PIRANESSI II
En el primer ámbito, el de sus obras propiamente dichas, se pueden admirar los resultados de su primer flechazo con Roma. El artista llegó a la capital en 1740. El encontronazo con el Panteón, el Foro, el Monte capitolino y el resto de maravillas clásicas produjeron el efecto esperable en su alma de geómetra. En 1756 publica Antichità romane, una serie de láminas que recogen su visión, entre realista y mágica de los monumentos. Estas son las láminas que le hicieron famoso y contribuyeron a crear una imagen idealizada de la antigüedad clásica entre los viajeros.
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Palazzo Odescacchi |
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