Aniversario del estreno de Saturday Nigh Fever
“Fiebre del sábado noche” fue un auténtico éxito comercial desde el primer día de su estreno, el 14 de diciembre de 1977. Fue una de las películas más taquilleras del año y una de las más importantes, rompió en su año de estreno todos los moldes del cine musical, marcó una época (la cual reflejó brillantemente) y con el paso de los años se convirtió en una obra maestra del cine, icónica y parte de la historia del séptimo arte, aunque nació sin la voluntad de conseguir ninguna de las anteriores
El argumento es conocido por todos, Tony Manero es un joven adolescente inmaduro de Brooklyn, hijo de emigrantes italianos, por semana tiene un trabajo aburrido e infernal como dependiente de una tienda de pinturas, mientras que durante el fin de semana es el rey de la pista de baile en la discoteca Odyssey 2001, con su grupo de amigos, donde se olvida por unos días de su vida laborable, las tensiones con sus desequilibrados padres y la problemática racial del barrio en el que vive.
La banda sonora de la película, compuesta íntegramente por los Bee Gees y repleta de canciones de la moda disco, ha sido, hasta el estreno de la película “El guardaespaldas” (1992), la banda sonora de cine más vendida de todos los tiempos, el álbum fue 15 veces disco de platino, estuvo 24 semanas en los primeros puestos del top 40, y fue una sensación mundial a ambos lados del Atlántico. En el Reino Unido solamente el álbum fue número 1 durante 18 semanas consecutivas, en total el álbum ha vendido más de 30 millones de copias.
La película “Fiebre del sábado noche” supuso una revolución social desde el cine, reflejó una subcultura neoyorkina de finales de los 70, reforzó el auge del fenómeno de la música disco y se convirtió en un fenómeno sociocultural que cambió drásticamente el estilo de vida de aquella época. La película significo el resurgir del cine musical, precisamente a partir del fenómeno de la música disco, tras ella vinieron Grease, Flashdance, Por fin ya es viernes, Dirty Dancing o Fama.
La película se enmarca dentro de una época que hoy podríamos considera hortera, pantalones ajustados, brillantina, sexo sin precauciones, el macho con pelo en pecho y con los últimos botones de la camisa abiertos, pero algunos de sus ingredientes aún perduran y están vigentes en la juventud que sale de fiesta los fines de semana en este siglo XXI, el futuro incierto laboral de los jóvenes, las drogas, el sexo sin precaución, la promiscuidad, las adicciones, el alcoholismo, la generación perdida sin rumbo en sus vidas, (sin planes ni objetivos).
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