Edwar H, Pottrast Escena de Playa; Pablo Picasso Bañistas y Sonia Delanuay
En
la antigua Roma los Díes Vacantes (de Vacatio, exento de obligación) eran, al
contrario que en la actualidad, los días en los que se trabajaba pero que
estaban exentos de obligaciones religiosas.
Georges Seurat Sunday in the grande jatte |
Salvador Dalí Bahia de Cadaqués; E. Degas Escena en la playa y Ernest A. Duez Madre e hija en la playa.
Como
los jueces se verían con poco trabajo, pues decidieron tomarse el verano
(coincidiendo con el mayor rendimiento del campo) de descanso, y por ello se
tomaron tres meses de vacaciones. Cómo el Clero vieron en que consistía el
negocio, pues ellos también se tomaron sus mesecitos de descanso en el verano,
y como eran ellos los que prácticamente impartían docencia, pues los niños también
gozaron de dicho privilegio.
Pablo Picasso Las Bañistas; Friederick Friesejke La Sombrilla;
Paul Gauguen Batting Dieppe y Mas Riera Bajo la Sombrilla.
Las
primeras referencias del turismo moderno aparecen escritas por Hipólito Taine,
describe en su libro Orígenes de la Francia Contemporánea cómo se impuso la
costumbre de veranear entre los aristócratas franceses del siglo XVIII: con la
llegada del verano, escribe Taine, los nobles se dedicaban a comer, bailar,
cazar y "desempeñar la comedia de la aristocracia, cuyo primer deber era
la hospitalidad". Los nobles residentes en Versalles y en París viajaban a
la Champagne, donde la riqueza era ostentada en interminables caravanas de
coches y caballos, una mesa bien servida y el alojamiento dispuesto para el
primer hidalgo andariego que golpeara a la puerta del castillo.
E. Hoper, Mariano Fortuny Van Gogth y E. Carra.
Este
fenómeno supuso el inicio del turismo ‘moderno’, favorecido por la aparición de
medios de transporte al alcance de todos como el ferrocarril. Los
desplazamientos se incrementaron y las clases menos pudientes tuvieron, por
primera vez, la posibilidad de tomarse unos días de descanso fuera de sus
pueblos y ciudades.
En
1836 se publicaron en Alemania las primeras guías de viajeros y empezaron a
construirse hoteles en los nuevos balnearios. Hubo que esperar hasta el siglo XX para que la
clase media —la gran mayoría— se hiciera acreedora a su merecido descanso
estival.
Ängel Planelles Costa Brava; John Singer Sargent Max y Lieberman Playa de Normandia.
Desde
principio del siglo XX, cuando una burguesía adinerada empieza a omitir los
gustos aristocráticos de baños de mar, tomar las aguas y los balnearios de
verano, el turismo veraniego se fue extendiendo tanto en el nuevo como en el
viejo continente, y si a esto añadimos, la practicas en el periodo estival de
deportes al aire libre
Paul Cezanne Las grandes bañistas, Ucelay, Piere A.Renoir y Joaquín Sorolla
Los
días de descanso se fueron extendiendo tanto que, en 1936, el gobierno francés
tuvo que aprobar una serie de derechos sociales que incluían el reconocimiento
a las vacaciones pagadas. Esta medida se propagó a todos los países tras el fin
de la 2ª Guerra Mundial, y es desde entonces cuando podemos hablar del
surgimiento del sector turístico y de la costumbre de tomarnos unas vacaciones.
G. Bouden, Renoir Edward Munch y Wait Kuhn-
Cuando
la pintura deja a la religión y a la mitología para popularizarse, una de las
temáticas va a ser los gustos y las aficiones de la sociedad, y si a esto
añadimos la irrupción de las vanguardias impresionista con la pintura "au
plein air", pues tenemos que una de las principales temáticas de la
pintura del siglo XX, en sus diferentes istmos, va a ser “los días de verano”; sobre esta
reflexión hemos llegado, por diferente caminos el Museo Thyssen de Málaga y yo.
Manet y Claudie Monet
Coubert Playa de Couville y Dufy Playa de Sant Andres
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