Tyler Shields es un fotógrafo y director estadounidense de 35 años conocido por su fotografía provocativa. Shields ganó fama en junio de 2017 por
una fotografía de la cómica Kathy Griffin sujetando un busto que parece el cabo
decapitado de Donald Trump.
Shields es reconocido como
el "fotógrafo favorito de Hollywood". Con los amigos que tiene
Shields, Emma Roberts o Lindsay Lohan , Sara
Paxton, Emma Stone, Lydia Hearst, Francesca Eastwood, Josh Hutcherson, etc. bien
podría tener un catálogo como el de Mario Testino, de las celebridades
perfectas, bañadas del glamour que las representa. Sin embargo, Shields le da
un giro a todo ello, se dirige hasta el límite llevando a sus amigos siempre a
ese extremo para crear imágenes con una composición hermosa y un mensaje
oculto.
Shields ha utilizado las
ideas de sexo, la muerte, la carne, la obsesión, las pesadillas, y la fantasía
para explorar la particularidad de la condición humana. Para mostrarlo lo ha
expuesto en varias series de fotografías. En enero de 2016, la revista Vanity
Fair presentó algunas de las fotografías de en su serie de fotografías, que él
llama "Ficción Histórica" sobre la historia de los EEUU, como la
llegada del hombre a la Luna, la muerte de Marting Luther King, o la represión
policial.
Tyler Shields, en un perfil
que hizo la revista GQ en 2012 decían que "mientras los famosos
productores de Hollywood antes pedían un lienzo de Banksy para exhibir sobre
sus chimeneas como trofeo, ahora lo que quieren es una de las gloriosamente
descabelladas fotografías de Shields". Según un reporte para Guy Hepner,
una galería que vende las obras de Shields, sus fotografías se venden entre
5,000 y 15,000 dólares. El mismo Shields dice que su trabajo cuesta hasta
175,000 dólares. Ha retratado a un montón de celebridades y su trabajo ha sido
exhibido en galerías de todo el mundo.
El juego de colores,
consistencias, ideas, lugares, luz, realidades, texturas y tiempo hacen de sus
obras algo único y que le grita a tus ojos voltearlas a ver y examinar los
detalles que las hacen maestras.
Sus obras a menudo implican
imágenes de violencia y peligro. Shields recurrió a en "Life is not a Fairytale" fotografió a la Lindsay Lohan como una vampira
para esta exposición. El fotógrafo, se
aprovecha de la debilidad del ser para hacer despegar su mente, a tiempo
trasladándolos, a veces desnudándolos y a fotos retratándolos.
Provocateur, la exposición
que acaba de clausurar en Imitate Modern
de Londres, sigue una línea más sutil,
pero no por ello menos audaz. Sus imágenes nos hacen reflexionar sobre nuestros
objetos de deseo y los tabúes que representan. Shields prende fuego a valiosísimos
baúles de Vuitton, convierte líneas de maquillaje en pinturas de guerra,
transforma iconos de moda en declaraciones políticas y fotografía vestidos de
firma bajo el agua para ayudarnos a verlos desde otra perspectiva...
Ahora bien, a menudo se le
acusa de frivolidad y superficialidad, de querer exaltar el mismo mundo que
critica. Hay bastante controversia con el tema de la originalidad de sus fotografías
y con el hecho de que es posible que sus intenciones sean puramente banales y
provocativas, sin ánimos de verdadera crítica social, utilizando famosos solo
para atraer el público.
Foto de la izquiera: Tyler Shields, 2011. Foto de la
derecha: Guy Bourdin, 1979.
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Destacan las críticas negativas que aluden a
que Shields copia descaradamente la fotografía y el estilo otros autores como,
por ejemplo, Helmut Newton y Andy Warhor. Picasso (posiblemente) dijo una vez,
"Los buenos artistas copian; los grandes artistas roban". ¿Entonces
Tyler Shields es un gran artista? La crítica opina que copiar el trabajo de otros no es el
mayor problema de las fotografías de Shield. "El problema con el trabajo
de Tyler Shields no es tanto que esté copiando el trabajo de tantos artistas
—aunque este no debería ser el modelo a seguir para un artista— sino que sus
apropiaciones reemplazan la visión única del original con el truco barato del
shock o la nostalgia.
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