La obra fotográfica
de Alain Delorme intenta retratar a
los fenómenos de la globalización y
estandarización transmitidos por nuestra sociedad de consumo. Su práctica es el
de la fotografía digital.
En Totems nos presenta una visión renovada de la nueva urbanidad china. Las calles de Shanghai, país de excesos, nuevo templo del consumo, fábrica del mundo: China hoy en día es vista como el lugar de todas las posibilidades. Alain Delorme luego nos ofrece la posibilidad de enfrentar nuestra propia credulidad con nuestras propias fantasías.
El apilamiento de las mercancías formando grandes columnas de objetos de consumo, contrasta a su vez con la altura de los edificios: dos grandes alturas una formada por los objetos de consumos que los emigrantes llevan en acrobático equilibrio, como si fueran hormigas; y otra, los grandes rascacielos que son parte de la otra economía de la ciudad, que aplasta a estas hormigas y se sirve de ellas.
Pero en lugar de centrarse en las alturas deslumbrantes de los rascacielos y las multitudes de vértigo, su obra "Totems" se centra en los emigrantes a menudo inadvertidos que luchan por el transporte de sus altísimas cargas en toda la ciudad en rápido desarrollo.
Un tótem es un objeto que en las mitologías de algunas culturas se toma como emblema de la tribu o del individuo, y puede incluir una diversidad de atributos y significados: Aquí, pueden ilustrar cómo los objetos son adorados por la sociedad de consumo, en concreto, los objetos de consumo 'Made in China'", las cargas a menudo están compuestos de objetos idénticos e intercambiables producidos en cantidades masivas. Las cargas de los emigrantes han sido retocadas digitalmente y deliberadamente exageradas para llamar la atención sobre el simbolismo dentro de la obra de Delorme.
El emigrante parece, al principio, casi como un héroe por haber sido capaz de llevar tal cantidad de objetos apilados. Pero pronto, nos da la sensación de que los objetos casi lo tragan, y que está sumergida por la multiplicación del mismo objeto que parece devorarlo, como la sociedad de Shanghái.
Irónicamente, la sensación de abrumadora abundancia de la pobreza que inspiro a Delome para crear la serie de 18 fotografías también impregnó el proceso creativo. Así se tomaron más de 6000 fotos durante el transcurso de los 44 días que estuvo en Shanghái.
Aunque Delorme tenía la opción de hacer las fotografías más creíbles, él decidió hacer cargas imposibles de llevar a los trabajadores, principalmente población emigrante, con el fin de representar la dificultad del transporte en las bicicletas, así como la disparidad entre los ricos y los pobres.
Mientras tanto, su uso de colores suaves, casi demasiado brillantes da a sus imágenes un ambiente fantástico, especie de circense.
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