el amor' (2009), y continuó con
'Cegados por el Sol' (2015) y su film más completo. Una cinta en la que el
italiano se olvida de su estilo, estridente y excesivo en ocasiones, para
abrazar, con Elio y Oliver, la sensualidad más sencilla, y por eso, compleja.
Una historia de amor universal, especial y singular, pero también
sobre la forma de entenderlo, vivirlo, recordarlo y crecer con él, como se
explicita en un diálogo padre-hijo estremecedor y bellísimo. Un canto a la vida
imprescindible. Y también un baile, como los de Armie Hammer y, sobre todo,
Thimothée Chalamet: un prodigio en la construcción de la identidad y el juego
de miradas que rompe las fronteras del sexo y se regocija en el imparable ímpetu
que da saberse querido o la tristeza inabarcable del amor perdido. (Fotogramas
18/01/2018)
6º THE RIDER.
La cineasta de origen chino Chloé Zhao tiende un puente único en su
especie entre la ficción y una realidad casi documental para dar forma a uno de
los mejores filmes independientes de los últimos años; explorando la psique de
una estrella del rodeo obligado a desmontar la silla y abandonar su pasión tras
un accidente. Una auténtica maravilla que conmueve deambulando entre ficción y
realidad.
7º GIRL
"La interesante ópera prima de Lukas Dhont se convierte en el
retrato descarnado y sin concesiones de un personaje desbordante de energía
(...) Polster, en uno de los debuts interpretativos más arriesgados y
sobresalientes que se recuerdan. Alberto Luchini: Diario El Mundo
8º LUCKY
Lucky es un testarudo y cínico nonagenario que disfruta de su
solitaria y apacible rutina en los días que le quedan. Siendo el único
superviviente de todos sus contemporáneos, deberá comenzar a aceptar los
estragos de la edad y la inminencia de la muerte.
9º EL REVERENDO.
Paul Schrader firma una obra monumental sobre la fragilidad del ser
humano. Sobre su fragilidad y sobre la desolación, el vacío y el horror cuando
se es extremadamente consciente de ella y no se tienen recursos para
soportarla. En esa tesitura se encuentra el protagonista, el reverendo Toller,
interpretado por un Ethan Hawke que corta el aliento en la que, probablemente,
sea la mejor y más compleja actuación de su carrera.
10º SIN AMOR.
Sin amor nace desde la total frialdad, no simplemente del paisaje,
sino de la brutal coherencia con el título de la película que guardan cada uno
de los personajes que aparecen en la película y su creador hacia ellos. La
película de Zvyagintsev sigue los pasos del drama arquetípico de padres en
busca de su hijo desaparecido, solo que estos padres no solo no se quieren,
sino que nunca se han querido y su hijo era para ambos una molestia de la que,
tanto en el fondo como en la superficie, querían deshacerse.
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