Allan Stewart Königsberg,
más conocido como Woody Allen, este
martes 1 de Diciembre soplará 80 velas, una edad que no ha conseguido
jubilarle del cine, un sector que domina a la perfección desde que en 1968 se
situara detrás y delante de la cámara con la comedia Toma el dinero y corre.
Desde entonces ha escrito y dirigido un total de 45 filmes, la mayoría de ellos interpretado por él mismo, a razón
de una cinta por año. Con toda seguridad, no existe en el panorama
cinematográfico una filmografía que haya dedicado tanta atención al
psicoanálisis y a los psicoanalistas como la de Woody Allen. Muchas de sus
creaciones están consideradas obras maestras, pero el genio de Brooklyn también
ha llevado a la gran pantalla piezas que no reflejan todo su talento. Con
motivo de la efeméride, exponemos algunas de sus obras más emblemáticas que
para eso es su cumple, de las Viky, Cristina mejor hablar otro día.
El amor, la muerte, la
religión y más concretamente el judaísmo, el sexo la guerra, el arte, la locura. Temas
universales que nos llevan a cuestionar las raíces más profundas del espíritu
humano. Cada una de estas palabras ha sido cuestionada por grandes filósofos
desde hace miles de años, pero es el cineasta Woody Allen el hombre que ha
tocado todos estos elementos en las tramas de sus películas. Un filosofó
cinematográfico conocido por explotar los grandes cuestionamientos desde un
punto de vista cómico. Absurdo en ocasiones, pero a la vez real, humano, bajado
de las grandes mentes del ideario intelectual para llevarles a los hombres
estos conceptos de manera sencilla y personal. Sus famosas frases tienen de
todo menos lapidaria…
Hay un viejo chiste: dos mujeres mayores están en un hotel de alta
montaña y una comenta, "¡Vaya, aquí la comida es realmente
terrible!", y contesta la otra: "¡Y además las raciones son muy
pequeñas!". Pues básicamente así es como me parece la vida, llena de
soledad, histeria, sufrimiento, tristeza y, sin embargo, se acaba demasiado
deprisa.
Annie Hall,
La cuestión es: ¿he aprendido algo sobre la vida? Sólo esto: los
seres humanos están divididos entre mente y cuerpo. La mente abarca todas las
aspiraciones nobles, como la poesía y la filosofía, pero el cuerpo se lleva
toda la diversión.
La última noche de Boris Grushenko, 1975
Sólo el arte es controlable. El arte y la masturbación. Dos campos
en los que soy un experto.
–No sé, quizá un exceso de masturbación por tu parte. –Oye, ¡no te metas con mis aficiones!
Hannah y sus hermanas, 1986
Con una mentalidad digna de
los mejores comediantes, la creatividad del director lo llevó a escribir guion
tras guion en su siempre confiable máquina de escribir Olympia SM-3. A pesar de
que la producción en serie del director tiene desventajas como los comentarios
negativos de la crítica en las entregas anuales, la filmografía de Woody Allen,
también destacan en otro aspecto como son sus maravillosas BSO, por supuesto,
que él controla, pues se considera una enciclopedia de la música americana hasta los años 50.
A continuación las que
considero sus cinco mejores películas:
·
Annie Hall’ (1977): Para mí, y
seguro que para mucha gente más, la mejor película de Woody Allen. Una
maravillosa historia de amor y desamor que se llevó nada menos que 4 Oscars,
arruinando la noche a, entre otras, ‘La Guerra de las Galaxias’. Destacar el
trabajo de Diane Keaton, espléndida , compenetrada a la perfección con Allen,
su pareja por aquel entonces, quien logra con este film un envidiable equilibro
entre comedia y drama
·
Manhattan (1979) La favorita de
los que no piensan que ‘Annie Hall’ sea tan buena. ‘Manhattan’ me parece otra
de las indiscutibles obras maestras de Allen, con escenas memorables (la famosa
del puente). Es volver a su gran tema, las complicaciones que pueden surgir en
las relaciones de pareja, a través de esa mezcla de drama y comedia que tan bien
domina, pero sobre todo es una declaración de amor a su ciudad, a su querida
New York.
·
‘La Rosa Púrpura del Cairo’ (1985) El mayor homenaje de Woody Allen a su amado cine y al
poderoso valor que éste puede tener en nuestras vidas. Es la fantástica
historia de una mujer solitaria y amargada, que encuentra el verdadero amor en
el protagonista de una película.
·
‘Delitos y faltas’ (1989). Posiblemente, la mejor muestra de lo que comentaba antes,
la facilidad de Woody Allen para jugar con los géneros, mostrando en una misma
película multitud de situaciones de muy diverso tipo, siendo el reflejo de la
propia vida.
·
Match Point (2005). Se trata de una obra maestra de principio a fin en la que
Allen se reserva el papel de director para orquestar una historia absolutamente
imprevisible que juega con el azar y la pasión, con una media hora final
sorprendente tanto por lo que cuenta como por su enorme fuerza emotiva. Sin
duda, una de sus mejores películas, por no decir la mejor.
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