No es ninguna novedad, tras
pasar unos días de la muerte de David
Bowie, el reconocer que el cantante era, en realidad, un Artista global y que su muerte ha servido, como ya ha pasado en
otros casos, para hacer de Bowie una
figura inmortal. No solo cantaba, sus conciertos eran una auténtica
performance, las portadas de sus discos eran verdaderas obras de arte y su paso
por el cine no dejó a nadie indiferente. Sus peculiaridades lo hicieron
merecedor de papeles que se han quedado grabados para siempre en el imaginario
colectivo y quizá fuera esa experiencia la que le animara a crear verdaderos
cortometrajes en los videoclips de los últimos años, empezando por aquel junto
a Tilda Swinton, The Stars (are out tonight).
A modo de pequeño homenaje desde la Asociación Beber de Cine el miércoles día
27 proyectaremos unas de sus películas EL Ansia (The hunter) y recordamos algunos de los
papeles en el cine que más nos marcaron de David Bowie.
Bowie debutó en la gran
pantalla con 'El hombre que vino de las
estrellas (1976), un largometraje de
ciencia ficción de Nicolas Roeg, cineasta británico especializado en dirigir a
'rock stars': en 1969 había lidiado con Mick Jagger en 'Performance'. Bowie
encarna a un extraterrestre desclasado a quien la humanidad corrompe. La
película fue un fracaso comercial en su momento, pero hoy es pieza de culto. A
Bowie le gustaba mucho. Las hieráticas cubiertas de sus discos 'Station to Station' y 'Low' son
fotografías de este filme.
En Gigolo (1977) de David
Hemmings, con Marlene Dietrich y Kim
Novak de 'partenaires'. Interpreta un papel decadente que fue otro fracaso
más en su carrera de actor. El cantante no volvió al cine hasta 1983, cuando
hizo doblete en 'El ansia', un
relato de vampiros posmodernos dirigido por Tony Scott, con Bowie en el papel
de un vampiro eterno fagocitado por Catherine Deneuve, y 'Feliz Navidad, Mister
Lawrence', de Nagisa Oshima, en la que
brindó su mejor composición en un duelo de músicos de altura basado en la
violencia, la humillación, la lealtad y la homosexualidad: Bowie es un oficial
británico en un campo de prisioneros japonés comandado por Ryuichi Sakamoto.
Con Kim Novak y Catherine Deneuve.
En 1986 se estrenaba Dentro del Laberinto una película gótica y oscura de la factoría Jim
Henson, aquel maestro de las marionetas. En esta ocasión Bowie (Jareth, Rey de
los Gobblins) era el malo de la historia y secuestraba al hermano pequeño de
Sarah, quien estaba interpretada por Jennifer Connelly. Por supuesto el
carismático personaje de David Bowie canta en cinco de las canciones de la
película.
Lo bordó en 'Principiantes' (1986), donde
encarna a un ejecutivo, versiona el clásico italiano 'Volare' y se marca una
coreografía sobre una máquina de escribir gigante. El director de la película,
Julien Temple, había realizado dos años antes para Bowie el videoclip 'Jazzin’
for Blue Jean', de 20 minutos de duración, en el que el cantante impuso la idea
del clip musical como concepto narrativo, con una historia que sirve de prólogo
y epílogo a la filmación de la canción BLUE JEAN.
A partir de ahí, se
sucedieron los personajes más secundarios o anecdóticos; en 'Los desmadrados
piratas de Barba Amarilla' (1983), un indigesto cóctel cómico con miembros de
Monty Python, Cheech y Chong y Marty Feldman; 'Cuando llega la noche' (1985), un buen 'thriller' de John Landis
en el que hizo un cameo como asesino a sueldo; 'La última tentación de Cristo' (1988), en el breve papel de Poncio
Pilatos; 'Twin Peaks. Fuego camina conmigo' (1982), como un agente de aparición
fantasmática; 'Basquiat' (1996), como
Andy Warhol; o 'El truco final (El
prestigio)' (2006), como el inventor Nikola Tesla.
Como guiño al cine más frívolo
el artista no tuvo problemas en compartir cameos con gente de la talla de Paris
Hilton en la primera entrega de Zoolander,
lo que demuestra que fue un hombre con un gran sentido del humor.
En el campo del videoclip
Bowie intentó aportar constantes innovaciones, desde 'Ashes to ashes' (1980),
uno de los primeros clips de autor, hasta 'The Stars (are out tonight)' (2013),
protagonizado con Tilda Swinton, un monumento a la imagen andrógina que tan
bien cultivó en toda su carrera el músico y actor.
Annie Leibovich |
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