El Príncipe Constante es una comedia dramática compuesta
en 1629 por Pedro Calderón de la Barca, dividida en tres actos y escrita en verso. Es una refundición de la
crónica del infante santo del escritor Portugués Fray Joao Alvares.
Calderón escribe El Príncipe Constante sobre un suceso histórico, que a su vez no se explica sin otro ocurrido previamente. En efecto, en 1415, el rey de Portugal Juan I acomete y logra la conquista de Ceuta. En 1438 los portugueses intentan un segundo acto, la toma de Tánger, que termina en fracaso y con el infante Fernando y otros nobles prisioneros. Quedará cautivo y rehén al que se le ofrece la libertad a cambio de la devolución de Ceuta, El príncipe muere en Fez en 1443 sin recuperar la libertad, al no aceptarla de modo alguno a cambio de la dicha ciudad.
Calderón escribe El Príncipe Constante sobre un suceso histórico, que a su vez no se explica sin otro ocurrido previamente. En efecto, en 1415, el rey de Portugal Juan I acomete y logra la conquista de Ceuta. En 1438 los portugueses intentan un segundo acto, la toma de Tánger, que termina en fracaso y con el infante Fernando y otros nobles prisioneros. Quedará cautivo y rehén al que se le ofrece la libertad a cambio de la devolución de Ceuta, El príncipe muere en Fez en 1443 sin recuperar la libertad, al no aceptarla de modo alguno a cambio de la dicha ciudad.
El guerrero Muley explica de un modo bien erudito
algunas cosas sobre la ciudad de Ceuta:
Aquella que está a la boca
del preto Eurelio fundada,
y de Ceido nombre toma
(que Ceido, Ceuta en hebreo
Vuelto el árabe idioma
quiere decir hermosura
Y ella es ciudad siempre hermosa)
Poco importa que Elisa no
fuera Ceuta, sino una ciudad cercana a Tarsis en la península, ni tampoco que
la explicación filológica de Ceido/Ceuta sea disparatada (seria Septa/Ceuta
lugar cercano en latín), pero sí importa ese mudejarismo mediterráneo, esa
mezcla entre el hebreo, árabe y castellano tan típico en Calderón.
Un ejército marroquí ataca
inmediatamente a los portugueses y los derrota; en el ataque toman prisionero
al infante; se le da buen trato, pues los marroquíes saben que él puede ser un
rehén con el cual pueden rescatar a Ceuta de las manos portuguesas.
¿Quién a Fernando le
obliga
para que su muerte
siga,
para que infelice
muera?
Si por ser crüel y
fiel
a su fe sufre castigo
tan dilatado y cruel
él es el crüel
consigo,
que yo no lo soy con
él.
¿No está en su mano
salir
de su miseria y vivir?
Pues eso en su mano
está.
Entregue a Ceuta y
saldrá
de padecer y sentir.
El moribundo rey acepta la
transacción y un noble es designado para efectuar el negocio; cuando este
llega a Marruecos, Fernando no acepta el negocio y ante la negativa el rey
barbaro somete a Fernando a la esclavitud; este no acepta en la prisión la
ayuda de sus compañeros e incluso la que quiere presentarle Muley Hassah en
agradecimiento a su magnificencia.
Alfonso de Portugal,
rey famoso, a quien
celebre
la fama en lenguas de
bronce
a pesar de envidia y
muerte,
salud te envía y te
ruega
que pues libertad no
quiere Fernando, como su vida
la ciudad de Ceuta cueste,
que reduzcas su valor
hoy a cuantos
intereses
el más avaro codicie,
el más liberal
desprecie;
y que dará en plata y
oro
tanto precio como pueden
valer dos
ciudades. Esto
te pide amigablemente;
pero si no se le
entregas,
que ha de librarle
promete
por armas, a cuyo
efecto
ya sobre la espalda leve
del mar ciudades
fabrica
de mil armados bajeles;
y jura que a sangre y
fuego
ha de librarle y
vencerte,
dejando aquesta campaña
llena de sangre, de
suerte
que cuando el sol se
levante
halle los matices
verdes
esmeraldas, y los
pierda
rubíes cuando se
acueste.
Finalmente muere en la
prisión y se produce un mito ante los espectadores que lo observaron morir; el
pueblo portugués formado en un gran ejército desembarca en tierra africana y
con la sombra del infante santo encabezando la batalla obtiene el triunfo.
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