Desde hace unos meses un fenómeno literario ha saltado a la palestra de todas las publicaciones, alentado por el anonimato de su autor. El boca/oreja no ha parado de repetir el nombre de un escritor y el título de su novela.
Se trata de Elena Ferrante, autora, entre otras otras publicaciones, de la tetralogía napolitana "Dos hermanas" que inició en 2011 con la publicación de "La amiga estupenda", a la que siguieron, una cada año, "Un mal nombre", "Las deudas del cuerpo" y "La niña perdida", que cierra el conjunto.
La historia de Lila y Elena, dos amigas de un pequeño barrio marginal de Nápoles y todos los demás habitantes que las acompañan, constituye un microcosmos social y de relaciones afectivas que genera adicción en cuanto empiezas su lectura.
Hay "Ferrante-adictos" por todo el mundo. La gente comenta las andanzas de estas dos amigas y sus vecinos del, siempre presente, barrio napolitano.
Lo que más llama la atención de este fenómeno literario es que se desconoce todo sobre la biografía de su autor/a. El uso de los seudónimos en el mundo literario ha sido algo habitual y sigue siéndolo, por diversos motivos. Lo que llama poderosamente la atención es que en un mundo donde la publicidad lo es todo y en el que la curiosidad por las vidas ajenas tiene gran importancia, triunfe un personaje anónimo y desconocido. Nadie sabe quién es Elena Ferrante salvo sus editores. Las pocas entrevistas que ha concedido han tenido lugar por correspondencia electrónica y sólo sus editores italianos la han visto en persona. Si alguien más la conoce, guarda silencio.
Es un caso extraño, el de Elena Ferrante. Ha logrado ser una sensación literaria sin participar en el circo de la promoción. Apenas corrige su trabajo, desconfía del estilo pulido y dice escribir desde “dentro de un nudo”. Aunque las razones que verdaderamente la hacen diferente es que nunca cae en el tópico, lo superficial, o lo previsible, y que escribe desde una terrorífica honestidad."No me arrepiento de mi anonimato. Descubrir la personalidad de quien escribe a través de las historias que propone, de sus personajes, de los objetos y paisajes que describe, del tono de su escritura, no es ni más ni menos que un buen modo de leer", respondía Ferrante por correo electrónico al periodista Paolo di Stefano de Il Corriere della Sera.
Érase una vez dos niñas, Elena y Lila, que nacieron en 1944 en un barrio pobre de la ciudad de Nápoles, y desde entonces su historia ha sido el hilo conductor de esta espléndida saga napolitana
Las novelas de las dos amigas tienen la intriga de un thriller, la trama de un culebrón, el contexto sociopolítico de una novela realista y unos pasajes alucinados propios de la literatura fantástica. Es todos esos géneros y ninguno de ellos. Ferrante habla sobre los altibajos de la amistad, la maternidad, el sexo, la relación con el cuerpo y el abismo de lo doméstico. Hay pocas obras que hayan tratado la condición femenina con tanta profundidad y lucidez.
En un escenario urbano de miseria y violencia en torno a 1950 traban amistad la modosa, brillante y frágil Lenù y la orgullosa, alocada y fuerte Lila.
By Yola
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